Feromonas, es el título de la exposición personal de Reinaldo Echemendía que estará abierta hasta el 6 de abril en la Fototeca de Cuba. Por esta vez campanas de toda Cuba, de estos y de añejos tiempos son captados por el lente de este joven escultor, devenido en fotógrafo.
Campanas que funcionan como una especie de feromonas acústicas, emplazadas en lo alto de una torre convocando y atrayendo hacia determinada forma de pensar, ideología, religión o política. Ellas han estado presente a lo largo de la historia y han acompañado en disímiles procesos a cada una de las ciudades donde están presentes.
A pesar de la tecnología y de todos los avances de la ciencia, aún se mantienen como símbolos antiguos y trascendentales, que siguen vibrando en un mundo sonoro a modo de invocación o resumen de ese mensaje o señal que está en el aire y que las personas pueden descifrar.
Reinaldo utiliza la fotografía analógica, y en ocasiones toma fotos con cámaras antiquísimas totalmente restauradas. Dentro del proceso del revelado está el viraje y aquí está el aporte novedoso e interesante que teniendo en cuenta, la calidad de las imágenes, esta serie lo hizo merecedor de la beca de creación de la Fototeca 2013; en vez de utilizar algún químico para el proceso de viraje emplea sangre animal. Cada pieza que sufre este tratamiento es única. La sangre como impulsora de otras ideas, cada campana está fotografiada en diferentes sitios y la sangre en cada sitio activa diferentes contenidos, la sangre llega y no solo hace un nuevo contenido dentro del objeto, sino que resemantiza la función de la campana en ese sitio.
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