"MetapHeroe Nacional" y "Jardín Martiano" son dos series en las que he venido trabajando en los últimos cinco años, para honrar al más grande de los cubanos.
En el que, más que representar su figura pretendo capturar sus significados, como expresaba él, petrificados en el aire, en el espíritu de este archipiélago , entretejidos en el sentir y el hacer de cada cubano digno y virtuoso.
Es un ejercicio metafórico, de traslado temporal y espacial; en el que actualizo al Héroe, "desmarmolizándolo", activándolo en los sujetos de hoy. Trayéndolo a nuestra cotidianidad, acompañándonos de su sentir y su hacer frente a nuestros retos y batallas diarias. Con sus reflexiones sobre lo bello, sobre la naturaleza, sobre lo político, en definitiva, sobre lo humano.
Es una brotación desde su imaginario y sus paradigmas. Lo muevo de su contexto al nuestro, de mis inquietudes de artista a su poética, como se representaba a sí mismo y cual dibujaba al Mundo; según la práctica artística que apreciaba.
De ahí, que sea rosa blanca, en julio rojinegro como en enero de arcoiris. Frente al sol y como un sol.
Y un puñal corazonero con el que echamos suerte, " o nos condenan juntos o nos salvamos los dos".
Que sobrevuele, virtuoso y protector, sobre el jardín republicano, sanguíneo y fraternal, al que aspiramos.
Que sea el alma cubana y el autor intelectual de la Revolución.
Que apunte con su rosa blanca al que nos quiere mal, al que nos odia y nos desprecia.
Que hasta su lazo sea un abrazo de mariposa pública y rosa íntima.
De ahí, que sea de carne y sea de pétalos, su piel, su ropa y su expansión constante, su cuerpo y su novia, la noche.
De aquí que sea metáfora y que lo hagamos ala, amuleto y arma.
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