Jerónimo Labrada: «Algo grandioso que me tocó vivir» (II)


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Nace el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC.

En el año 1969 la dirección del ICAIC, Alfredo Guevara, decide crear el Grupo de Experimentación Sonora (GESI), cuyo objetivo, o sus objetivos fundamentales, tenían que ver con la necesidad de promover en Cuba otra opción,  abrir un espacio precisamente para la experimentación sonora, de ahí adquirió su nombre; tenía el propósito de convocar a un grupo de talentos musicales de la Cuba de  aquel momento que estaban llegando a un punto alto de su desarrollo, tanto musical como en el campo de la poesía para armar un taller de creación donde  se estudiara, experimentara, probara,  y se grabara música, con el interés de enriquecer el universo de la música popular   de la época, si se quiere, que adolecía de un cierto desgano o falta de creatividad en muchos de los músicos y compositores.

Entre los propósitos centrales del GESI no estaba exactamente la composición de música para los filmes, si se daba, si sucedía…perfecto, pero no se creó para eso; en esa época hubo un auge sobre todo de la presencia de canciones con texto compuestas para algunas películas, pero  el objetivo principal era, como te dije promover a  un grupo de talentos, tal eran  los casos de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés  y Noel Nicola, y en alguna medida también Eduardo Ramos, como compositores de canciones que traían un aire nuevo, fresco a lo que se venía haciendo en  el país.

Fueron convocados Leo Brouwer, compositor de innumerables músicas para cine, como director musical al frente del grupo; Eduardo Ramos, reconocido bajista también compositor, trovador; Silvio , Pablo , Noel , Sergio Vitier, Leonardo Acosta, Pablo Menéndez y quizás si se me olvida alguien, que me perdone.

Fui también convocado,  y  se me encomendó ocuparme de las grabaciones que se hicieran del grupo,  como parte de esos experimentos, y a la par,  impartir clases para que sus miembros se familiarizaran con algunos temas que tenían que ver con la grabación , la acústica, y, aunque en algunos casos se piense que son asuntos puramente tecnológicos, obviamente, la mayoría, si no todos, tienen que ver mucho con la creación musical, es decir, los instrumentos, los micrófonos, el espacio acústico, los sistemas de procesamiento de sonidos, todo está asociado a la recreación y enriquecimiento de las ideas de las obras.

Comenzamos las clases en el aula taller que estaba en el segundo piso del ICAIC; había un área donde era posible montar un pequeño set, con determinadas piezas y había además un aula, un poquito más espaciosa, donde se daban clases de todo tipo, las mías, que ya te dije, las de Juan Elósegui, de solfeo, de Smith, que daba la clase de Magia Sonora, y el propio Leo impartía composición y dirección musical. 

La primera grabación del grupo  me tocó hacerla una tarde cuando todavía no estaba completamente lista la instalación de Prado y fue la canción «Escasez»,  que parte de un poema de Cintio Vitier; participaron en  esta grabación Pablo, como voz solista; Sergio Vitier en la guitarra y el arreglo;  Leonardo Acosta en el fiscorno; Eduardo Ramos en el bajo, y creo que, si mi memora no me falla, no había nadie más, así que  esta canción que todavía se la pueden encontrar en el archivo de sonido, fue la primera grabación que se hizo y que, bueno, me tocó el honor de realizar.

Este es el camino a través del cual llego al GESI, y por supuesto el trabajo allí, esa formación tan intensa, me facilitó enormemente participar en la grabación de una gran cantidad de música para películas con la OSN o con diferentes agrupaciones que se empleaban para sonorizar las películas.

¿Cuantos años laboró junto al GESI?

A partir de cierto momento hubo un vaivén mío dentro del GESI que me permitió hacer también grandes documentales y películas para mi concepto; la vida del grupo transcurrió desde el 69 que fue creado, hasta más o menos el 79, pero aun después de eso yo me vi con Silvio y con Pablo, sobre todo, para hacer grabaciones de determinadas músicas que ellos compusieron para películas; varias obras de Santiago Alvarez con música y canciones de Silvio, y de Pablo también, ambos componiendo ya fuera del ámbito del grupo, por lo que realmente mi relación con ellos viene  a mermar en los años 80, aunque en el 89 por ejemplo, me tocó grabar un gran  concierto que se hizo en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños con Silvio y Afrocuba, un concierto antológico, con un nivel de interpretación como nunca había oído yo, incluso a Silvio.

Todo este gran bagaje con relación a la música me ha permitido mantenerme aun haciendo la mezcla de las músicas de varias películas de reciente factura; no sé si es un acto de gentileza, pero la producción del ICAIC me ha llamado en varias ocasiones en los últimos años para hacer la mezcla que, ya no se hace con el uso extensivo de muchos músicos o grandes orquestas, pero todavía los compositores siguen siendo llamados para que creen la música de muchas cintas sobre todo de ficción y bueno , ahí he estado y me da una gran satisfacción poder colaborar.

«Algo grandioso que me tocó vivir»

Participar en la obra del Grupo de Experimentación Sonara del ICAIC, es algo grandioso que me tocó vivir, tuve la suerte de haber vivido esa experiencia. Disfruté mucho haber tenido la suerte de participar en una obra tan importante y a veces tan poco conocida como la del GESI.

El GESI fue una gran escuela que no solo me permitió relacionarme muy de cerca con estas personalidades tan importantes dentro de la música cubana sino también adquirir habilidades y conocimientos que me ayudaron a incursionar en la grabación de grandes orquestas, en el mundo de los espectáculos musicales, y me tocó en varias ocasiones hacer el sonido de las presentaciones del GESI en la Cinemateca de Cuba o en giras que hizo por el país.

Me siento muy satisfecho de haber podido estar presente en esa vorágine creativa que fue el GESI y el ICAIC en esos años.

Tengo que decir, porque no puedo ser individualista en este sentido, que hubo otros sonidistas que   trabajaron con el grupo e hicieron algunas importantes grabaciones que han quedado para la historia, como son los casos de Germinal Hernández y Ricardo Istueta, dolorosamente fallecidos hace ya unos años; ellos también participaron  en este proyecto en determinados momentos, sobre todo para grabar la música de algunos filmes como El  Hombre de Maisinicú, de Manolito Pérez, que grabó Germinal o  Cuando digo futuro, que grabó Istueta.

¿Con cuáles de los músicos integrantes del GESI ha tenido mayor coincidencia conceptual y estética?  

Creo que en principio con todos, porque considero que en el mundo de la grabación de sonido, un buen ingeniero musical es aquel que, sin demagogia, es capaz de tener de manera natural una buena relación con los músicos y los compositores, aun cuando en algún caso extremo no haya una coincidencia perfecta entre la obra y lo que puedan ser los intereses de uno.

Considero que un buen ingeniero es capaz de incorporar todo su talento a la máxima expresión de la obra musical que tiene entre manos, sea esta un toque de tambores, una orquesta sinfónica, una matraca o lo que sea que tenga algún valor expresivo; como obra musical hay que adoptarlo, hay que «apapacharlo», y hay que interpretar profundamente qué quiere decir aquello, qué es lo que estamos buscando y tratar uno de aportarle el máximo desde su especialidad.

Entonces no puedo decir exactamente con quién tuve una coincidencia conceptual y estética mayor; el planteo estético de la obra del grupo es muy amplio y variado y creo que en cada uno de los resultados que se obtuvieron hay seguramente, un pedazo de mi  aporte sin establecer ninguna división, ninguna preferencia,  creo que es así, al  igual que en el caso del intérprete musical que tiene que ejecutar una obra que ha sido compuesta por otra persona, su gran talento, su  virtuosismo, estará en lograr hacer una ejecución que se integre a la idea conceptual y estética que ha perseguido el compositor.

Me gustaron las canciones de Silvio, de Pablo, de Noel, de Eduardo, de Sara, que llegó después, pero sin lugar a dudas Silvio Rodríguez y Pablo Milanés son las dos personas   que más me marcaron o nos marcaron; desgraciadamente ya Pablo falleció, que es uno de los grandes músicos que participaron en esta obra, un gran intérprete con una capacidad enorme para generar lindas melodías e insertar en sus canciones frases poéticas que han quedado para la historia de la música cubana. 

Recuerdos de Pablo Milanés

Tengo recuerdos muy lindos, de mucho cariño; Pablo fue un tipo de una dulzura extraordinaria, la que no solo aparecía en los textos de sus canciones; me tocó grabar con él esa primera pieza «Lo que no hay», al igual que «Yolanda», creo que yo fui la segunda persona que escuchó en Cuba esa canción, y como esas, muchas otras muy comprometidas en su momento con el proceso cubano, como aquella sobre un poema de Pablo Armando Fernández dedicado a Ho Chi Minh.

Recuerdo a Pablo como una persona de un desenfado muy grande en el ámbito creativo, de manera que  una vez que estuvimos por ahí haciendo presentaciones en el interior, al lugar en el que parábamos llegué yo con una guitarra rascando los acordes de «Hoy la vi y tenía un rostro ajeno al que yo amaba…», y Pablito se incorporó a hacer la segunda voz en la canción conmigo, como si no pasara nada…; fueron momentos muy emotivos y felices los que compartimos en aquellos tiempos, al  igual que ocurrió en muchas ocasiones con Silvio también.

Una vez se me ocurrió proponerle a Pablito hacer una grabación de tal manera que cuando la cinta se virara y se reprodujera al revés se oyera el texto de una canción y Pablo se incorporó a este experimento con tremendo entusiasmo y está por ahí todavía esa grabación en la que él logró decir al revés «Ya ves, y yo sigo pensando en ti»;fue capaz de grabarla con la tonalidad y la afinación correctas, de modo que cuando se reproduce la cinta al derecho, uno oye una voz casi marciana, metálica, como si fuera un robot, y sin embargo es Pablo prestándose para ese  juego-experimento: luego en alguna canción pudimos colar esa inventiva que no era tal, pero para nosotros sí, incluso, ya algunos músicos del rock  habían hecho alguna cosa parecida.

Cuando Pablo dice que «será mejor hundirnos en el mar que antes traicionar la gloria que se ha vivido», estos versos, son frases conmovedoras, independientemente a que Pablito después haya hecho algunas observaciones críticas al proceso revolucionario cubano; creo que fue muy importante cómo en sus canciones, con palabras y frases, con su poesía, logró expresar esos sentimientos de cubanía y de todo lo que tiene que ver con esa gloria que se ha vivido.

Quizás en su caso, el abordaje de la realidad de la época se hace a través de palabras y frases más sencillas, y en Silvio están más adentro del texto esas posiciones que cada uno ha tenido ante el desarrollo del proceso cubano, pero sin duda, ambos han marcado fuertemente a los miembros de ese grupo y a una gran parte de la población cubana que todavía recuerda y escucha aquellos temas que calaron tan hondo en la conciencia nacional.

Nueva Trova y Movimiento de la Nueva Trova. Aportes  

La trova siempre existió, desde Miguel Matamoros, Los Compadres, María Teresa Vera, hasta nuestros días prácticamente, y bueno, aparecen las tendencias a llamar nuevo a los fenómenos estéticos, y en realidad yo creo que en Cuba ha habido un hilo conductor inalterable desde los viejos trovadores, todos aquellos cantores, algunos de los cuales llegaron hasta nuestros días, recuerdo a Pablito con Matamoros cantando por ahí en una calle de Santiago de Cuba.

Yo creo que si en algún género musical se puede hablar de continuidad es en la trova, en el que todavía hoy seguimos viendo en la televisión a esos muchachos jóvenes que van saliendo que repiten un poco o practican esa tradición de cultivar este género que tiene que ver con la canción, con la música, la armonía, la melodía y mucho que ver con el texto y la poesía.

El Movimiento de la Nueva Trova, surgió para responder a la necesidad de los trovadores de agruparse como gremio; recuerdo haber estado esa tarde en aquel salón en Manzanillo donde se dio por fundado el movimiento que debe haber traído beneficios para sus miembros a nivel gremial, pero en cuanto a la creación artística, con relación a la música trovadoresca, creo que tuvo un limitado aporte, no creo que  enriqueciera culturalmente este género musical, incluso a algún miembro del movimiento lo he escuchado decir en programas de televisión que llegó un momento en que se convirtió  en una organización un poco burocrática que dio pie a que se disolviera.

Tengo esta impresión, es la opinión que yo puedo tener desde lejos como espectador que no tuvo nunca una relación directa con ese movimiento, y la verdad no es algo que haya estudiado , pero sí creo que la Nueva Trova  ha tenido, y todavía tiene, en el ámbito nacional e internacional una altísima repercusión e influencia.

Fotos de la autora.


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