El 42 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, quedó inaugurado en la noche de hoy en el cine Acapulco, bajo el lema «Como lo recetó el doctor».
De manera inédita, esta apertura fue trasmitida íntegramente por la televisión cubana gracias a lo que los espectadores de todo el país pudieron apreciar, el resultado del proceso de restauración del antológico filme La última cena, de Tomás Gutiérrez Alea, que conserva intactos y vigentes sus altos valores ideoestéticos.
Un concierto de la popular cantautora y cultora del NuJazz cubana Zule Guerra, dio inicio a esta apertura; la joven intérprete ofreció varias composiciones propias de su último fonograma El viaje y estuvo acompañada por el maestro Emilio Martiní, y su Natural Trío.
A continuación, Ivan Giroud, presidente del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano compartió las palabras centrales de esta apertura que contó con la asistencia de Roberto Morales viceprimer ministro cubano, Luis Antonio Iribar, primer secretario del Partido Comunista de Cuba en La Habana, Reynaldo García Zapata gobernador de La Habana, Alpidio Alonso, ministro de Cultura y Ramón Samada, presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).
La crisis epidemiológica mundial provocada por la pandemia de la COVID-19, determinó que la edición número 42 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana se «administrara en dos dosis»; la segunda ocupará un espacio en el mes de marzo del venidero año y acogerá las proyecciones de las obras en concurso, el trabajo de los jurados, los encuentros con los artistas y realizadores, y la esperada noche de entrega del tan pretendido Premio Coral en los diferentes apartados cinematográficos, con lo cual terminará el tratamiento tal y «Como lo recetó el doctor».
Intervención de Ivan Giroud, presidente del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano
“Buenas noches.
Hoy tres de diciembre de 2020, aquí en La Habana, Cuba, se inaugura la cuadragésima segunda edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Signada esta vez por una pandemia que ha dejado en su destructivo paso por el mundo, un millón y medio de muertes, economías destrozadas, vidas rotas, proyectos pospuestos, testimonio de los peligros a los que está sometido hoy el planeta y en el cual será imposible subsistir si no se imponen el sentido común, la solidaridad, la colaboración y el permanente y constructivo diálogo entre las naciones.
Si hoy nos encontramos inaugurando el Festival es gracias al trabajo, el esfuerzo y el sacrificio de nuestros médicos y científicos, y a la rápida y eficaz política del gobierno que logró articular los pocos recursos disponibles con los más relevantes avances de nuestra ciencia, convocando una y otra vez a la responsabilidad ciudadana.
Esta edición no sería posible sin el apoyo que hemos recibido de los cineastas de todas partes que nos entregaron sus obras para esta vez acompañarnos desde sus países; a todos ellos debemos agradecerles ese noble gesto.
La familia del cine latinoamericano este año ha sufrido notables pérdidas; cito algunas como ejemplos.
El argentino Fernando Pino Solanas, y el mexicano Paul Leduc, figuras paradigmáticas del Movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano, a quienes la historia del Festival unió en su séptima edición haciéndoles compartir el Primer Premio Coral, por sus obras Tangos, el exilio de Gardel y Frida naturaleza viva.
Juan Padrón creador de Elpidio Valdés, y máximo exponente del cine de animación en Cuba, y el historietista argentino Joaquín Lavado Kino, quienes hermanaron sus talentos en sus inolvidables Quinoscopios y Mafalda.
Otra pérdida notable en este aciago 2020, fue la de Enrique Colina, crítico y documentalista, pero sobre todo maestro de la apreciación cinematográfica de varias generaciones de cubanos que aprendieron a ver con otras miradas el cine con su programa televisivo «24 X segundo».
Paco Prats, pilar de la producción del cine de animación en Cuba, nos dejó después de conocer que había obtenido el merecido Premio Nacional de Cine 2020, y hace unos días nos impactó a todos la pérdida de la talentosísima actriz cubana Broselianda Hernández; a ellos les estaremos dedicando estas jornadas del Festival de La Habana.
Vivimos todo un año bien difícil, y el cine cubano intenta, en medio de tantos contratiempos, levantar vuelo.
Durante el Festival se darán a conocer los proyectos ganadores de la Primera Convocatoria del Fondo de Fomento del Cine cubano.
La creación de este fondo, consecuencia de un largo y complejo proceso que involucró durante varios años a un grupo de sus más destacados creadores ha dado sus frutos. Los primeros resultados son alentadores, y servirán no solo para descubrir nuevos talentos y nuevas obras, sino para romper esquemas mentales y productivos, sectoriales y generacionales, temáticos y estéticos.
Surgirá un nuevo cine cubano, está surgiendo, pero el camino no será fácil, ya lo sabemos, y de todos será responsabilidad encausarlo hacia su mejor destino.
Inauguramos este Festival con un clásico de nuestro cine latinoamericano; un filme que se estrenó en esta sala hace hoy 44 años y un mes, salvado gracias a la ayuda y colaboración del Archivo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, en ejemplo virtuoso de cuanto puede construirse cuando trabajan por un mismo objetivo instituciones de países tan próximos y tan distantes.
Me refiero a La última cena, de Tomás Gutiérrez Alea, rodada en 1975, y basada en un breve pasaje de una obra capital: El Ingenio de Manuel Moreno Fraginals, eminente ensayista e historiador a quien queremos homenajear con esta proyección en el año de su centenario.
La última cena revela el vital aporte de la presencia africana en la formación de nuestra cultura e identidad nacional; es una obra de excepcional valor que sostiene un discurso donde se contrasta la esclavitud y la rebelión, la verdad y la mentira, la religión la hipocresía, el poder y la sumisión, en tenaz combate por conquistar la plena libertad del hombre.
Acá esta noche nos acompañan dos miembros de su elenco: la actriz Mirta Ibarra y el productor Santiago Llapur, para ambos nuestro aplauso.
La 42 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana abre sus jornadas de diciembre que continuará en marzo con la competencia por los Premios Coral.
En medio de condiciones, tan adversas una fuerza mayor obligó a no ceder en el intento; la cultura y el cine están en peligro y no es momento de posposiciones; espacio que cedamos lo ocupará la vulgaridad y la mediocridad, el anti intelectualismo y la barbarie.
En tiempos de pandemia y de retos globales no existe otra vía para encausar el desarrollo del espíritu humano que colocar a la cultura, que incluye a la ciencia, en el centro de esta encrucijada; solo así estaremos listos para enfrentar la avalancha del neoliberalismo y de otros fundamentalismos de diferentes signos que hoy nos acechan.
Muchas gracias y que disfruten el Festival.”
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