José Martí, Cónsul de Paraguay


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José Martí Cónsul de Paraguay

José Martí, Cónsul de Paraguay, fue “el importante y necesario tema tanto para Cuba, como para el Paraguay y quizás también para otros lugares”, presentado por un panel integrado por los doctores Pedro Pablo Rodríguez López, Sergio Guerra Vilaboy y el embajador de ese país sudamericano en Cuba Bernardino Cano Radil, en la sede del Centro de Estudios Martianos (CEM), en esta capital.

“Una importante presencia del Paraguay en la obra martiana indica que esta es francamente escasa, a pesar de que durante un año y varios meses fue Martí Cónsul general de esa nación sudamericana en Nueva York. En verdad es muy poco lo que conocemos en relación con ese desempeño diplomático pues, hasta el momento y a diferencia de las Cancillerías uruguaya y argentina, no ha aparecido documento relacionado con esa representación martiana, si exceptuamos su nombramiento el 30 de julio de 1890. Tampoco, entre su papelería, se ha encontrado indicio alguno al respecto y ni siquiera sabemos con exactitud hasta cuándo ocupó dicho puesto. Sólo es posible inferir que renunció al igual que hizo con los otros dos consulados (Argentina y Uruguay), tras el incidente ocurrido con motivo de su discurso el diez de octubre del año siguiente (1891) en Nueva York, luego de la protesta de la embajada española por su discurso anticolonial en esa ocasión”.

Bajo el título Paraguay y paraguayos inició así su intervención el doctor Rodríguez López, para agregar a continuación que “por otro lado, no deja de llamar la atención semejante ausencia de los paraguayos en enorme obra escrita dado que en los años ochenta del siglo XIX, la región de La Plata, en especial la Argentina, va ocupando crecientemente su interés. Es cierto que la Argentina, resultaba más atrayente a primera vista por aquel entonces por su notable desarrollo económico y educacional que la hacía nación destacada dentro del capitalismo industrial en esa época. No obstante, afirmó, aunque enigmas historiográficos circulan por las referencias escriturales de Martí sobre el Paraguay, su pluma alude a costumbres y sus gentes, a voces, trajes típicos, lugares y próceres independentistas paraguayos”.

Asimismo, en la actualidad obras martianas como Meñique y los Versos Sencillos pueden ser adquiridas y leídas en lengua guaraní.

Por su parte Guerra Vilaboy enfatizó en su intervención, entre otras cuestiones, que “es curioso que Martí fuera Cónsul en el Paraguay, al haber salido ese país de una contienda invasora por parte de los ejércitos de Brasil, Uruguay y Argentina, y en una alianza conformada por Inglaterra (…) En 1853 es reconocido como país independiente Paraguay, único en la América Latina que no tenía deuda externa con una industria próspera desarrollada a partir de un capital nacional. Llegó a construir barcos de acero hasta llegar a convertirse en la principal flota de esa región en la desembocadura del río La Plata (…) Igualmente, en 1863 inaugura el primer ferrocarril del cono sur (…) Llega a ser una potencia económica y política de esa parte de este hemisferio con un desarrollo autóctono si se le compara con el resto de las naciones latinoamericanas ya en manos del capital extranjero”.

Finalmente, la doctora Ana Sánchez Collazo, directora del CEM –junto a representantes del cuerpo diplomático latinoamericano acreditado en Cuba–, invitó al Embajador paraguayo a izar la bandera de ese país, la que pasa a ser parte del grupo de enseñas nacionales de nuestra América en el Salón de las Banderas del CEM.

 

 


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