Hasta el espacio “Cultura y Nación: el misterio de Cuba”, que organiza la Sociedad Cultural José Martí (SCJM), llegaron amigos de Jorge Lozano Ros, ferviente investigador de la obra martiana, para rendirle homenaje a pocos días de su partida física. 

“Hace siete días celebramos el 25 aniversario de la fundación de la Oficina del Programa Martiano. Se entregaron distinciones a compañeros que habían fundado la oficina. Allí estaba Lozano. ¿Quién iba a decir que íbamos a estar una semana después reconociendo su trabajo en la promoción martiana?”, preguntó en el encuentro Rafael Polanco Brahojos, director de la Revista Honda. 

Al tiempo, reconoció que cada vez que tenía una duda llamada a Lozano y él siempre tenía una respuesta sobre la obra martiana. “Dominaba las citas, dónde se dijo, en qué momento. Cuesta trabajo pensar que ya no lo tenemos entre nosotros”.

Jorge Lozano se distinguió, desde su más temprana edad, por su pasión por la historia de Cuba y en particular por el estudio y devoción hacia la figura y obra de José Martí. Estudioso profundo y analítico, dejó tras su muerta una obra de suma importancia para entender y conocer mejor el universo martiano.

En el encuentro, el periodista y académico Randy Saborit Mora recordó la amistad que lo unía con el intelectual. “Solo nos queda pensar en aquella idea martiana de que cuando uno muere sigue el viaje. Hay que pensar que está entre nosotros”.

Contó que fue hasta el entierro de Lozano y se emocionó al ver el ferretero envuelto en la bandera y las notas del Himno Nacional de fondo. “Estábamos enterrando a un símbolo, yo diría que al último caballero del siglo XX”.

Saborit recordó cómo conoció a Lozano hace 17 años cuando no tenía un tema para su tesis. “Me propuso hacer una visión integral del Periódico Patria. Me dio libros para que los leyera y en septiembre del 2005 nos volvimos a ver. Lo primero que hizo fue enseñarme la colección del periódico y enfatizó en el artículo ‘Los viernes de Patria’ que explica cómo eran los cierres de aquella publicación que dirigía el Apóstol”. 

Desde aquel momento—aseguró—cuando me preguntan por qué no me puedo alejar de la vida de José Martí, entre mis argumentos están las enseñanzas que me dejó Lozano.

“Cuando lo vi en la Mesa Redonda del día 19 me llamó la atención que algo pasaba. Lo sentí diferente aunque brillante en la explicación. Murió un viernes, el día después del aniversario de la muerte de Martí”, comentó en el espacio Saborit.

Después algunos de los presentes en el panel contaron anécdotas con Lozano y todos coincidieron en que su legado continué. “Fue mi tutor, se convirtió en un amigo y después en un padre espiritual”, dijo uno de los invitados. “Fue un hombre excepcional. Esa manera de resumir y hablar de Martí era única”. “De Lozano hay un pedacito en cada uno de nosotros”, fueron algunas de las ideas que se expusieron.

La Sociedad Cultural José Martí está integrada por un grupo de personas que se dedican a la reflexión y al debate en torno al pensamiento y la obra martiana Fundada el 20 de octubre de 1995, coincidiendo en fecha con el Día de la Cultura Cubana, los antecedentes de esta institución están marcados por la trayectoria de los Grupos Provinciales de Estudios Martianos y las Cátedras Martianas, que organizaban los seminarios y eventos para profundizar en las investigaciones relacionadas con el Héroe Nacional de Cuba

Fotos: Thalía Fuentes Puebla