La atención al trabajo experimental desde la fotografía y la instalación expresadas en una estética personal que apela a la memoria histórica y la suya propia destacan en la obra del creador habanero José Manuel Fors, Premio Nacional de las Artes Plásticas en el año 2016 por la obra de toda la vida.

“La anatomía de lo íntimo aflora como verdadero espacio del hombre” 

Así expresó de él la curadora y crítica Corina Matamoros, en Palimpsesto, una de las exposiciones que más identifica la obra del artista su exposición Palimpsesto en el Museo Nacional de Bellas Artes.

Egresado en 1976 a los 20 años de edad de la Academia de Arte San Alejandro recordamos su primera exposición en la Casa de Cultura de Plaza en 1983, sin embargo, su proyección estética se hizo notar un tiempo después cuando impresionara a todos con la impresionante exposición personal Golpes de vista en el Centro Provincial de Arte y Diseño, la Habana

José Manuel Fors nació en La Habana el 10 de enero de 1956. Sus primeras incursiones artísticas, durante la década del ochenta, forman parte de lo que se ha denominado como “Renacimiento de Arte Cubano”.

Entre sus exposiciones personales destacan “El paso del tiempo” en el Centro Provincial Wifredo Lam, 1995, “Los retratos en la VI Bienal de la Habana en 1997”, “Las cartas“ en Casa de las Américas, “Historias Circulares”, en el Museo Nacional de Bellas Artes en 2006, entre otras a lo largo y ancho de la isla.

Sus trabajos han formado parte de importantes exposiciones colectivas en Madrid, Milán, Bruselas, París, Tokio, Río de Janeiro, Nueva York, Miami, entre otros países. 

Sin embargo, dentro de su valía como artista, lo cual lo distingue dentro del panorama visual de la isla, es su capacidad de construir un discurso auténtico, rico, visual y conceptualmente haciendo énfasis en la museografía, aspecto de un Art Show, una de las tendencias dentro de la obra de Fors que de alguna manera nace de sus estudios en el Instituto de Museología de la Habana.

En su quehacer plástico se aprecian las marcas objetivas de las relaciones entre los seres humanos presentes en todas las creaciones del artista, de esta manera Fors hilvana un vínculo estrecho que marca perfectamente puntos de vista en relación con la memoria histórica del artista las cuales expresa desde la profunda cultura que lo identifica. 

En un día en el que conmemoramos su nacimiento evocamos uno de sus trabajos más notables, su exposición “Palimpsesto”, término que viene de las escrituras sagradas y que ha tenido una trayectoria dentro del arte y la escritura contemporánea, la cual hizo visible la sensibilidad del artista para hacer pensar, en el Museo Nacional de Bellas Artes. 

La obra que da título a esta exposición “Palimpsepsto” se exhibe en el tercer piso del Museo Nacional de Bellas Artes como Homenaje que brinda Fors a la institución por haber sido laureado con el Premio Nacional de Artes Plásticas, la Medalla de Oro en el 49 Salón Nacional de Fotografía de Japón, en 1989 y el estar incluido en múltiples colecciones en todo el mundo, sobre todo en Cuba y Estados Unidos.

“Palimpsesto” es una gran instalación, según el Premio Nacional de Ciencias Sociales Eduardo Torres Cuevas, una gran historia de vida que invita a transformar el conocimiento. 

Para muchos esta obra se transforma en la imposibilidad de aprenderlo todo, la certeza de la fragilidad del ser, donde se archivan las cartas de sus amigos, las cartas de su familia. 

En ella hay toda una cultura que tiene que ver con lo social, con lo científico, con lo histórico, pero lo más importante es que se convierte en el reservorio de la subjetividad como artista de un hombre que nos obliga a pensar y a reflexionar sobre el hecho de que somos profundamente mortales. 

Sobre “Palimpsesto”, una de sus obras más representativas de José Manuel Fors, quizás también se erige el legado de este creador quien a sus 65 años es parte imprescindible dentro de las Artes Visuales cubanas