Independiente de la antigua existencia de curanderos y brujos de las tribus, no creo que a nadie con buen sentido de la vida se le ocurra ponerse en manos de algunas de estas personas para que le diagnostiquen una delicada dolencia, y mucho menos para que le realicen un trasplante de riñón o de corazón.
Mucho menos, aunque existen constructores improvisados, tampoco alguien se arriesgue a meterse en la realización de un edificio sin la firma autorizada de un arquitecto.
En esos casos y en otros más que no cito para evitar el alargue de esta redacción, son necesarios estudios acreditados y, luego de finalizados, una mayor experiencia; pues, como dice el conocimiento popular, “cortando huevos se aprende a capar”, y también viendo más y más pacientes se perfecciona el diagnóstico de enfermedades.
Pero, de igual forma, coexisten algunas actividades profesionales humanas donde para ejercer las mismas puede aceptarse a personas cuya formación educacional no tiene que ver con el respectivo currículo formativo. Por citar un ejemplo, tenemos al Juez Lego quien, como ya lo indica su mismo nombre, no necesariamente es graduado de Derecho, sino que ejerce esta profesión partiendo de una formación posterior, dirigida a la función que va a desempeñar.
En ese mismo ambiente se encuentran el Periodismo o las Artes Escénicas, con una larga lista de ejemplos destacadísimos en nuestro país y en el mundo, con la particularidad, según el ejemplo anterior, que no necesariamente tienen que pasar un curso para ejercer la profesión, pues la formación para el resto del andar por su vida le viene perfecta para ejercer dicha labor.
La Informática, por su parte, permite conocidos casos como estos:
Bill Gates funda Microsoft en abril de 1975, después de abandonar la Universidad. Mark Zuckerberg en 2004 fundó Facebook, y al año siguiente abandonó Harvard. Mientras que Steve Jobs en 1976 creó Apple junto a Steve Wozniak, al tiempo que solo había asistido seis meses a la Universidad Reed College, en la cual se mantuvo después unos años, pero solo como oyente. El mencionado Wozniak, concluyó sus estudios universitarios en Berkeley casi 20 años después de haber cofundado Apple.
Ellos con sus correspondientes ad-lateres y los actuales nerds, geeks y otra amplia fauna, ubican la especialidad en una condición particular, donde cuesta gran trabajo separar al simple usuario ?cada vez mayor cantidad y mayor especialización en este mundo informatizado? del real profesional, quien con una máquina, una conexión, cualquier cantidad de horas disponibles para el análisis y el desarrollo, puede crear aplicaciones para dispositivos de variado tamaño y tipo, incluso, dedicarse a la nada edificante actividad de pirateo, y no por ello dejar de ser tan especialista en informática como cualquier otro.
Todas estas ideas me vienen a la mente a propósito de la conformación de la Unión de Informáticos de Cuba, pues la pregunta es sencilla: ¿a quiénes incluir dentro de ella? ¿Solo a graduados de Ingeniería en Informática, Cibernética, Máquinas Computadoras Electrónicas o Sistemas Automatizados de Dirección, según antiguas y actuales denominaciones de carreras? Los que no cumplan estos requisitos, ¿serán ubicados dentro de “otra categoría” o deberán justificar sus historiales en el mundo de los ceros y los unos?
Más de cuarenta años dedicados a la especialidad, no obstante mi título de Licenciado en Información Científico-Técnica, lo cual, de hecho, me ubica en la categoría “otros”, me han llevado a conocer la más variopinta formación de Especialistas en Informática, valgan las mayúsculas, de nivel medio, de nivel superior y de ningún nivel graduado, solo autodidactas, sobre los cuales, nada ajeno a la experiencia mundial, se ha construido la especialidad en Cuba.
Las carreras proveedoras indirectas van desde graduados de técnico de nivel medio en motores de Lada (auto de la era soviética), farmacéutica, sonido, bibliotecología, publicistas, investigaciones de petróleo, diseño gráfico, hasta una muy larga lista de etcéteras, incluidas las variantes dentro de la formación para la seguridad y la defensa.
Asimismo, en el nivel superior, además de las citadas especialidades y otras, hoy algo lejanas que se estudiaban en los antiguos países socialistas, andan por estos lares de la informática, los graduados de Electrónica, Relaciones Internacionales, Medicina, Deportes, Ciencias de la Información, Periodismo, Comunicación, Hidráulica o del Instituto Superior de Arte y también una larga lista de otros, donde se incluyen muy reconocidos especialistas y actuales directivos en Empresas y Organismos de la Administración Central del Estado. Obvio, sin olvidar a un Abogado, el cual forma parte indisoluble de esta historia en Cuba, no solo como seguro Miembro de Honor, que bien se lo ha ganado, sino por ser parte activa de esta Especialidad.
Tomar decisiones siempre es una tarea difícil. Hacer selecciones, es además ingrato, pues a los que se descarta, siempre se les daña de una u otra forma. Decidir por el título o por el nivel que refleja una graduación en esta especialidad, puede llevar a más problemas que soluciones; y, ojo, porque creo firmemente que en estos momentos, estamos mucho más necesitados de la unidad que de la exclusión. Parece preferible un desliz por aceptar a quien la vida real eliminará, que una eliminación por decreto, sobre todo, si al parecer, se quiere ir más allá de una lista de control y convertirse en una real agrupación de profesionales con tanta necesidad y actualidad.
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