La artesanía es el arte de lo irrepetible. Es sueño, imaginación, idea que las manos del creador transforman en una historia de los materiales que entrega la tierra. Ejemplos y palabras, muy cubanas, que hablan desde ese infinito lenguaje de las formas están a la vista del espectador en la 12. Feria Nacional de Artesanía Arte para Mamá, que hoy jueves (7:00 p.m.) cierra sus puertas en PABEXPO. Pero antes, demos un paseo por algunas laboriosidades que destacan.
Por el recorrido del gran salón ferial, se acumulan las sorpresas manuales de decenas de artesanos/artistas llegados de toda la Isla.
Una mirada a la amplia muestra, deja ver un mejor trazado de diseño, especialmente en la sala C donde los muebles respiran en un agradable ambiente. Dado, en primer lugar, por una amplia visualidad, pues, además de que no están “compactados”, los diversos artesanos tratan de aportar, según sus posibilidades, estéticamente una personalidad a sus emplazamientos respectivos, donde se observa un interés por resaltar los trabajos expuestos de forma diferente, algo semejante a lo que sucede también en el área dedicada al calzado. Es menester saludar el concepto de ubicación por temática –lo más posible que se pudo-, con un interés notorio de ayudar al público a encontrar lo buscado más fácilmente.
Los muy premiados Paco/Nadia tutean la realidad con sus originales diseños de muebles, cojines, pinturas abstractas…, que se interrelacionan con disímiles materiales y reciclan lo antiguo para respirar en la contemporaneidad. Los simpáticos diseños de relojes que en piel de barro marcan las horas, con la firma de Carlos Alberto Reyes (Las Tunas). Piezas, sencillas, pero con una carga de expresividad/poesía que atrapan por la ingeniosidad.
Con sus labores textiles en lino y entintados, hechos a mano, la artesana Miriam Lazo (Mirita) permea de frescura/cubanía el stand Después de los 40… Ella envía señales al público femenino que ronda ese tiempo, para que se “adornen”, con trabajos que exhalan la frescura tropical. Mientras que Delmis y Xiomara Guevara miran hacia la infancia, y arman batas de niña que destacan por sus aplicaciones y detalles. Por los senderos que conducen las talentosas manos cubanas, el paseo se escolta de nuevas admiraciones cuando llega al espacio Habaneando. Allí podrá disfrutar de un paseo entre miniaturas, por las calles de la ciudad, que Oscar Luis/Ana Gloria construyen desde una pequeña dimensión, con una mezcla de materiales donde suman cemento, piedra, agua, cal… Si decide abordar, desde la mirada uno de los pequeños autos de los 50, deambulará por entre señalizaciones de esquinas habaneras, donde podrá colocar o seleccionar algún nombre querido, para regalar en este día especial.
LEO & MIGUE: ENTRE CONTEMPORANEIDAD Y TRADICIÓN
La parte final del pabellón C se vuelve a poblar de muebles. En ese conglomerado, donde usted siempre imagina “vestir” algún espacio del hogar, destacan las creaciones de ese dúo singular que conforman los artesanos Leo y Migue. ¿Sus nombres? Leónides Castro y Miguel Alfredo Rodríguez. De oficio, el primero, carpintero, y el segundo, tapicero, un día fundieron sus labores en un sola, desde hace 20 años, y comenzaron a firmarlas juntos, en diminutivo. El resultado de esa fusión, que suma en el tiempo “ingredientes” imprescindibles para el éxito: laboriosidad, inteligencia, tesón..., se metamorfoseó con los años en un elegante mobiliario, donde el confort/buen gusto/estética se mezclan con la madera (caoba, cedro y otras importadas), y la tapicería que atrae por la armonía de colores/formas. A ello suman los artistas, diseños inspirados, especialmente, en la prodigiosa década de los 50, donde se empezó a mirar/respirar arte con nuevos ímpetus y una audacia creativa, dejando una original y larga estela retrospectiva que resurge en muchos de sus diseños. En hoteles como Habana Libre, Riviera…, y otras instituciones del turismo, han sembrado sus obras artesanales con un sello de calidad indiscutible.
En la Feria hay ejemplos de juegos de sala que inspiran comodidad, los de comedor o de cuarto, donde afloran detalles de otrora…, siempre sobresaliendo por el fino acabado, que los aúna. En esta ocasión, destaca allí una barra de bar de doce metros, en madera tapizada/capitoneada como en la época. Una tradición que rescatan los creadores. En cada Feria, Leo & Migue convocan nuevos diseños, no sólo de muebles, si no de stand que motivan siempre al espectador.
Por el camino, el stand de Aylette, con ese mobiliario de hierro donde se entreteje la fertilidad creativa en toda la extensión de la palabra, hay espacio para convocar los sueños. Asimismo, reconocemos, por la calidad estética/utilitaria ese lugar que es centro de atención en el recinto: el espacio armado con cerámica artística de altos quilates de Fernando Velázquez, donde unida a la madera/hierro protagonizan la variedad de enseres para el hogar tanto en la decoración interna como externa: ya sea en juegos de terraza y playa, bares, sillas, maceteros en el que el buen gusto y el arte se conjugan para entregar un ajuar creativo que deslumbra por esa mancomunión del arte y lo utilitario .
En un afán por ir sustituyendo cada vez más importaciones y crear en nuestro país, donde sobra el talento creativo y la imaginación, el FCBC y los artistas /artesanos muestran empeños significativos donde se pueden añadir muchos otros: Los chapuserios quienes con el pino cubense del Valle de Viñales hacen maravillas, Faro, Aldecoa, La Tienda del mueble, y muchos más.
Arte para mamá exhibe un universo imaginativo que, desde la aparente quietud de cada pieza, apuesta por transgredir los límites del recinto e incorporarse, siempre que sea posible, al quehacer cotidiano. No hay dudas cuando uno deja atrás la feria con las manualidades. La artesanía cubana es un reducto de autenticidad…
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