Por su coraje, valentía e inteligencia, históricamente, los cubanos hemos estado muy cerca y unidos, de corazón, al heroico pueblo vietnamita. Y, en ese contexto, el mundo de la imagen, a través del Noticiero ICAIC Latinoamericano, con Santiago Álvarez al frente, jugó un destacadísimo papel, ya no solo en sus ediciones semanales, sino, además, por la vía del documental. La tenaz combatividad de los vietnamitas frente al despiadado agresor estadounidense, quedó plasmada en muchos planos que tomara, in situ, el camarógrafo Iván Nápoles, allí como corresponsal de guerra.
Isabel Santos, la notable protagonista de Clandestinos, Adorables mentiras y otros importantes filmes cubanos —en la actualidad, devenida realizadora—, cuarenta años después ha querido acercarse a aquella realidad, al dirigir su documental El país que ya no existe (2014).
Y el discurso que construye —ella y la periodista Arleen Rodríguez Derivet escribieron el guión—, conformado por imágenes de aquel período, mezcladas con otras tomadas ahora (Rafael Solís), tiene como protagonista principal a un hombre sencillo, talentoso y valiente, testigo y participante de los hechos: Iván Nápoles (1933).
En la génesis y base del Proyecto está el Diario que, por entonces, escribía el formidable camarógrafo. Nápoles ha estado 18 veces en Vietnam; por lo tanto, deviene formidable testimoniante, que puede hacer un estado comparativo entre aquellos años y el presente. Su relato, a veces en off, es el hilo conductor del documental. De una manera u otra, El país que ya no existe, de Isabel Santos, también le rinde merecido tributo a él.
En los años cincuenta del pasado siglo, Iván Nápoles trabajó como luminotécnico en centros nocturnos y en la televisión; después, laboró en el equipo técnico de Cine-Revista. Ya en 1961, él pasó al Noticiero ICAIC Latinoamericano como camarógrafo, hasta llegar a convertirse en el principal camarógrafo de los documentales de Santiago Álvarez.
Nápoles posee una amplia filmografía, entre cuyos títulos hallamos, por ejemplo, Ciclón (1963), Hanoi, martes 13 (1967) y 79 primaveras (1969). Asimismo, fue director de fotografía en Los refugiados en la Cueva del Muerto (1983), único largometraje de ficción de Santiago Álvarez.
El país que ya no existe —con música de Silvio Rodríguez, donada especialmente por él—, fue producido por el ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos) y el Ministerio de Información y Comunicación de la República Socialista de Vietnam.
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