El sortilegio de la artesanía con su carga de tradiciones ancestrales y, sobre todo, energías engendradas en el propio trabajo manual que regala al objeto creado un sin número de huellas del hombre y su riqueza interna aflora en la 18va. edición de la Feria Internacional de Artesanía FIART 2014.

Como imitando la realidad, las manos de los artistas-artesanos recrean el mundo sobre disímiles materiales, esos que transforman en mil y un motivos para el asombro. No hay dudas, la fantasía volvió a tutear a la realidad. Una ancha mirada deja ver que todo puede convertirse en arte con el talento del hombre.

Desde el corazón de América Central viajó a La Habana parte de la artesanía que habita en los parajes más recónditos de la geografía guatemalteca, una de las más llamativas del continente. La variedad de colores retozan en el stand de Típica Nabajense, en el recinto ferial. Tejidos multicolores traducidos en ajuares para el hogar, distinguidas hamacas y otros enseres, transpiran la creatividad de los ingeniosos artesanos, quienes obtienen de la Naturaleza esas brillantes tonalidades. Con suma paciencia los hilos se unen en bellas sobrecamas, mochilas, bolsas que pasean por el mundo con la carga de ingeniosidad/laboriosidad de sus pobladores/artistas para regalar parte de los sueños que ellos “cultivan” en su trabajo artesanal. Esa voz auténtica del pueblo. Palabra y savia que recorre los más singulares paisajes de la Tierra, y legan a la Isla por arte de FIART.

De Sancti Spíritus: Sueños exclusivos

Dedicada en esta ocasión a la provincia de Guantánamo y al mueble artesanal, este último llega de diversas maneras —tradicional y contemporáneo— para acaparar la atención del espectador. En este espacio destaca un stand que resulta un imán artístico que atrae a todos, y en el que el lema de FIART 2014, Arte, Utilidad y Oficio anida con fuerza: Sueños exclusivos, de los Hermanos Sánchez (Sancti Spíritus). Desde hace seis años anclaron en este foro con una idea original y auténtica: traducir al diseño de muebles la obra de importantes artistas cubanos de la plástica. En aquel ya lejano 2009 aparecieron en el horizonte de la Feria dos juegos de muebles de Flora Fong que se bautizaron como: Confort platanero y Florasol. Abarcando sendas temáticas atractivas de su obra plástica: los Platanales y Girasoles que se fusionaron en el aluminio fundido, base de estas obras artesanales del grupo que dirige Jorge Sánchez, realizador de estos trabajos con su hermano Misael, y el productor José Manuel Bernal. Ese mismo año la conocida escultora Thelvia Marín dejaba sus huellas en la otra propuesta de diseño que estaba basado en la cultura taína y tituló: Yayael, el hijo de Yaya (signo de la abundancia y la prosperidad). En ellos, el público reconocía la valía de un trabajo que enfocaba la unión del arte y artesanía, en un primer plano.

El siguiente año tocó el turno del Premio Nacional de las Artes Plásticas: Nelson Domínguez con un juego de comedor, simpático y original titulado Palitos, en el que los elementos escultóricos de los palitos de tendedera protagonizaron el diseño. En el 2011, las mujeres-pájaro y otros elementos de la naturaleza, surgidos de la mano creativa de Zaida del Río se posaron en los muebles (juego de comedor —mesa y cuatro sillas—) en un certero diálogo artístico que denominó Danza…   Otro nombre imprescindible de nuestra plástica: Ernesto García Peña transparentó al dúctil material, esas mujeres sensuales de su quehacer pictórico con el tema Amores, y ocupó el 2012 con otro juego de comedor. En los dos últimos años —coincidiendo con las ediciones 17ma. y, en esta 18va.—, dos Premios Nacionales de Artes Plásticas: Ever Fonseca y Alfredo Sosabravo dejaron sus improntas, respectivamente, en esta original  iniciativa. Descanso ancestral se titula la de Ever (juego de terraza de formas novedosas), mientras que Sosabravo plasmó ese mundo creativo que ha sumado en la cerámica, pintura y escultura a lo largo de los años, en unos sillones con mesita que cobran vida en un Sueño de verano, en el aluminio.

En breve diálogo con los célebres creadores de visita en ese lugar, al referirse a esta propuesta que enriquecerá el entorno del hogar cubano,  y otras instituciones, para subrayar la verdadera fusión del arte/artesanía con el universo cotidiano, dijeron: “Están muy bien realizados, hay mucha técnica en esa labor tan especial y estoy satisfecho de cómo se ha interpretado mi obra, y la de los demás artistas en estos muebles” (Alfredo Sosabravo). Mientras que Ever Fonseca destacó que “es una suerte para un creador encontrar realizadores capaces de hacer realidad tamaña empresa con nuestra obra, máxime con tal fidelidad y magnitud”.

Douglas Lucas reinventa el mundo…

En el espacio de fantasía del artista, muy laureado en estos encuentros, una fascinante galería de objetos juguetea en su paisaje caprichoso, ese que desafía hasta la lógica o ley de gravedad…

A medida que sus artefactos-maquinarias-inventos danzan y retozan ante nuestra vista en su stand, inmersos en su mundo imposible, emerge un cuento de hadas que supera lo imaginable y proporciona pocas claves con respecto a la historia real. El artista autodidacta disfruta creando algo tomado  de la vida real que no existe en realidad, un extraño universo donde cada cosa tiene su sitio y solo él sabe lo que sucedió para que así fuera.

Douglas Lucas (La Habana, 1970) ha inventado su mundo en el que cada objeto parece  ser parte de un lenguaje visual de signos reunidos, pero de su propia invención y sujeto a su propia interpretación. En su obra se advierten una fuerza y una franqueza poco usuales. Sus esculturas en metal son manifestaciones de una fertilidad creativa que fluye con intensidad.

De lo más profundo de su imaginación surgen estos artefactos (bronce y cobre) que propone ahora, resultado de un largo camino recorrido en busca de una personalidad sobre el hierro, el metal para ser más amplio, donde ha encontrado la base o piel de sus creaciones. Esas que en exposiciones, ferias y otros encuentros deslumbran las miradas, ya sea por la originalidad o extrañeza de los diseños, el acabado o, simplemente por la espontaneidad con que cruzan las formas en el ambiente.

Ante un pedazo de hierro, una plancha de metal, un alambrón…, el ingenio del artista lo transforma en lo que será. Luego, las hábiles manos moldean la idea y el resultado “atrapa” al receptor convertido en arte del bueno. Hombres que se balancean en un trapecio sobre el filo de una inmensa tijera, otro que porta un gigante abridor, barcos con ruedas de inimaginables formas…, conforman parte de su imaginario en FIART 2014.  No es casualidad que la sencillez y profundidad de sus propuestas sean premisas fundamentales en el quehacer de Douglas Lucas, diríamos, el origen de su arte. Ya que este orfebre-escultor de altos quilates es consciente de que todo lo grande empieza pequeño, que existe un dinamismo interno en la naturaleza y en las cosas que reclama un cuidado especial del ser. Su labor creativa fructifica en quien lo observa y no permanecemos inmunes a su recordatorio y a su reto.