Gracias, en nombre de todos


gracias-en-nombre-de-todos

General Presidente Raúl Castro Ruz; amada, querida amiga Alicia, distinguidas personalidades que nos acompañan esta noche, distinguidas amigas y amigos, queridos todos.

Se trata de una ocasión realmente excepcional, por todas esas motivaciones que Rosalía [Arnáez] ha enumerado. Pero hay cosas que trascienden las fechas y aún las edades, hay acontecimientos que quedan en la base misma, en los fundamentos de las naciones. Ellas contribuyeron a hacer grande a un país, a soñar alguna vez con una patria y a esperar el nacimiento de una nación.

A lo largo de ese camino, el arte y la cultura jugaron papeles esenciales y son inseparables de la voluntad política, del inmenso sacrificio de todo un pueblo y de sus figuras miliares. Bastaría recorrer el ámbito de este teatro para, superando el paso de las generaciones, encontrar en cada una de sus butacas a alguien que ayudó a formar y a crear esa nación; si llegásemos recorriendo esos caminos al día de hoy, nos inclinaríamos como lo hacemos con sincera reverencia ante el acto fundacional que hace 62 años, Alicia y Fernando Alonso realizaron, el nacimiento de un ballet que no tardó en convertirse en el Ballet Nacional de Cuba. Ella, en lo profundo de su corazón, sintió siempre el ardoroso llamado del insigne educador cubano José de la Luz y Caballero cuando exclamó: “El que tenga la Escuela, tendrá a Cuba”; y ella fue elaborando en el interior de su espíritu, unido a su poderosa vocación, a su voluntad férrea, a su perseverancia que no conoce fatiga, ni adversidad, el diseño futuro que a lo largo de medio siglo ha permitido que junto al paso de su pueblo, en medio de agónicas circunstancias, en medio de acontecimientos que alguna vez tuvieron un tinte dramático, el Ballet Nacional que ella gestó estuviese perennemente junto a ese pueblo.

Un día Juan Marinello, ilustre intelectual cubano, me contó que en una plazuela de Florencia halló una inscripción que la tomó como suya, la dije hace muchos años en un homenaje a Alicia y hoy la repito: “El Arte no tiene patria, pero los artistas sí.” Y ella, nuestra Alicia, ha tenido una patria; pero consecuente con el pensamiento martiano, la patria se ha hecho para ella también Humanidad y es la razón por la cual en estos días y en estas semanas, en distintas latitudes del mundo se salude el aniversario noventa de su natalicio. No vale aquí decir, que una acumulación inútil de años, por afectiva que sea nuestra relación con una persona o con una figura pública, sería suficiente. Lo importante es la utilidad de la virtud. Ella ha sido esencial y útil, ha sido firme y fuerte, ha sido sensible y magistral; a tal punto que le dió vida a todo lo que en este mismo espacio una vez fue carne y fuego en la figura de las grandes bailarinas que a lo largo de casi doscientos años, vinieron a La Habana y bailaron en este maravilloso teatro. Ella, a través de sus discípulas que supo formar, respetó sus identidades, sus delicadas personas, los rasgos fundamentales de cada uno de sus caracteres y en ese consenso de voluntades, surgieron las joyas que todo el mundo admiró, que todos admiramos, que todos quisimos; dispersas por el mundo han llevado a los más apartados rincones de la Tierra ese magisterio y han llevado, como José María Heredia o como Gertrudis Gómez de Avellaneda, el sello en su frente de una cubanía que la maestra inculcó con amor infinito.

Hoy, hace un instante, vestida de azul, ha vuelto a su teatro y a su espacio. Permítanos hoy, maravillosa amiga, en que personalidades de todo el mundo llegan a reunirse en ocasión de la 22. puesta en escena del Festival de La Habana; ahora que la cultura del ballet se entiende, no como la creación de una élite interesada en una expresión del arte, sino como una vanguardia que entiende que la belleza es tan indispensable a la Revolución como la justicia, y que la justicia necesita y está urgida de la belleza.

Usted, amada amiga, cultivó esa belleza, nos demostró que era posible amar y reproducirla, nos enseñó que podía florecer en generaciones y generaciones. Hace un instante, tras las cortinas del escenario principal del teatro, están los jóvenes que ya hoy me son desconocidos. En el rostro de cada una de ellas y de ellos, vi a mis amigos de otro tiempo, a los que encontré en distintas latitudes del mundo con extraordinario entusiasmo, viviendo a veces con rigor y austeridad para poder llegar a un punto del mundo donde se iba a poner en escena una obra del Ballet Nacional de Cuba.

Hoy es un día de alegría, un día de felicidad; no ponemos límite al tiempo, ni a la providencia. Deseamos firmemente que tenga usted la satisfacción de que toda una vida está por delante y que le corresponde ese tercer espacio que el gran poeta español Jorge Manrique reservó para los artistas y los intelectuales “la vida de la fama”. La vida de la fama, más allá de la humanal y la eternal le pertenece por entero a usted. Siga por cualquier rincón del mundo, desde Pekín a París, desde Londres a Nueva York, pero siempre, siempre, vuelva a esta ciudad maravillosa, a esa ciudad que un día vio a aquella niña precoz que amaba el arte y que bebió de sus padres inspiración, educación y enseñanza; volveremos a ver a la adolescente que llena de tesón iluminó el primer espacio para un ballet cubano en La Habana; la recordamos en su rebelde juventud en la Plaza Cadenas de la Universidad de La Habana, hoy Ignacio Agramonte, en días de angustia, de persecución, de incomprensión y de esperanza; la vemos en las jornadas gloriosas llevando el traje de los que defendieron con honor cada rincón, cada playa, cada risco, no de una nación, sino de un sueño; la vemos siempre, siempre. Gracias Alicia, en nombre de todos. Gracias. 

 

 

2010

 

 

*Palabras en la inauguración del 22. Festival Internacional de Ballet de La Habana, el 28 de octubre de 2010, en la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Publicadas con el título Un acontecimiento que transciende las fechas y las edades, en Cuba en el Ballet, La Habana, septiembre-diciembre, 2010, No. 121, pp. 28-29.


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte