Con el tema
Retos y perspectivas en la sociedad
cubana sesionó el III Taller Nacional de Sociología entre los días 16 y 18
de noviembre. La recepción de 115 ponencias de 14 provincias[1] no
solo avala el lugar de esta ciencia en Cuba sino también su ineludible
presencia en el proyecto social por el que aspiran los cubanos desde el período
colonial. Hacer ciencia al margen de cuánto tributarán sus resultados al
mejoramiento humano resulta éticamente estéril e improductivo no solo en la
Isla, sino en todo el mundo.
El Taller Nacional
de Sociología es convocado por el Departamento de Sociología de la Universidad
Central “Martha Abreu” de las Villas y responde a la necesidad de un espacio de
reflexión en torno a las investigaciones que desde la perspectiva sociológica se
realizan en el ámbito nacional al tiempo que permite, mediante la participación
de profesionales de todo el país, visibilizar el estado de esta ciencia en
Cuba. Con antecedentes en las ediciones anteriores, 2012 y 2014, esta tercera
cita se caracteriza, según la Dra. Sheila Galindo Delgado, presidente del
comité científico, por la diversificación de las actividades científicas por
área del conocimiento y los espacios de diálogo en las modalidades de paneles,
conferencias, mesas de trabajo en comisión, reuniones de coordinación de
acciones académicas, foros de decisores y representantes de organizaciones
sociales y de estudiantes y talleres sobre experiencias municipales. Aunque tiene
por razón la Sociología como ciencia y formación profesional aboga por una
sociología multidisciplinar al servicio de
las exigencias y desafíos de la realidad social cubana.
La conferencia
inaugural del Taller: Sociología y cultura.
Del hacer a la reflexión, estuvo a cargo de la Dra. Alicia de la Caridad
Martínez Tena, del Centro de Estudios Sociales Cubanos y Caribeños “Dr. José
Antonio Portuondo”, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de
Oriente. De tan sustancial discurso, y en condición de investigador del
patrimonio cultural, considero pertinente plantear aquí algunas de las tesis desarrolladas
por la conferencista, líneas que si bien resultan medulares en el campo teórico
metodológico de la Sociología también, y precisamente por ello, trascienden el
ámbito científico.
Resulta vital en primer orden la relación entre contexto y cultura, máxime si el punto de partida lo constituye el reconocimiento de las diferencias geográficas y las circunstancias que acompañaron la génesis de nuestros primeros asentamientos y conjuntos urbanos, así como la transculturación que acompañó —y acompaña— las sociedades urbanas y rurales. Conocer la realidad social en Cuba no es posible sin tomar en consideración la subsistencia de una diversidad cultural en las diferentes localidades y regiones del país. Que exista un modo particular de hacer Sociología en La Habana, Santa Clara y Oriente, a la que se suma Camagüey, por citar puntos clave en la formación de sociólogos, más allá del carácter que otorgan sus especialistas a las corrientes teóricas de la Sociología clásica o contemporánea, encuentra sus cimientos en las particularidades históricas de esos territorios.
Como indica
la Dra. Martínez la investigación sociológica deviene una actividad
hermenéutica en los conocimientos tanto en lo epistémico como en lo empírico. Análisis
del arte desde la memoria cultural y estudios empíricos de prácticas culturales,
entre otros, han de ser asumidos como casos únicos en los que el dato
condiciona el método y la construcción teórica. Vital resulta entonces la
construcción del objeto de estudio en un proceso de larga duración cuya
definición es inherente a los cambios de la realidad social en la que cobra significación
cultural. En su magistral intervención, además de calificar de sustantiva la
división entre paradigmas cualitativo y cuantitativo, y en base a la pluralidad
de la realidad social en estudio, se encuentra el cientista en una especie de
laboratorio en el que son los modos particulares los que permiten entender con
objetividad el objeto de estudio.
Con la coordinación de profesionales de alto nivel en la materia, entre los que se encuentran los doctores en ciencias Teresa Muñoz Gutiérrez, Niurka Pérez Rojas, Manuel Martínez Casanova, Mayra Espina Prieto y Ernel González Mastrapa los trabajos presentados por los participantes fueron agrupados en ocho grupos temáticos. Junto al dedicado a la de Método, teoría y corrientes sociológicas contemporáneas. Una mirada a la realidad cubana, se encontraban Estudio de las teorías y prácticas del desarrollo local y territorial, Estudios rurales y agrarios, Estudios sobre prácticas organizacionales y ámbito laboral, Estudios de dinámicas poblacionales y Estudios cubanos actuales en torno al género y la familia.
Dos mesas de particular implicaciones en el arte y la cultura fueron las nombradas Perspectivas sociológicas de la cultura, la educación y la comunicación, así como la de Estudios urbanos y territoriales, pero las implicaciones del patrimonio cultural como medio de comunicación y recurso, pero también como proceso en continua formación y resignificación lo revelaron en un número considerables de trabajos entre los que basta mencionar Historia y contexto de las calles más pequeñas de La Habana Vieja, La música coral dentro de la comunidad universitaria, Significación sociocultural del centro “Luz y amor” para los practicantes del espiritismo de cordón en el Consejo Popular de la Juanita, municipio de Cienfuegos, La transmisión de la cultura haitiana. Una mirada desde el análisis de redes sociales, El paisaje cultural: El Cobre y los sitios del camino de la imagen de la Virgen del Cobre, Perspectivas sociológicas en el estudio de ciudades patrimoniales desde la historia del arte. El caso de Camagüey, La participación como factor de transformación del centro histórico de Nueva Gerona, Aprovechamiento social del Parque Villuendas como espacio verde urbano en la ciudad de Cienfuegos, Impacto sociológico de la vivienda rural en la comunidad El Rincón para el desarrollo comunitario, Asturianos en Cienfuegos, inmigración, demografía y relaciones etnomatrimoniales 1860-1930, Patrimonio y museología, una mirada sociológica.
Una
minuciosa lectura de estos títulos respaldan la importancia de este III Taller
Nacional de Sociología, cita que sus organizadores habrán defender con la
pluralidad de temas y disciplinas que ha caracterizado esta cita, pero en
especial, desde la propia ciencia, por propiciar el encuentro entre
especialistas de alto nivel, profesionales en especialización y estudiantes de
pregrado, perspectiva desde la cual no solo se garantiza la razón de ser de la
Sociología en el contexto cubano, sino también la socialización de su quehacer
ante actores sociales de implicaciones locales, territoriales.
Como
proyecto de trabajo quedó planteada la aspiración no lejana de contar con la
Asociación de Sociólogos de Cuba, sueño
que tendrá como punto de partida el análisis y discusión de sus estatutos y
reglamentos en las diferentes regiones del país bajo la dirección de un comité
gestor en el que esté presente el CIPS, el tribunal nacional de grados
científicos y los departamentos que desde la docencia cumplen con la misión de
la formación de profesionales en esta ciencia. Urge también, la creación de talleres
territoriales que permitan potenciar a nivel local el papel de la Sociología en
el desarrollo social de cubano.
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