El Ballet Nacional de Cuba (BNC), bajo la dirección general de la primera bailarina Viengsay Valdés, el venidero 16 de diciembre ofrecerá en el Teatro Martí una gala especial en homenaje a Aurora Bosch, en ocasión de sus 80 años de vida, programa que incluirá selecciones de algunas obras del repertorio de la gran artista, como “Giselle”, “Grand pas de quatre” y “El lago de los cisnes”.
Bosch, una de las Cuatro Joyas del Ballet Nacional de Cuba (BNC) y figura emblemática de la danza insular, arribó este 10 de diciembre a sus ocho décadas, con la satisfacción de haber dejado fecundas huellas en un ejercicio artístico que comenzó a germinar en ella cuando apenas era una niña, imbuida por el interés de su abuela, quien la introdujo en el mundo de la escena.
No hubo retos que no asumiera con éxito. Bailó innumerables coreografías, desde “Las Sílfides” con la que debutó profesionalmente en Matanzas, en 1956, junto al elenco del Ballet Alicia Alonso “Carmen”, “El Lago de los Cisnes”, “Coppelia” y “Giselle”, por solo mencionar algunas, aunque siente nostalgia por no haber podido desempeñarse en “Don Quijote”, la cual se llevó a las tablas cuando ella ya no bailaba, como sucedió con otras que les hubiese gustado asumir.
Ama el escenario, las luces, la música, y sobre todo al público expectante que siguió sus pasos con admiración incontenida, y le entregó sus más sonadas palmas y vítores en diferentes escenarios de Cuba y del mundo. Sus actuaciones en la Sala “García Lorca” eran esperadas por los cientos de fans que tuvieron la suerte de disfrutar de su magisterio y su técnica, en tiempos en que la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, causaba furor junto al resto de las Cuatro Joyas del BNC, Mirta Plá, Loipa Araújo y Josefina Méndez.
Doctora Honoris Causa por el Instituto Superior de Arte, donde igualmente es profesora Titular Adjunta y recibió allí, además, el Doctorado en Ciencias del Arte, la prestigiosa maestra del BNC ha asegurado que parte del éxito de su carrera artística se debe a que a su generación le enseñaron que siempre se siente insatisfacción, porque siempre se puede hacer más. Puede que haya una función que me haya gustado como quedó, pero siempre hay una arista que uno tiene que resolver.
Bosch cautivó a los más diversos públicos en importantes coliseos de Europa, Asia y las Américas, amén de sus desempeños danzarios como artista invitada de famosas compañías foráneas, como el Ballet del Teatro Griego de Los Ángeles y el Festival Internacional de Ballet de Chicago, Estados Unidos; el Ballet Clásico 70 y el Ballet Independiente, en México; así como en el Teatro de Ópera y Ballet de Bucarest, Iasi y Cluj, Rumanía; el Festival Coreográfico Contemporáneo de los Países Socialistas; Budapest, Hungría; el Ballet del Teatro de Ópera de Odessa; el Teatro de Ópera y Ballet de Vilnius, Lituania; y el Teatro Estatal de Ballet de Moscú, en la antigua Unión Soviética.
La maître del BNC dejó su impronta pedagógica en la Escuela Provincial de Ballet de La Habana, donde asimismo fue directora. Esa vocación por el magisterio de la danza también fue reconocida en otras relevantes agrupaciones, como la Compañía Nacional de Danza de México; el Ballet Nacional de España; el Ballet de Víctor Ullate, reconocido bailarín, coreógrafo y director de espectáculos de danza española; así como en otras formaciones danzarias del país ibérico, servicio que hizo extensivo, igualmente, al Real Ballet de Dinamarca y su Escuela; al Stage Internacional de Verano, en Madrid; al Ballet de Zurich, Suiza; al Ballet de Boston, Estados Unidos; a la Central School of London, Gran Bretaña; al Ballet Nacional Húngaro y a la Ópera de Viena.
Bajo la recia y trascendente técnica de Alicia y Fernando Alonso, la Bosch asumió prontamente el método técnico, ético y estético que aquellos grandes maestros le inculcaron, en tanto caracterizan, hasta la actualidad, a la universalmente afamada escuela cubana de ballet. El prestigio tempranamente alcanzado por esta bailarina ha motivado, también, que haya sido seleccionada como presidenta e integrante de acreditados jurados internacionales, como el del Concurso de Ballet de Trujillo, Perú, y el del certamen de Ballet de Varna, Bulgaria.
Su trayectoria como pedagoga en Cuba se remonta al año 1962, cuando fue profesora fundadora de la Escuela Nacional de Arte, donde ejerció, durante varios años, como maestra en la especialidad de Ballet. De su sólido magisterio emergieron varias generaciones de bailarines que han puesto, como ella, muy en alto el nombre de su país en las más célebres salas de todos los continentes.
El connotado Historiador del BNC, Doctor Miguel Cabrera, en un texto recientemente publicado en La Jiribilla, bajo el título de “Aurora Bosch en especial aniversario”, apunta: Al triunfar la Revolución en 1959, Aurora pasó a integrar el elenco del recién organizado Ballet de Cuba, donde en virtud de su talento y disciplinado quehacer solidificó una carrera que la llevó a obtener la categoría de Solista en 1962 y la de Primera Bailarina en 1967.
Por sus extraordinarios aportes a la cultura cubana, recibió la Orden Félix Varela, otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba; la Distinción Por la Cultura Nacional, del Ministerio de Cultura; la Medalla Alejo Carpentier, del Consejo de Estado de la República de Cuba; la Medalla Fernando Ortiz, de la Academia de Ciencias de Cuba; la Distinción Raúl Gómez García, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura; y el Premio Anual del Gran Teatro de La Habana, entre otros muchos lauros.
Entre los múltiples galardones profesionales de la Bosch, se destacan las Medallas de Oro y Plata en el Concurso Internacional de Ballet de Varna, Bulgaria; el Premio Ana Pavlova, de la Universidad de la Danza de París, el Premio Especial de los Críticos de Danza (Francia); la Medalla de Oro del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, el Premio Internacional del Arte Sagitario de Oro, Italia; la Medalla al Mérito Danzario, del Consejo Brasileño de la Danza, y otros muchos.
La prolífica carrera de esta carismática mujer se extiende, además, a su considerada labor como presidenta de la Sección de Artes Escénicas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), cargo que ocupó durante dos períodos de cinco años y que alternaba con sus actuaciones danzarias.
El Ministerio de Cultura, junto a los trabajadores de este sector y el pueblo al que dedicó lo mejor de su arte, saludan y rinden homenaje a esta gran figura de la danza cubana y universal.
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