Felicidades, Fidel


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El Museo Nacional de los Trabajadores Palacio de Torcedores, como ya nos tiene acostumbrados, este 11 de agosto regaló a los niños centrohabaneros y a los hijos de los trabajadores de la CTC una colorida mañana de risas y alegrías.

Pero este agosto tuvo una connotación especial, fue el homenaje de los niños a Fidel y diría yo, otra vez el homenaje de amor permanente de Fidel a los niños, ese que se queda en lugar especial en sus corazoncitos jubilosos y seguros y que suele regalarse a los seres queridos con motivo de su cumpleaños, pues ahí son presentes siempre.

También dedicaron esta fecha a los 20 años del regreso a Cuba de nuestro glorioso Destacamento de Refuerzo, comandado por nuestro invencible Guerrillero Ernesto Che Guevara y, por supuesto, tratándose de niños, fue también su homenaje a los jóvenes cubanos que nos representarán en Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, a celebrarse próximamente en Rusia.

Nuestra más joven generación disfrutó, entre risas y alegrías, de diversos juegos, entretenimientos, acciones culturales y cumpleaños durante toda la mañana.

La gran fiesta, que se efectuó tanto en los salones de Torcedores como en toda la calle San Miguel tuvo un hermoso inicio. La actividad se inició en el restaurado Salón de Actos del edificio, en el mismo escenario donde fueran velados los restos de Rubén Martínez Villena y se estrenara, entre otras acciones, toda la obra teatral de Paco Alfonso. En el mismo escenario cantó a los niños la trovadora Katia Peredo, hija del valioso combatiente de la guerrilla del Che Coco Peredo y sobrina de su hermano, Inti Peredo. De su autoría, cantó dos lindas piezas, una dedicada a Fidel y otra a los niños, muy aplaudidas por los numerosos infantes presentes. Dicho escenario acogió también a varias expresiones de canciones y bailes cubanos protagonizados por niños y la actuación de payasos que les provocaron estruendosas risas y otras expresiones de alegría. Para concluir esa parte de la actividad, los payasos convocaron a los niños que cumplen años en este mes de agosto. A ellos y a Fidel todos los presentes les cantaron unas cálidas felicidades.

Luego llegaron las más diversos juegos y algunas actividades didácticas realizadas casi todas en la calle. Los niños disfrutaron de carreras de obstáculos y en sacos, monta de zancos, rabo al burro, tesoro escondido, ardillita sin casa y poner el rabo a burro. Un grupo de ellos participó a su elección en la acción de tiza y dibujo sobre asfalto.

La exhibición de Karate por un grupo de niños y jóvenes del municipio, llamó la atención de muchos asistentes. El grupo demostró alta maestría en el dominio de sus técnicas, llamando la atención de muchos asistentes, niños y sus acompañantes adultos, quienes les prodigaron muchos aplausos y reconocimientos verbales.

El Estudio Taller de Artes Plásticas dirigido por el artista plástico Carlos Reyna, que radica en San Miguel e/ Oquendo y Soledad, muy cerca del Museo, de una gran labor comunitaria, se sumó a la actividad en esa mañana de risas.

Su local, donde también son cotidianas labores de teatro y talleres literarios, abrió sus puertas esta vez con el Concurso Pintando a Fidel, a partir de materiales que les facilitaron los miembros del mismo y en especial su director y con el auxilio de varios de los artistas miembros del mismo. Un buen número de niños llenó el espacio del taller y varios pintaron a Fidel con mucha calidad.

Ya finalizando la actividad hubo una muestra de la Danza del Dragón, típica del Barrio Chino y patrimonio municipal, acompañada de algunos instrumentos típicos. Tras esa expresión cultural llegó el final imprescindible en cada fiesta infantil de los niños cubanos: 13 lindas piñatas llenas de caramelos y otras golosinas y un trozo del enorme cake de cumpleaños con sus galleticas y refresco, que disfrutaron todos los asistentes, al filo del mediodía, completaron esa mañana de sueños, ilusiones y realizaciones para una niñez que puede decir sin limitaciones: “Somos felices aquí”.

Mientras admiraba y me divertía con la actividad del teatro, viendo la contentura y disciplina de los niños, en aquel escenario que retiene de un modo especial el espíritu del joven Rubén Martínez Villena, velado en ese espacio cuando solo tenía 34 años, de manera espontánea acudió a mi mente aquella aseveración de Fidel cuando en 1971, expresó: “Rubén, el 26 de Julio es la carga que tu pedías”, y ante la presencia de tantos niños sonrientes y felices, pensé: Rubén, Fidel, muchas generaciones después, estos niños cubanos seguirán asegurando y protegiendo esta patria libre que ustedes nos legaron, dando continuidad a esa carga imprescindible para defender y conservar la independencia de la patria cubana, multiplicando sus realizaciones.


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