Frank Stella en San Alejandro


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El afamado artista norteamericano Frank Stella en La Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro.

La Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro una vez más se vistió de gala. El afamado artista norteamericano Frank Stella (Massachusetts, 1936), una de las figuras representativas del abstraccionismo pictórico y el minimalismo, acaba de visitarnos.

La cita no podía ser menos sorprendente. Stella, creador de una buena cantidad de obras fundamentales dentro del arte contemporáneo, es bien conocido por nuestro gremio. La Historia del Arte lo recoge como uno de los más influyentes hacedores de la segunda mitad del siglo XX. Sus grandes composiciones de colores planos y monocromos, tan reconocidas junto a las de Josef Albers o Kenneth Noland, y sus pinturas escultóricas o pinturas-relieves, con marcada influencia de Jean Arp, han ocupado un lugar determinante dentro del arte norteamericano de vanguardia.

Él, un sobresaliente expresionista abstracto, no tuvo a menos renunciar a este tipo de representación para indagar en otras posibilidades expresivas y desde esa otra dimensión: la abstracción geométrica, adelantarse a lo que sería el arte minimalista o potenciar el Hard Edge. Pero su búsqueda no ha quedado en lo formal-representativo. A partir de 1980 creó un gran corpus teórico sobre los fundamentos del conceptualista y neodadaista Ad Reinhardt y su teoría del espiral, en la que cuestiona el origen y la estructura propia de las formas en el arte, la existencia del absoluto y la progresión de los objetos.

Parte de esta investigación puede verse en su serie Moby Dick, con la que experimentó un cambio en la visualidad de sus piezas para evolucionar a una tridimensionalidad espacial que le permitió retomar el material o el soporte, como protagonista. Años después, tal vez movido por estas experimentaciones, asumió la escultura plena para espacios públicos y los proyectos arquitectónicos.

De todo esto conversó durante su visita-recorrido por San Alejandro. Porque Stella es también un excelente interlocutor y un maestro de profundis que, por supuesto, no gusta de revelar pero que en cada consejo o apunte que hace, manifiesta con claridad su componente. No perdió tiempo en compartir sus puntos de vista y en sugerir revisar los antecedentes, porque para él, sigue siendo la Vanguardia del siglo xx la que más soluciones encontró (dentro de ella el abstraccionismo ruso). Y mencionó algunos nombres puntales: Mondrian, Rodchenko, Albers, Kandinsky y Malévitch.

Stella recorrió San Alejandro acompañado de sus profesores y estudiantes y también de algunos invitados. Fue un ejercicio de pensamiento democrático. Aprecio y valoró por sí mismo una parte importante de la Enseñanza Artística nacional y compartió sus criterios: «San Alejandro es una escuela bien estructurada, con talleres que enseñan el desarrollo de las habilidades fundamentales y de las técnicas de las Bellas Artes. Cuenta con profesores capaces, pero siento que se restringe todavía a las especializaciones en un mundo que va cada vez más a la expansión. No es un problema, porque los artistas necesitamos estas habilidades, pero hay que buscar más».

Y al conocer sobre el proceso que se desarrolla de perfeccionamiento de los programas de las asignaturas y los talleres, continuó: «Me gustaría ser estudiante o profesor aquí».

Interrogado nuevamente sobre cómo funcionan otras escuelas, expresó: «Son diferentes. Tienen otros puntos de vista o maneras de ver el arte, donde los estudiantes procuran buscar otros caminos. Desprenderse de la tradición es un proceso complejo, pero se puede hacer. Ustedes necesitan trabajar más la materia, darle más importancia al material en cada obra. Que se sienta la pintura y que no quede en la superficie. Un taller de pintura no es solo un cuadro pintado. Hay muchas formas de hacerlo. Hay que procurar que no se enseñe tanto a pintar y que se pinte más. Hay que salir de las aulas y procurar que se interrelacione todo. Cada espacio de la escuela cuenta».

Y con esto, Frank Stella pone nuevamente sobre el tapete un tema recurrente dentro del campo artístico-pedagógico: ¿hasta dónde son necesarias las especializaciones? ¿Hasta dónde el profesor se siente un instructor de oficios y no un facilitador o un conductor de procesos en un mundo de ideas? ¿Podrán los nuevos programas de estudio posibilitar esa libertad creativa, que le permita al profesor convertirse en un guía más que en un enseñante de oficios?

Sin duda, un elemento clave en su propuesta discursiva. Algo que en la tarde continuó con su conferencia: How to look at a spiral, en el teatro del edificio de Arte Cubano del Museo de Bellas Artes. Una magnífica oportunidad para repensar el arte.

El afamado artista norteamericano Frank Stella en La Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro 

 


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