El documental “Volverán los Abrazos” recoge testimonios de médicos, enfermeras y personal sanitario que en el primer año de la pandemia se enfrentó a una enfermedad desconocida en medio de incertidumbres y temores. Una historia de desafíos que nos permite escudriñar en valores esenciales de los seres humanos, justamente, cuando todos teníamos la certeza de que no nos íbamos a abrazar, ni besar, por mucho tiempo.
El audiovisual será estrenado el 15 de octubre a las 10.00 de la mañana en el cine Chaplin, como parte de una serie de presentaciones especiales, previstas por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), con motivo de la Jornada de la Cultura Cubana.
Maritza Ceballo, codirectora del documental junto con Jonal Cosculluela, nos comenta las experiencias de este equipo de apenas cinco realizadores, a los que llamaron locos por atreverse a mostrarnos de cerca una realidad impactante y, a la vez, aleccionadora.
_¿Qué se propusieron desde un inicio con este documental?
“El documental Volverán los Abrazos comienza a filmarse en el mismo momento en el que empieza la pandemia en Cuba, es un material que acompaña el inicio, casi desde marzo, de todo lo que sucedió durante ese primer año de pandemia en Cuba.
“Creo que éramos los únicos que estábamos filmando. Todo el mundo nos miraba como si estuviéramos locos y ahora el material finalmente se va podrá ver.
“Pensábamos que no nos íbamos a abrazar ni besar en mucho tiempo. Los abrazos fueron muy contados, una de las cosas que más nos afectaba era la falta de afecto, de contacto con otros seres humanos. Había muchas cosas que nos impactaban a todos a nivel personal, social.
“Particularmente cuando Ramón Samada, presidente del ICAIC, nos preguntó que si nos atrevíamos a documentar lo que estaba sucediendo en esos momentos, honestamente, teníamos el mismo miedo que tenía todo el mundo porque el virus no sabíamos cómo se transmitía, lo que podía pasar, lo único que sabíamos era que si te daba, podías morir y, realmente, una vez que lo asumimos, no me arrepiento para nada, fue una experiencia única, maravillosa, por muchas razones.
“Una de esas razones fue convivir con ese miedo y hacer nuestro trabajo, acompañar la labor del personal sanitario, ahí estuvo lo que más nos sensibilizó, lo que buscamos era ver quiénes eran estas personas detrás de las máscaras, que tenían tanta incertidumbre, como nosotros.
“Realmente, lo que los convertía en algo así como súper héroes, era que estaban allí, que no se fueron a su casa, no descansaron, trabajaron prácticamente todo el tiempo alejados de su familia, entre los 15 días que trabajan y los otros 15 que se aislaban, era muy difícil, y cuando veían a su familia, por supuesto, era con limitaciones, con mucho temor para no llevarles, tal vez, la enfermedad.
“Es un proceso en el que descubres, cómo estos seres humanos que no tuvieron opción estuvieron acompañando, salvando, aprendiendo, sacrificándose por otros seres humanos, o sea, esa empatía que va más allá de cumplir con tu trabajo, de sobreponerse al miedo de enfermar y morir.
“Tratamos de captar esa mezcla de sentimientos, de admiración de ver lo que estaba sucediendo, sobre todo aquí en La Habana, filmamos en todos los hospitales que estaban atendiendo COVID durante el 2020, tanto de atención pediátrica, como de adultos, estuvimos en las salas, en las terapias intensivas, vimos el trabajo de cerca, pudimos compartir con las familias, ver quiénes eran estas personas.
“El hilo conductor, que tratamos de seguir, fue quedarnos con esa parte, no habla de los pacientes, de los convalecientes, de esa otra parte que fue salvada, toca de cerca la realidad del personal sanitario que estuvo ahí todo el tiempo, a pesar de sus miedos e incertidumbres, conociendo y aprendiendo, sobre la marcha sobre una enfermedad nuevaporque todavía sabemos que queda mucho por descubrir”.
_¿Cómo fue el proceso de filmación?
“El proceso fue difícil, tengo mucho amor, mucho respeto y cariño por todas estas personas maravillosas que conocí, con las que compartimos, pudimos ver lo que hacían, como mismo sentíamos que ellos se sobreponían, que hacían ese esfuerzo, como una práctica cotidiana, nosotros también vivimos a la par.
“Nos fue difícil hasta conformar el equipo, en las redes sociales, decíamos que éramos cuatro gatos, éramos cinco personas para hacer el documental y hacíamos de todo. El equipo fue fenomenal, mucha unidad, nos cuidamos mucho, de hecho hasta hoy, ninguno ha cogido COVID.
“Se nos quedaron incrustadas, las medidas, los hábitos, aunque no estamos exentos. Las circunstancias nos obligaron a aprender muy rápido e interiorizar que era importante estar todo el tiempo cumpliendo con determinados cuidados, gracias a eso, pudimos entrar en terapias intensivas, con pacientes positivos, corrimos el mismo riesgo al que estaban expuestos los médicos, también agradecemos la confianza por dejarnos filmar, porque no es lo mismo, lo que tú te imaginas, resulta bastante impactante en lo personal Es una experiencia que la tengo guardada para siempre.
“El documental se dio con la investigación en marcha, no es el típico documental al que puedes dedicarle una investigación de tiempo para ver cómo se manejan los fenómenos. El ritmo de lo que estaba pasando se impuso. Estabas conociendo a los personajes en su mismo trabajo. En ese sentido, fue bastante intenso, pero se crearon muchas dinámicas entre el equipo de trabajo y esas personas que siguen trabajando, con el mismo sacrificio, con la misma entrega. La experiencia se ha mantenido viva”.
_La realidad de 2021, totalmente diferente
“En el 2020, afortunadamente, no falleció nadie de los que estuvieron atendiendo durante la pandemia, pero en el 2021, sabemos que la realidad ha sido diferente, ha habido mucha muerte, incluso de ese personal sanitario, que ha estado trabajando.
“Estamos reiniciando, tenemos la imposición de que la vida debe continuar de alguna manera y las enseñanzas que nos ha dejado la pandemia las quisiera ver desde el lado positivo, digamos, que en el documental tratamos de resaltar ese lado positivo. La empatía por otros hizo a estos seres humanos sobreponerse a muchas cosas.
“Hubo mucha esperanza de que la pandemia se iba a contener, pero esto es un fenómeno global, y los virus tratan de vivir, así que están evolucionando para sobrevivir el tiempo que puedan, teníamos la esperanza de que íbamos a lograr contener el virus y no pasó.
“Este año ha sido diferente a todo lo que sucedió en el 2020, ha sido una realidad fuerte, triste y estas personas que están en el documental lo vivieron radicalmente diferente este año.
“Los malos momentos los queremos borrar, ha habido personas que se han visto afectadas directamente y de forma muy dura. Colocar el documental ahora, lo veo como una forma de hacer memoria histórica de cómo empezó la pandemia, los primeros pacientes, quienes los trataron, cómo fueron las experiencias con el manejo del virus, cómo se nos transformó la vida. Quedaría con ese matiz”.
_¿Cuál es el mensaje del documental?
“Si algo aprendimos es el valor de la empatía con otros seres humanos. Esta situación ha dejado en claro que hay cosas importantes en la vida y tienen que ver con el afecto, con que te importe el otro, con la responsabilidad que tenemos con las otras personas, aunque no las conozcas. Pensábamos que no iban a llegar, pero están llegando poco a poco los abrazos.
“Esa es la esencia que tratamos de mantener, que nos inspiró y con la que ganamos fuerza y confianza.
“Yo realmente me siento en deuda, con esas personas que están allí, que deciden estar todo el tiempo en función de otros, para mí encierra una enseñanza en este contexto en el que estamos viviendo, es el escenario ideal para que estos valores se propaguen un poco más.
“Esa responsabilidad con otros seres humanos, esa entrega, esa solidaridad. Hay personas que en medio de una serie de circunstancias complejas trabajan, sin premios, de forma desinteresada, solo por el compromiso de un juramento personal.
“Sería bueno que se entendieran y practicaran estos sentimientos, por eso queremos tocar algunas fibras, que reflexionemos en torno a lo que estoy haciendo por el otro ser humano que tengo al lado, que es lo realmente importante, porqué un abrazo se vuelve tan importante, por qué no lo hago más a menudo, por qué no estoy donde otra persona me necesita. Esas experiencias debían convertirse en algo cotidiano.
_Proyectos futuros de la productora Siguaraya
“Ahora estamos en el rodaje de un documental de ficción, también marcado por el contexto de la pandemia, buscando cómo las personas reconectan a través de los sentimientos en una situación extrema, como esta que estamos viviendo.
“Resaltar los sentimientos que tenemos todos como seres humanos. Eso es lo que se está buscando con este nuevo proyecto que se titula “Aislados” que está ahora mismo en proceso de filmación.
“Estamos trabajando en conjunto con el ICAIC en una serie de proyectos, eso va a repercutir en que haya más cine”, concluyó la documentalista.
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