El Festival Varadero Josone, Rumba, Jazz y Son, 2024, que se celebra del 22 al 25 de agosto en la llamada playa azul de Cuba, deviene como espacio de confluencias en lo heterogéneo. Así lo ha demostrado esta cuarta edición en la que la diversidad de géneros y estilos, ha sido el plato fuerte de la propuesta.

Lo popular, como la rumba, el son, la canción; lo culto, dado por la música elaborada, de atril o clásica; la música electrónica, dígase Dj y la variedad expresiva de su trabajo artístico como son la música house, tecno, remix y otros y, el llamado género urbano –ahora mismo en el ojo del ciclón por toda su implicación ideoestética que involucra varios vectores en lo social no muy bien asimilado por todos—, han hecho diana y dado colores a la escena.

La segunda jornada, celebrada este jueves 22 de agosto, fue como un corolario de lo antes dicho. Inició con la agrupación rumbera Muñequitos de Matanzas, del barrio La Marina, 70 años irrenunciables al legado del llamado Complejo de la Rumba, aunque se atemperan a lo contemporáneo. Fundadores del Josone, saben cómo “prender” la escena elevando la atmósfera con sus toques, cantos y bailes. Y tienen garantizado el relevo con Rumbatimba, agrupación integrada por descendientes de estos.

Alfredo Smith Junco, productor de los Muñequitos, estimó que esta cita “es una de las más grandes que se hace en toda Cuba… estamos felices por presentar nuestra música a todo tipo de público presente aquí”, afirmó. En su opinión en Varadero, “vemos gran cubanía y acercamiento del público al artista, es un festival que puede competir con otro de cualquier parte del mundo; hace renacer el papel de la rumba, de la raíz cubana”, dijo.

Luego llegaría Espirales, nueva agrupación dirigida por el joven y talentoso pianista Rodrigo García Ameneiro, concertista de amplio diapasón artístico, como  la música clásica y el jazz. Interpretó números de su autoría y otros autores como Aldo López-Gavilán, con el cual hizo dúo al piano, además de invitar a dos grandes: el saxofonista Germán Velasco y el flautista Orlando Valle, “Maraca”, quien pidió compañía de los presentes para hacer coro de ese clásico de la música popular que es Son de Almendras.

Celebra y agradece al evento su participación en este encuentro “mezcla de la música cubana: hay tradición, cosas de ahora y de todo un poco como el jazz, es algo bien osado de los organizadores, ya que hay muchos de estos géneros que no son populares y traerlos aquí a confluir con estas agrupaciones grandes y populares que llenan plaza, es una valentía”. A propósito, Maraca comentó del potencial de la música cubana a nivel mundial y el acercamiento de foráneos, no solo de turistas, sino de músicos, a este festival, lo demuestra.

Perseguidos por los jóvenes, a pesar de que un espectro de su trabajo obedece a clásicos de época como son la década prodigiosa, el funk y el rock, además de la fusión, Toques del Río hizo su aparición, por segunda vez en playa, con esa energía que insufla en el desempeño musical y escénico. Particular elegancia en el vestir de sus integrantes, sumaron un puzzle de interpretaciones que incluyó la música cubana y un desate de locura placentera con la interpretación de su nuevo fonograma No me formes crisis.   

Zeney Alonso, su actual director, considera  este encuentro en el mayor balneario del país, como de “un festival necesario, donde confluyen muy buenos artistas de nuestro país e internacionales, permite esa posibilidad de compartir con ellos, además de tener un auditorio espectacular”, expresó. 

Adriano Dj, hizo vibrar el terreno del Parque Josone con la mezcla de varios de los temas que hora mismo son himnos de la juventud. Su espectáculo conjugó bailarinas y relevante juego de luces acompañado de pantalla.

 Y el artífice de este festival, Isaac Delgado, ocupó el lugar en el proscenio y su particular fuerza expresiva en la interpretación de la música cubana. Manifestó su asombro por la gran afluencia de jóvenes a pesar de la diversidad de géneros, “hay una juventud aquí que ha tenido la posibilidad de ver un panorama amplio, un arcoiris, de la música, es lo más importante de este festival, la diversidad… es importante que la gente entienda que este es un festival para todos los gustos”, explicó.

Subrayó el beneplácito de él y su equipo por la disciplina imperante en el ambiente festivo, dada la labor de las autoridades del orden interior, “hay una seguridad para toda la gente que está aquí que nos da la tranquilidad a nosotros también de que estamos haciendo un encuentro para que la gente tenga una válvula de escape y una experiencia de música única”, concluyó.

De colofón la llamada música urbana, representada por uno de los duetos más vitoreados por la juventud en estos momentos: Charly y Johayron. Los intérpretes donarán la recaudación de su concierto a las Casas de niños sin ampao familiar.

El Varadero Josone Rumba, Jazz y Son, concluirá hoy domingo.