Para beneplácito de la cultura cubana, Berta Rosa Martínez López (Yaguajay, Las Villas, hoy Sancti Spíritus) cumplió recientemente ochenta y cinco fecundos años.
Entre tanto que se ha escrito sobre su notoria trayectoria en el teatro, al que se ha volcado íntegramente por varias décadas, hoy quiero recordar su etapa fundacional donde se hallan sus generalmente olvidadas actuaciones en la radio y la televisión habaneras.
Hija de un obrero constructor (1), tuvo seis hermanas y su infancia y primera adolescencia transcurrieron entre dos centrales azucareros; asistiendo al cine y al Teatro Martí (2) donde disfruta de representaciones teatrales variadas como las del vernáculo nacional.
Un día para una velada de teatro aficionado, hizo con una cámara negra el montaje de la obra martiana Abdala y sin saberlo, se estrena en una profesión a perpetuidad.
Ya en La Habana desde 1944, conoce a Miguel Montesco (3) que vivía cerca del humilde domicilio de la familia y ello bastó para retomar sus visitas al teatro.
Dos años después compite como aficionada en el Movimiento Voces Nuevas de la RHC, Cadena Azul, donde finalmente actúa en las aventuras El ladrón de Bagdad de Félix B. Caignet; compartiendo elenco con la prestigiosa Zoila Pérez y los novatos Consuelo Vidal y Raúl Selis.
Entre 1946 y 1949, estudia en la Academia Municipal de Artes Dramáticas de La Habana y como aficionada interpreta obras montadas por sus profesores.
También por esa época recibe clases de Pedro Bouquet en la Asociación Artística Gallega e interpreta pequeños papeles en los teatros ADAD y Martí, alternando pequeñas incursiones en Radio Reloj y en Cine radial -aquella emisora de la calle Prado cercana al local del Grupo teatral Prometeo dirigido por Francisco Morín-. Allí acude Berta y su escenario devendría con el tiempo, notable plataforma de su talento.
En cuanto a los medios de comunicación, vale apuntar que su rol mediático no se redujo a la actuación en varias radioemisoras capitalinas, sino que desde 1950 hizo locución profesional.
Lo que casi nadie recuerda es que Berta Martínez estuvo entre los primeros fundadores de nuestra televisión.
Cuando la laureada dramaturga Cuqui Ponce de León -entonces directora de la programación televisiva en el canal fundador- comenzó a dirigir los primeros teleteatros del video cubano en Unión Radio TV (Canal 4) Berta hizo extras en su elenco.
Luego, vendrían el modelaje televisivo y la locución comercial tanto en esa planta como en los sucesivos canales 6 y 2.
Durante los años 50 la consolidación de su vocación teatral no le impidió continuar la actuación en radio y en televisión.
Veamos algunos ejemplos de esa trayectoria:
1952. Emisora La Voz del aire (4). Radionovela Mas allá de la vida, difundida a la cinco de la tarde. (5)
1953. Canal 2 (Telemundo). Historias del puerto. También allí compartió la locución comercial en anuncios de la firma Hallicrafters Frigidaire con Orlando Noriega.
1954. Canal 4. Su programa Fab y Un romance cada jueves. En abril, se suma al elenco de Historia al final de una escalera, a la que le sigue en diciembre El ladrón. También participa en el Telemaratón benéfico organizado ese año por esa planta televisiva.
1955. Canal 4. Febrero. Un romance cada jueves. Oro y Marfil - junto a Eduardo Mouré-. Marzo. Grandes novelas. Pasiones humanas. Ese año viaja a New York (EE.UU.) y con sus ingresos como obrera en una factoría, se financia la matrícula de algunos semestres en la Bown Adams Profesional Studio de New York -dirección, actuación (dos de ellos) y luces-, siendo la primera estudiante latina de esa institución. Finalmente, su insolvencia económica le impidió continuar.
Regresa a Cuba en 1956 para actuar nuevamente en el Canal 4:
Abril. Martes de amor Palmolive.
Septiembre. El mundo en que vivimos. Donde interpreta cuatro relatos de Félix Pita Rodríguez.
Octubre. Historias de amor.
El Grupo teatral Prometeo presencia su gran despegue en la escena nacional que asombra con su actuación en Los fanáticos, Sangre verde y Réquiem para una monja.
Cuando Francisco Morín viaja a Europa, asume la dirección de la puesta de escena y el protagónico de El difunto Sr. Pío que le valieron en 1957 -junto a Morín- el premio por Mejor Dirección y Mejor actuación femenina de la ARTYC. (6)
Aunque ya era un hecho que el teatro colmaría su vida, la Martínez no abandona la televisión.
Sus roles de 1958, en el espacio La novela de las 10, serán sus actuaciones más importantes en su carrera televisiva:
Desde enero de 1958, interpreta a la villana Cristina Martel, en la novela Puerto Esperanza -escrita y dirigida por Roberto Garriga- cuya interpretación fue de gran impacto popular.
Le siguieron Donde el cielo es más azul - donde Garriga comienza a escribirle personajes de mujer buena para minimizar y borrar la imagen negativa dejada por su anterior villana- y La rebelión de la juventud, obra que emitió sus últimos capítulos el 31 de diciembre de ese año.
En 1960, tocó el turno al espacio Grandes Novelas, en la obra Ana Karenina; donde compartió elenco con Ana Lasalle y en Teatro ICR - versión de Medea de Silvano Suárez, dirigida por Tito Borbolla-. (7)
Para entonces, fueron famosas sus actuaciones en el Patronato del teatro y en la salita del Museo de Bellas Artes y su famosa puesta en escena de Santa Juana; precedentes valiosos de su polifacético accionar como actriz y directora en la Compañía de teatro Hubert de Blanck.
En 1961, Raquel Revuelta le invita a Teatro Estudio y desde entonces su vida será el teatro. Quien la vio no olvidará su actuación legendaria como la muda Catalina en Madre Coraje y sus hijos -dirigida por Vicente Revuelta-, que pasó a la historia al igual que su Lala Fundora en Contigo pan y cebolla de Héctor Quintero, desde su estreno en 1964, con la dirección de Sergio Corrieri.
Su última participación conocida en los medios de comunicación comenzó en 1978. Se trataba de su propia versión de Bodas de sangre, de Federico García Lorca; donde dirigió además la puesta en escena y a los actores -la primera obra dramática grabada en video tape a color en nuestra televisión-.
El proyecto tuvo múltiples dilaciones y contratiempos que incluyeron la pérdida de algunos casettes cuando finalmente fue editado por el director de televisión Raúl Pérez. (8) En consecuencia, su resultado final distó mucho de la calidad integral prevista al inicio.
Sin discusión alguna, Berta es una de las grandes figuras de la cultura nacional e internacional, en tanto representó muchas de sus obras en otros países. A sus múltiples actividades suma las de investigadora y profesora, por ello ostenta importantes condecoraciones.
Aunque su vida toda es una monumental oda a la escena que rebasa este pequeño texto, no quise dejar pasar esta feliz ocasión para recordar sus primeros pasos en la actuación y locución mediáticas que la convirtieron -desde los años 50 del pasado siglo-, en fundadora de las tres primeras televisoras cubanas con cobertura nacional.
Notas:
- Luego trabajó en la construcción del Hotel Hilton-Hoy Habana Libre.
- Sito en los altos de la Colonia española. Pese a radicar en aquel pueblecito, poseía la opulencia del Teatro Milanés.
- Ex director teatral, quien alternó con Rita Montaner.
- Edificio Palace. G y 25. Vedado.
- Elenco: Pillin Vallejo, Osvaldo Calvo, Felicia Varela, Silvia Núñez, Olga de Caro, Enrique Montaña, Víctor Aguilera, Tony Barrios, Ángel Muñoz, Carlos de León y Adolfo Fiallo.
- Asociación de reporteros de teatro y cine.
- Elenco: Pedro Álvarez, Ana Lasalle, Osvaldo Álvarez.
- Elenco: Fela Jar, Adolfo Llauradó, Flora Lauten, Margot de Armas y Luis Manuel Martínez Casado.
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