En el tiempo, el Hombre se ha servido de la Naturaleza hasta olvidarla, reducirla casi totalmente, en beneficio de una segunda naturaleza: la de sus objetos, ciudades, máquinas… Aunque no es del todo categórico, hay otros que la cuidan, la protegen, la quieren porque conocen de sus bondades, de sus milagros. Es nuestro hogar común que nos acoge. Un inmenso espejo de donde el hombre ha atrapado sus mejores imágenes.
Ese material primigenio, que acompaña al ser humano por el camino de la vida, se ha transformado, modelado y entregado de manera singular en el tiempo: el barro. El, en sus múltiples acepciones, nos regala trofeos que hablan de las distintas épocas, sueños, esperanzas, anhelos y realidades que se han vivido en este planeta a través de siglos de Historia que él, con su camaleónica carga de rostros, ha vivido con nosotros…
El Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) convocó en esta 19na. edición de la Feria Internacional de Artesanía FIART 2015, al Concurso Nacional de Cerámica Utilitaria, con el objetivo de estimular el vínculo entre el diseño y la producción artesanal y rescatar la presencia de la manifestación con propuestas de calidad estética en el consumo material de la población. Es que en el campo de la cerámica ocurre como en el de las demás artes. Cada creador tiene sus propósitos e intenciones. Unos se proponen lograr las máximas calidades, otros se dedican a la escultura cerámica, aquél hace del plafón una especie de pintura y éste decora, con motivos nuevos, las formas ancestrales del ánfora… Quien se propone renovar el ánfora, quién se propone la belleza sin más finalidad, otro la pretende aunar con la utilidad y no falta quien predica que sólo lo útil es bello.
En una ceremonia organizada en el recinto ferial de Pabexpo, sede de la Feria se entregaron los Premios. Por el diseño, funcionalidad del conjunto, y la inteligente utilización del vidriado, amén de la belleza, calidad y elegancia que le otorga el bruñido, obtuvo el primer galardón la vajilla de 10 piezas del artesano trinitario Azariel Santander. El jurado, integrado por la ceramista Julia González, la pintora Lesbia Vent Dumois y el diseñador Luis Ramírez decidió entregar el segundo y tercer lauros, respectivamente, a: el conjunto de Mayólica y filigrana, de Carlos L. Puyalena, por el rigor del conocimiento de una antigua técnica aplicada a la cerámica con una visión contemporánea y funcional, y al grupo de joyas El oro es mío, elaboradas en novedosa combinación de porcelana y plata, por la multipremiada Mayelín Guevara. Obtuvieron también menciones los proyectos para la realización en cerámica Luminaria Luvo, del artista Jorge L. Martínez, y Luminaria Fractt, de Sergio Armando Díaz Ocampo.
Saludemos, pues, esta iniciativa que acerca a jóvenes que recién se inician por esta vereda del arte, repletos de ideas y sueños, y también a nombres que ya tienen raíces, que han tejido con el tiempo esos anhelos que llevamos dentro y se hacen realidad en esta dimensión de un material encantado, que es, por qué no, hermano del Hombre. Y lo acompaña también en el AUTENTICIDAD EN TRADICIÓN Y CONTEMPORANEIDAD.
En algunas piezas traídas por los fabricantes populares a FIART 2015, hay un largo camino de sumas de técnicas y renovaciones de lenguaje, que no obstante, mantiene siempre la dependencia al pasado que pervive en el presente, a la producción primitiva o aldeana que se incorpora al diverso paisaje social contemporáneo. Los instrumentos musicales, la cestería, máscaras, muñecas, animales fetichados, manteles, cofres…, objetos prácticos o ceremoniales, portan en su diseño y factura la fusión de un ideal objetivado en imagen o instrumento de función cotidiana/festiva, con los recursos naturales que suministra el medio geográfico.
En cerámica pasean también ejemplos que llevan consigo el sortilegio de la artesanía con su carga de tradiciones ancestrales. Entre esas obras, focalizamos las del artesano Azariel Santander (Trinidad, 1942), quien acaba de recibir el primer Premio del Concurso Nacional de Cerámica Utilitaria en esta cita.
Vasijas de mil y una formas, juegos de tazas, vajillas, sonajeros…, respiran por su stand con una elegancia a flor de “piel”. Con alegría comenta, que desde los 14 años comenzó a trabajarla, motivado por su abuelo que le enseñó el oficio en el taller familiar.
“Cuando toqué el material por primera vez —recuerda— sentí que era algo sanguíneo, una tradición que llevaba dentro. Hice en aquel tiempo alcancías, platos, macetas, lo más fácil. Después empecé a crear en serio, pero siempre con el mismo amor a la tierra”.
La técnica utilizada es la arcilla, “bruñimos las piezas (es el sello de la familia), y las pulimos a mano, antes de llevarlas al horno de leña tradicional”. Los tonos verdes, tierras… distinguen las creaciones de los Santander que son muy reconocidas en FIART, encuentro del cual son fundadores, y donde han obtenido diversos lauros: UNESCO, 1er. Premio de Artesanía utilitaria, el de la Obra de toda la vida, Manos, Maestría artesanal, que hablan de la calidad/ autenticidad de una labor que comenzó en 1892 en la familia y cruza ya de mano a mano, por ¡la sexta generación!
Deje un comentario