Aún retumban en los oídos de su valiente pueblo y de quienes lo siguen en pensamiento y ejemplo en cualquier confín latinoamericano y caribeño, los versos de aquella canción –entre otras muchas–, que supo entonar y hacer repercutir con voz de tenor, de llanero bolivariano, las fibras más profundas de los dignos y sinceros revolucionarios de nuestra América:
“Al rumor de clarines guerrero, ocurre el blindado, ocurre veloz,
con celoso dragones de acero que guardan la
Patria, que el cielo nos dio, patria, patria, patria querida tuyo es mi cielo,
tuyo es mi sol, patria, tuya es mi vida,
tuya es mi alma, tuyo es mi amor.
Tuya Patria, la Patria”.
Y es que con ella se disponía a retomar la Historia americana, junto a los bravos llaneros de Páez, Cedeño, Urdaneta y, en especial, del Libertador Simón Bolívar, en Carabobo (24 junio-1821), y en tantas otras batallas cuyas tácticas y estrategias sorprendieron por su valor espartano, y aniquilaron al ocupante colonialista español hasta su final derrota. Venezuela alcanzó su definitiva independencia en 1821, con la Batalla de Carabobo, después de una prolongada y cruenta guerra, pero aún se escucha el cabalgar junto al Libertador de aquellos bravos jinetes blancos y ex esclavos negros –surgidos de lo más genuino del pueblo–, a la vez que la energía, voluntad de luchar y de vivir del segundo Bolívar (1) seguidor en la práctica de su acción y pensamiento: Hugo Rafael Chávez Frías.
Este 28 de Julio, hubiese cumplido 66 años de edad, y su verbo, confidencias, premoniciones y diálogos –como en conversaciones entre amigos–, con su pueblo continúan latentes (2):
“(…) Seamos como Bolívar, seamos como el Che, seamos como Manuela Sáenz, seamos verdaderos humanos, pues potenciemos los valores humanos, he allí lo social para resumirlo (…) El moral es el primero; el segundo, el social, la igualdad; la igualdad, lo dijo Bolívar, la piedra fundamental de nuestro sistema descansa en la igualdad establecida y practicada en Venezuela, donde estemos, en el territorio de la Comuna, todos debemos ser iguales y practicar la igualdad. No sólo pregonarla, debemos comenzar a crear la sociedad socialista”.
Ciertamente, su partida ha sido física pero, lo fundamental en él está vivo en el ejemplo cotidiano de su pueblo, en sus valores humanos, en la sonrisa de cada niño, de cada mujer evocadora de la Manuela Sáenz, de su fuerza uniformada trasgresora en tiempo y espacio de aquellos jinetes guerreros –lanceros y con pobre armamento–, cruzando peligrosos desfiladeros y llanuras de la geografía venezolana, colombiana, ecuatoriana…en su amistad y lecciones martianas y fidelistas.
Estos tiempos son otros, mas no así el pensamiento y acciones deshumanizantes de algunos gobiernos representantes de un neoliberalismo de tentativas globalizadoras y de un neofascismo salvaje. Como bien manifestara el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, en fecha reciente: “(…) nos tenemos que ubicar en un campo de batalla donde la estrategia enemiga está demostrando ser: atacarnos por varios frentes y disparar por todos los flancos posibles”. Y esto es válido también para el hermano pueblo venezolano.
Así, y contra tal podredumbre, Chávez y Bolívar, ¡están hoy más vivos que nunca, porque están en la intransigencia y la unidad de cada hombre y mujer dispuestos a luchar por lo mejor de las virtudes humanas!
¡Hasta la victoria siempre, gran Llanero bolivariano!
Notas:
(1) Aunque no se le haya proclamado, así lo pienso; y esto va dirigido a todos los investigadores, estudiosos e historiadores contemporáneos e intelectuales en general.
(2) Aló, Presidente Teórico. Instituto de Altos Estudios del Pensamiento del Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías. República Bolivariana de Venezuela, 2016.
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