La angustia, y emparentados con esta la ansiedad y el stress, es la emoción más recurrentemente experimentada por el ser humano en todos los confines del mundo. Se trata de un sentimiento muchas veces vinculado a situaciones de abatimiento y que ha sido objeto de estudio —entre otros— por psicólogos, psiquiatras y filósofos; en tanto poetas, escritores, dramaturgos y creadores de las artes visuales, han intentado representar artísticamente las problemáticas del ser humano con respecto al pensamiento y sus consecuencias sociales.
Tales presupuestos trascienden en la primera muestra personal de la joven creadora de las artes visuales, Ketty Pacheco Gómez (Camagüey, 2003), quien en la galería de la filial camagüeyana de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, bajo el título de La Simpleza del Caos, pone a consideración de los espectadores quince grabados, a través de los cuales, con crudeza y fuerza visuales, escudriña en desagradables síntomas psíquicos, en ocasiones agudizados por sensaciones de miedo, tristeza, peligro, ansiedad y molestias individuales que conducen al vacío existencial.
En la exposición, inaugurada el pasado 2 de febrero con la curaduría del reconocido artista del lente Ihordan Torres Hernández (Camagüey, 1987), Ketty recrea esos sentimientos exteriorizados mediante inquietud, desorden e incoherencia en el ritmo corporal —derivados de disímiles contextos— enfrentados por el hombre en su discurrir por una contemporaneidad crítica, a veces cruel, imprevisible. Suerte de reacción de lucha y huida que son interpretados en este proyecto que, al decir de su autora, está “encaminado a visualizar problemáticas del ser humano con respecto al pensamiento y como se asumen ante el mal que genera la sociedad”.
Con intención explicativa, como interiorizando gestos y actitudes de “otros” —tal vez ella en algún momento también fue presa de estos adversos sentimientos—, la artista vuelca sobre planchas de linóleo, mediante la técnica de grabado directo, diferentes manifestaciones o síntomas físicos experimentados durante los efectos del agobio, expresadas a través de cambiantes reacciones del cuerpo humano: paralización, contorsión, sobrecogimiento, sobresalto…, ejercicio en el que ella estudia la arquitectura humana para adjudicarle, de forma enfática, sus visiones estéticas mediante finas líneas trabajadas con diferentes herramientas como el cúter, la punta seca, el buril y las gubias; con las que conforma músculos, siluetas y entramados biológicos sacudidos por fatídicos momentos de agitación y desasosiego.
En su tesis, Pacheco Gómez hace partícipe al observador de vibraciones complejas y difusas, estrechamente relacionadas con escenarios de desesperación, sobre la que nos insta a meditar y, en última instancia, a estar preparados para enfrentar las distorsiones de determinados factores biológicos, psicológicos y sociales, presentes en el diario devenir; discursos que igualmente son puntualizados con la incorporación de una especie de halo o silueta negra que resume las preocupaciones y temores excesivos que forman parte de estos trances de la vida.
Este proyecto, auspiciado por Vitruvio Taller de Arte, se complementa con una bien seleccionada banda sonora del compositor sueco y director de audio, Tobias Lilja (Anderstorp, Suecia, 1984), la cual crea un estremecedor ambiente con melodías cuyas estructuras dan la impresión de estar atrapados en una pesadilla, de sentir en nuestros espíritus las repercusiones físicas y psíquicas que vemos en los individuos amenazados “por algo” y que aparecen en estos grabados que evidencian la “perspectiva artística” de Ketty, quien asimismo insta a “conocerse a sí mismo para luego comprender el resto del mundo”.
Esas crisis depresivas, que pueden aparecer en nuestras vidas ante cualquier circunstancia que nos provoque incertidumbre en torno a qué decisiones y caminos queremos tomar, son dilucidadas en La Simpleza del Caos, de modo alertador, como si a través de sus trabajos la artista tratara de advertir las contrariedades emocionales que pueden conducirnos al desconcierto existencial si no somos capaces de controlar y evacuar oportunamente esas conmociones negativas de las que no siempre solemos escapar.
Al fin y al cabo, como subrayó el gran escritor uruguayo Mario Benedetti (Uruguay, 1920-2009), "la angustia, al igual que otros estados psíquicos que producen sufrimiento, así, por ejemplo, la tristeza y el sentimiento de culpa, constituye una pugna normativa de lo esencialmente humano".
Con esta serie de grabados Ketty exterioriza su “necesidad del análisis partiendo desde mi experiencia, incluso como una especie de crítica social, mi visión del tema”, y lo hace entusiasmada con la idea de que estas obras generen entre los espectadores intercambio de ideas, opiniones y espacios para el diálogo, premisas esenciales del arte contemporáneo cuyos discursos forman parte de la complejidad de explicar los sistemas sociales actuales, en tanto caracterizan la extraordinaria diversidad y dinamismo de la cultura.
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