Atrapar con la mirada ese arte verdadero, original y auténtico que llega desde las raíces va siendo, cada vez más difícil en la Feria Internacional de Artesanía FIART. Sobre todo hallar en ese conglomerado la obra deslumbrante, que nos emocione en los adentros con la carga de imaginación, talento y un alto sentido estético para seducirnos al instante.

Pero no todo está perdido ni es categórico. Caminando y “olfateando” por cada rincón encontrará ejemplos que le harán soñar. Porque el arte cubano está vivo, y algunas obras demuestran que los creadores auténticos no pueden enajenarse de su nación y su cultura, sino que deben expresar en su lenguaje signos de ambas, a la vez que servir de alguna manera al propósito noble de extender lo bello original a nivel de toda la sociedad. Cuando pasee por la Feria deténgase en el stand de Sueños exclusivos, de los Hermanos Sánchez y el FCBC de Sancti Spíritus. Ellos conjugan a la perfección el nombre que los distingue.

Haciendo un poco de historia, desde hace poco más de siete años anclaron en este foro con una idea original y auténtica: traducir al diseño de muebles la obra de importantes artistas cubanos de la plástica. Y aparecieron en el horizonte de FIART dos juegos de muebles de Flora Fong —inspiradora de este proyecto— que se bautizaron como: Confort platanero y Florasol, abarcando dos temáticas atractivas de su obra plástica: los Platanales y Girsoles que se fusionaron en el aluminio fundido, base de estas obras artesanales del grupo que dirige Jorge Sánchez, realizador de estos trabajos con su hermano Misael, y el productor José Manuel Bernal. Ese mismo año la conocida escultora Thelvia Marín dejaba sus huellas en la otra propuesta de diseño que estaba basado en la cultura taína y tituló: Yayael, el hijo de Yaya (signo de la abundancia y la prosperidad). En aquellos trabajos, el espectador reconocía la valía de una labor que enfocaba la unión del arte y artesanía, en un primer plano.

Después tocó el turno del Premio Nacional de las Artes Plásticas: Nelson Domínguez con un juego de comedor, simpático y original titulado Palitos, en el que elementos escultóricos de los palitos de tendedera protagonizaron el diseño. En el 2011, las mujeres-pájaro y otros elementos de la naturaleza, surgidos de la mano creativa de Zaida del Río se posaron en los muebles (juego de comedor —mesa y cuatro sillas—) en un certero diálogo artístico que denominó Danza… Otro nombre imprescindible de nuestra plástica: Ernesto García Peña transparentó al dúctil material, esas mujeres sensuales de su quehacer pictórico con el tema Amores, y ocupó el año 2012 con otro juego de comedor. En los siguientes, —coincidiendo con las ediciones 17ma. y, 18va.—, dos Premios Nacionales de Artes Plásticas: Ever Fonseca y Alfredo Sosabravo dejaron sus improntas, respectivamente, en esta original iniciativa. Descanso ancestral era la de Ever (juego de terraza de formas novedosas), mientras que Sosabravo plasmó ese mundo creativo que ha sumado en la cerámica, pintura y escultura a lo largo de los años, en unos sillones con mesita que cobran vida en un Sueño de verano, en el aluminio.

La Neo Comadrita de López Oliva

En el original quehacer del Taller de los Hermanos Sánchez apareció este 2015 una creación del pintor Manuel López Oliva, quien con gusto aceptó la invitación del también representante del grupo José Manuel Bernal para que se sumara al proyecto. Rápidamente pensó en plasmar su obra en una… ¿comadrita? (un conjunto de dos sillones y la mesita). “La comadrita porque es, en primer lugar, uno de los muebles domésticos esenciales en la tradición histórica criolla. Resulta eficaz para dormir la siesta y para el diálogo íntimo”. Es fresca —dijo—, cabe en cualquier espacio e igualmente no resulta peligrosa (porque carece de brazos) para cargar a los niños en estado de lactancia. Es signo de cubanía, y, para él suma la nostalgia de su niñez en su Manzanillo natal. Se pude añadir que la comadrita participa, además en el imaginario visual de la Isla. No por azar, ha quedado atrapada en el quehacer pictórico de artistas de la talla de Amelia Peláez, Guillermo Collazo, Tejada, Carreño, Portocarrero y otros. Incluso, Carlos Enríquez le dedicó un relato titulado: La comadrita en un número de la revista del grupo literario manzanillero ORTO, en los años 40.

La tituló Comadrita in Memoriam, y al comenzar el trabajo, por la simplicidad de diseño y el respaldo frontal de la pieza, esta le permitía cierta sensualidad de líneas, generalmente curvas y entrecruzadas para emplazar una máscara que es signo constante de su pintura abierta. Sería un emblema dispuesto en el sitio donde, quien en ella se siente, coloque su espalda. La determinación de la gama de tonalidades utilizada (26 colores) estuvo regida por el deseo de López Oliva de que los muebles lograran la apariencia de la madera, y que a su vez manifestaran —en planos y formas ornamentales— elementos constitutivos de sus pinturas. Para el artista, los muebles que llevan como nombre genérico Sueños Exclusivos son un ejemplo de cómo cuando se une el buen gusto y la calidad de lo artístico con un serio enfoque productivo para lo múltiple, resulta posible generar  medios de uso con valor estético, adecuados para los hogares y las instalaciones diversas de la vida cubana, e igualmente con efectividad para una bien pensada exportación mayorista que aporte beneficios financieros a la nación.

Al referirse a la labor concreta de la pieza (idea y producción definitiva) de la neo comadrita explicó a Cubarte que  pasó por varias etapas. Primero fue el diseño preliminar sobre cartulina recortada y calada, a líneas negras y con sugerencias de colores, realizado por el creador en su taller de Paula y Habana. Después el trabajo de mesa para ver las posibilidades y limitantes de realización del diseño imaginado, entre él y los fabricantes. “Los hermanos Jorge y Misael Sánchez, y así mismo al muy capaz artífice realizador (Miguel Ángel Gutiérrez), quien concretaría los moldes de madera y luego la pintura de los muebles”, dijo. Más tarde vendría la confección de los moldes en madera en el taller de Placetas, y el posterior encuentro con López Oliva para rectificarlos. En esa otra ocasión el artista de la plástica le dijo al realizador —también artista— que le hiciera aportes  en la definición de las formas curvas de las patas del mueble y de la mesita auxiliar que había concebido en diseño esencial sobre cartulina. Luego vendría la fundición en aluminio de las partes de la comadrita y la mesa, y, finalmente el ensamblaje estructural de los muebles…

Los ocho artistas que integran la confección formal de los muebles de Sueños Exclusivos, enlazados con el taller de los Sánchez demuestran las disímiles aristas del arte y cuanto se puede hacer en pro de nuestra cultura para entregar lo mejor de ella en todos los rincones. Los muebles de López Oliva y del resto de las prestigiosas firmas que han trabajado para ese necesario y culto proyecto, evidencian que no hay que negar el vínculo con lo nacional, para también lograr internacionalizarse.