Acaba de pasar la 19na. edición de la Feria Internacional de ¿Artesanía? FIART 2015 por PABEXPO donde el público va siendo cada año más numeroso, se incrementa a pesar de que respire con ella cualquier otro evento por importante que sea, como el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano que coincide, siempre, en los días del duodécimo mes.
El auge y desarrollo de la artesanía cubana se hace patente en este foro, con calidad y originalidad en muchas propuestas, que se hacen visible, salen a flote y “nadan” en la superficie, rodeadas de otras que desvirtúan el concepto de lo artesanal/auténtico, pues, para nadie es un secreto que entre las creaciones confeccionadas a mano, se entremezclan muchas ya industriales, lejanas del verdadero sentido de lo manual. Entre los foráneos, —que han perdido calidad de feria en feria— y también en algunos rincones de los cubanos, es fácil encontrar producciones “made in China” enmascaradas, reunidas con otras que si son verdaderas en cuanto a llevar la impronta de las mejores tradiciones artesanales, que hablan de esa voz autóctona tan cercana a la tierra, al lugar de donde provienen. Es menester para los organizadores, hacer una labor de pesquisa y selección —con todas las de la ley— para nuevos encuentros, máxime que en el 2016 se celebrará la 20ma. edición de esta hermosa propuesta, que tanto esperan los cubanos por esta época. Ya sea para satisfacer un gusto, encontrar un regalo, o algo nuevo con que despedir y dar la bienvenida al año viejo/nuevo, respectivamente. Amén de lo que puede significar para enriquecer los entornos hogareños.
Una Feria como esta, mayor de edad, singular en su forma, que ha permeado/desarrollado en el tiempo la mirada y el ambiente de los cubanos hacia propuestas interesantes del devenir artístico/manual por el mundo y la Isla, merece ser revisada desde sus raíces. No es llenar las instalaciones de PABEXPO —que ya resulta pequeña para acogerla— con de “todo” y de cualquier parte. No. Es realizar un estudio, buscar, seleccionar y repartir el espacio con lo mejor nuestro y allende nuestras fronteras para que el pueblo reciba el arte verdadero y artesanal con todo lo que significa la palabra.
Cuando uno pasea la vista por FIART alcanza lugares de alto valor estético, en cuanto a lo expuesto allí, así como en la manera de presentarlo. Esto es muy importante. Pero hay otros que no llevan, incluso, ni una marca, una señalización de quién lo expone, ni de dónde viene; amén que la manera de presentar las producciones no alcanza ningún atractivo visual, y, además de que hay una enorme diferencia en cuanto al aspecto de cada pabellón ¿Por qué? Si es la misma Feria… Alguien comentó: “se ve bastante y a la vez nada diferente que sea realmente renovador”. No es tan categórico porque se salvan piezas y labores que llevan una impronta.
La orfebrería cubana, por ejemplo, cruza por un alto momento, en cuanto a realizaciones de joyería y escultura, y otras artesanías utilitarias que se reúnen con otras manifestaciones artísticas. En este apartado podríamos mencionar los trabajos de filigrana y mayólica de los artistas/artesanos Douglas Lucas/Carlos Puyalena que traen al presente obras que respiran en otros siglos y enriquecen el entorno con un arte de calidad. Se suman las creaciones de joyería de artistas como Alberto Valladares, que realiza una interesante labor con la danza en piel de metal y piedras preciosas; la línea atractiva y de vanguardia de Rosana Vargas con su firma de autor ROX que desbordó las miradas con propuestas que respiran en este siglo XXI y que alcanzó lauros en esta edición; así como la premiada Mayelín Guevara, quien suma cerámica a los metales preciosos con destreza. Pauyet con sus originales trabajos en plata; la forja tradicional de Carlos Bilbao (candelabros y otros enseres), los trabajos en metal y cristales de un orfebre de altos quilates como Jorge Gil; las filigranas del joven Oliva que envuelven la imaginación en una bisutería original, y otros que harían muy larga la lista.
Cerámica protagonista
La cerámica trajo en muchos espacios notas de colorido, y muestra el auge que ha tenido en nuestro país a lo largo de estas últimas décadas. En primer lugar enriquecido por la exposición de recuerdo, del Museo de la Cerámica que motivó las miradas por las riquezas extraídas del barro en sus muchas acepciones; así como lo expuesto en el envío del Concurso Nacional de esta manifestación. Pero, también en el del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) de Matanzas, a quien se dedicó esta Feria, y trató de mostrar sus tradiciones, incluso arquitectónicas para matizar el espacio, con esfuerzo e interés por dar un toque diferente al rincón, algo que debe ser imitado, por el bien de la Feria y su diseño, que a grandes rasgos deja mucho que desear en algunos pabellones, que más bien dan la idea de mercadillos.
En los stands de Matanzas, la cerámica ocupó un lugar preponderante por el trabajo acucioso, en el tiempo, de nombres cardinales de la disciplina, quienes han dejado sus huellas en el emblemático Taller artístico en la playa de Varadero, que ha sido y es, motor impulsor de esta técnica en la provincia. Se suman las creaciones de Fernando Velázquez que miran al entorno, y donde la combina con madera/hierro para recrear ambientes e iluminarlos con su ingenio; esas piezas de alfarería, con tonalidades muy personales y toques de ayer y hoy, que afloran en el lugar de la familia Santander de Trinidad. En particular, Azariel dejó constancias con una vajilla muy cubana que habla de tradición, utilidad y belleza nacional que, no por azar le valió el Primer Premio del Concurso de Cerámica; las labores infantiles que posa en ella la artista Julieta con un gusto extremo, amén de la originalidad en esas piezas que reclaman y atrapan exclamaciones por su sensibilidad al laborar el material primigenio; los Fonte con sus mágicas creaciones que alcanzan los juegos de los niños; las lámparas, jarrones, platos y pinturas que llenan el espacio singular de Georgina que tantos galardones ha obtenido en el tiempo con sus manualidades cerámicas artísticas que engalanan cualquier rincón donde duerman, y muchas otras.
Atractivos espacios y creaciones
Sobresalieron, en el ámbito de FIART, los Sueños exclusivos de los Hermanos Sánchez (Sancti Spíritus) y el inspirado productor José Manuel Bernal, donde cobran vida sobre el aluminio fundido, rasgos de las creaciones de célebres artistas cubanos de la plástica: Flora Fong, Manuel López Oliva, Zaida del Río, Alfredo Sosabravo, Nelson Domínguez, Thelvia Marín, Ever Fonseca y Ernesto García Peña, para devenir obras de arte transformadas en sillones, juegos de comedor, de terraza… que subrayan cualquier espacio; muebles que van armando una nueva idea como los de los jóvenes Raiko Valladares/José Antonio Villa en el grupo Vibra, donde las estructuras de nylon aluden al espacio físico donde confluyen las ondas sonoras y que constituyen una interpretación visual/gráfica del efecto invisibles del ¡SONIDO!.
Como en cada edición, Ensamble con la utilización original de la madera destacó de forma especial; el singular rincón de Paco quien con imaginación, talento, destreza y amor funde lo reciclado con la contemporaneidad agregando valores estéticos, cubanos y atractivos demostrando que el buen gusto está esperando siempre por salir; las singularidades de los trabajos en mueblería de Blondin, Leo&Migue, quienes ya en el tiempo dejan su impronta con esas inspiraciones para el descanso en el hogar, así como Aylette, con ese mobiliario de hierro donde se entreteje la fertilidad creativa en toda la extensión de los sueños …
En un afán por ir sustituyendo cada vez más importaciones y crear en nuestro país, donde sobra el talento creativo y la imaginación, el FCBC y los artistas /artesanos muestran empeños significativos donde se pueden añadir muchos otros: Los chapuserios quienes con el pino cubense del Valle de Viñales hacen maravillas, Faro,
Bambú.con, La Tienda del mueble, y muchos más. Hay también espacios para otro elementos utilitarios en los hogares, como Arte Roca (piedra reconstruida), que a partir del lema “el arte de reinventar la piedra” logra desarrollar un producto innovador para el revestimiento de paredes, pisos…
Hay también que destacar la calidad y el buen gusto en la labor de algunos espacios del calzado, las manualidades en tejidos y bordados de zonas como Trinidad, Sancti Spíritus, Las Tunas, Holguín, que dejan constancia de tradiciones y muchos otros. Así como los dedicados a los diseños de confecciones, en aquellos donde el buen gusto, la elegancia y la manera de mostrar sus trabajos, señorean, como los stands de Freixas, José Luis, Jesús Frías, Xero (Xenia Fernández), Leo`s Diseños, y muchos otros…
En FIART 2015 se sumó, además, un encuentro teórico con conversatorios de importantes creadores y especialistas en torno a la artesanía, se presentaron revistas de arte, proyectos y tuvo lugar lanzamiento de revistas y libros, entre otras actividades que matizaron con palabras estos días de tanto asombro visual.
Huellas de otras latitudes
En cada nueva edición, FIART nos deleita con el conjunto de la artesanía de otras latitudes. Pero sucede que en los últimos tiempos, los productos artísticos de los visitantes, en términos general, no logran “hechizar” por la calidad, y sobre todo, variedad de lo expuesto, si de autenticidad y pericia manual, estamos hablamos. Pero sí descollaron algunos pocos espacios como el de la Familia Oré (Perú) con las tradiciones resaltadas en el barro de Ayacucho que nos acompaña hace años. Se destacó, particularmente en la cerámica con la que acercaron el universo de la Navidad, con toques autóctonos y propios de esa región suramericana: en los retablos, casas, pesebres, adornos, y bordados que desatan emociones; el de Ecuador (Maquinde) que con el auspicio de la embajada de su país aquí llegó con variadas piezas de muchas regiones del país andino, matizadas por su belleza/colorido; PRELASA, de México con novedades en vidrio; de Rumanía los textiles y barro; Típica Nabajense (Guatemala) subyugó las retinas con las habilidades típicas en textiles, bisuterías… Hubo más de Colombia, Panamá, España, Argentina, Costa Rica, Italia, India, Costa Rica, Chile, y Rumanía.
Mirada acuciosa a FIART
Una mirada acuciosa y ágil a FIART 2015 denota que lo importante es vender, ya sean neo artesanía verdadera que sucedáneos de autor derivados de lo que se ve en revistas. Los stands —algunos con buen diseño— constituyeron contenedores” repletos, en su mayoría, de productos serializados, nacidos de prototipos que se alejaban bastante de la artesanía tradicional o de la nueva artesanía. FIART es más ya una Feria de venta minorista de objetos de diseño ornamental manufacturado y de diseño medio-industrial. Debería buscársele otro nombre...
Existe allí, no obstante, un tipo de expositor que sí cuida la naturaleza neo-artesanal de sus ofertas, que propone series renovadas de lo que le es habitual producir, que parte de nuestros signos naturales/culturales para generar un objeto de uso variado, donde cambio de forma y síntesis constructiva aportan mejores resultados y menos costosos. También asoma la escultura ecléctica que proviene de una poética personal con materiales de lo artesanal fusionada con diseños modernos.
Lo cierto es que ya FIART es un espacio amalgamado por recursos financieros fuertes de los productores artesanos y no artesanos, pero poco provisto de genuinos valores estéticos. Lo que vale es más o menos igual a lo que siempre ha valido en esas Ferias. Ya es muy difícil ejercer la crítica de lo artesanal, de lo correspondiente a las artes industriales y decorativas, del diseño con ejemplares limitados —que antes era adecuada como medida de la riqueza y modificación implícita en la Feria—, porque lo de esta vez acentúa más la tendencia al estándar, a la marca registrada con mínimas variables, a la festinada suma de lo que nace de una percepción y una espiritualidad singulares con aquellas producciones que se elaboran masivamente, especie de “maquiladoras” donde lo atractivo, lo raro, lo atrevido, lo morfológicamente refinado o el uso dosificado de colores y adornos logran una apariencia que se aproxima al bibelot elegante o a la “cosa” híbrida que parece —y no es— artesanía, o que parece —y tampoco es— diseño para la industria.
Se está haciendo cada vez más necesario deslindar —en FIART— lo que sí posee condición imaginativa de rigor, de aquello que remedo de productos internacionalizados. Se impone separar —CON POSICIÓN FIRME— lo que allí permanece de pieza artesanal de lo que no lo es, y responde sólo a la necesidad de vender de los que lo producen, de la entidad intermediaria y del mismo Fondo Cubano de Bienes Culturales, organizador de FIART.
A pesar de todo, FIART es una fiesta del arte manual, y debemos apoyarla, porque detrás, hay un enorme esfuerzo de los organizadores por hacerla posible cada año, para el disfrute del pueblo trabajador que encuentra en ella muchas motivaciones/alegrías, máxime en esta época del año.
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