Tal como ha venido ocurriendo en las últimas ediciones del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, la Asociación Hermanos Saíz se insertó este diciembre en el programa de exposiciones de las artes visuales que coordina la cita, trayendo a la galería de su sede, en el Pabellón Cuba, una muestra del quehacer de los jóvenes creadores que la integran.

Tocó este año a Una cosa piensa el borracho y otra la bartender, proyecto curado por Evelynn Álvarez Rodríguez que reúne instalaciones realizadas por los artistas Nelson Barrera (Matanzas, 1988); Leonardo Luis Roque (Cienfuegos, 1986); Sergio Marrero (La Habana, 1988); Andy Mendoza (La Habana, 1997); Víctor Piverno (Pinar del Río, 1989) y Harold Ramírez Veliz (Jaruco, 1997).

La autonomía expresiva que pueden alcanzar los objetos y las relaciones que entre ellos logran sugerirse en el cine, es el guiño que desde su propuesta estética hace la exposición al más importante evento del séptimo arte que se desarrolla en nuestro país.

En ese sentido, los inusuales vínculos que establecen entre ellos, resignifican los elementos que componen las diferentes piezas o “escenas”; las cuales resultan a su vez susceptibles de ser relacionadas por el espectador. Tal vez los ejemplos más evidentes sean las tituladas Síndrome de Estocolmo, de Nelson Barrera y Dando de comer a los caracoles, de Andy Mendoza.

Síndrome de Estocolmo, de Nelson Barrera.

La canoa que simultáneamente encalla y zarpa, en esa ofrenda que Leandro Luis Roque y Sergio Marrero hacen “a todos los navegantes con sus deliciosas leyendas” con Mariana (un navegante en proceso) o el protagonismo que ganan los objetos en un set de filmación en A time for us, de Víctor Piverno, responden a ese propósito, al igual que Duerme el placer, de Harold Ramírez.

Mariana (un navegante en proceso), de Leandro Luis Roque y Sergio Marrero.

Hasta el próximo 10 de enero podrá ser visitada esta exposición que se despliega por gran parte de los espacios expositivos del Pabellón Cuba, con piezas concebidas especialmente para el proyecto asistido por Mario Enrique Briño, otro de los tantos jóvenes que desde la AHS aportan cada año a la gran fiesta del cine que es el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

A time for us, de Víctor Piverno.