Existe en el Archivo Nacional de la capital de Colombia, en el Fondo Secretaría de Guerra y Marina, volumen 323, el manuscrito borrador de una carta en inglés firmada por Simón Bolívar. No se ha encontrado el original en castellano, sino una publicación de 1833 que parece ser la edición príncipe en ese idioma, conservada junto a otras en inglés con fecha 1818 y 1825, en el Apéndice del volumen XXI, Colección de documentos relativos a la vida pública del Libertador. Son estos, hasta ahora, los ejemplares más antiguos de la Carta de Jamaica.
Treinta y dos años tenía Bolívar al llegar a Kingston en mayo de 1815; traía consigo una sólida formación intelectual e intensa actividad militar por la independencia de las colonias americanas, que le habían hecho merecer el título honorífico de Libertador, epíteto que –junto al auto escogido Hombre de las dificultades y al de Hombre de América–, han quedado justamente asociados a su nombre para siempre.
Es el 6 de septiembre de ese año, cuando escribe la Carta de Jamaica bajo el título Contestación de un Americano Meridional a un caballero de esta Isla. Aunque se trata de la respuesta a una misiva del comerciante jamaiquino de origen inglés Henry Cullen, el documento, con innegable valor literario y filosófico, trasciende su aparente objetivo y se erige como un diseño teórico de liberación nacional y paradigma para el estudio sobre el pasado, presente y porvenir del continente americano ante la situación política mundial de la época.
El texto describe un panorama general de la guerra de independencia y las causas del movimiento emancipador, en tanto critica el sistema colonial, señala la incapacidad de España para seguir manteniendo su dominación en América y establece las pautas identitarias de las colonias independientes, basadas en regímenes de gobiernos autónomos, organizados y competentes, con respeto a los derechos del hombre y reconocimiento a las diversas “razas”; entre las propuestas para lograr estos propósitos, hace explícito su interés de sensibilizar a Gran Bretaña –por entonces la nación liberal más poderosa– para lograr su colaboración en la independencia americana; propuesta que más tarde es repensada por Bolívar, quien prefiere la ayuda de Haití.
Este documento histórico, uno de los más importantes escritos por Simón Bolívar, constituye la primera expresión de liberación y propuesta de integración del continente americano. Setenta y un años después tendría su expresión de continuidad plasmada en un ensayo escrito por otro de los grandes imprescindibles de la Historia: Nuestra América, de José Martí.
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