Teatro Karl Marx, 5 de diciembre de 2013

Buenas noches,

¿El Festival es una realidad, parecía un sueño pero es una realidad?, decía Alfredo Guevara en la noche del tres de diciembre de 1979 en el discurso inaugural del Primer Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. Hoy podemos afirmar que a pesar de contingencias de todo carácter, el Festival ha sobrevivido, mantenido el rumbo, ensanchado sus márgenes y sumado en su acontecer a varias generaciones de cineastas, a las generaciones que hoy constituyen la vanguardia de nuestro cine.

Hace tres décadas éramos el único festival de cine en la región. Era La Habana el lugar en el que los cineastas latinoamericanos se encontraban para ver y discutir sus obras, trazar estrategias y establecer alianzas. Hoy, una tupida red de festivales de cine y algunos otros mercados regionales nos acompañan para lograr que nuestro cine exista, se conozca y circule. Sin lugar a dudas somos los mayores responsables de este presente y continuamos siendo referente obligado para todo el mundo.

Debemos entonces reconocer los que tenemos la responsabilidad de organizar los festivales y mercados de la región, que nuestra fuerza, y nuestro sentido están hoy inmersos dentro de esa red. Que los festivales más que plataformas para presentar las nuevas obras, son hoy los escenarios estratégicos donde se decide el futuro de nuestro cine. Hace cinco años se fundó el Sector Industria del Festival; en él, creamos un premio de postproducción financiado por el Alba Cultural, un premio que ha posibilitado la terminación de 16 películas de 8 países de la región. Estas no son meras cifras, son realidades.

Este es el festival que quizás tenga el mejor público del mundo, cientos de cineastas lo valoran por ello, y esto nos obliga a presentar un programa cada vez más riguroso y mejor estructurado. En consecuencia hemos introducido algunos cambios en la programación, que no serán definitivos, y que estarán en función de los títulos que cada año tengamos que programar, y de las tendencias emergentes que descubramos.

Entramos en el segundo siglo del cine y con él llegó la revolución digital, que ha transformado de manera radical al cine y sus modos de disfrute. Terminó la era analógica, y con ella los modelos de exhibición y distribución que se establecieron y afirmaron muestran absoluta crisis. Todo está por transformarse. Por tanto el seminario cardinal del Festival se propone intentar definir cuáles son los principales desafíos a los que hoy nos enfrentamos: ¿Nuevo? ¿Cine? ¿Latinoamericano?, las tres palabras que conforman nuestra identidad como interrogantes, serán su título y ellas provocarán las principales discusiones teóricas que tendrán lugar.

Continuaremos adelante, calibrando los peligros y reconociendo que el Festival puede perder su significado si no logra llenar de sentido la brecha entre lo establecido y lo que se quiere renovar. Ese es el mayor reto que tenemos ante nosotros, no hay forma de eludirlo, y lo afrontaremos.

En nuestro trigésimo quinto aniversario no podemos olvidar a los fundadores del Festival, a Alfredo, a Pastor y a Julio,a Gabo y a Fidel, a ellos en tanto símbolos y con ellos a todos los que contribuyeron con su pasión e inteligencia para que hoy el cine latinoamericano sea visto y respetado en todo el mundo. Son muchos, más de los que siempre se mencionan, unos más visibles, otros casi anónimos, a todos les agradecemos el haber llegado hasta aquí.

Ahora me despido y les dejo con un emotivo documental hecho para esta especial ocasión.

Muchas Gracias y disfrutemos el Festival.