Más de una vez ha sido dicho: los principales acontecimientos históricos ocurridos en nuestro país durante la segunda mitad del siglo pasado quedaron registrados en las fotografías de Ernesto Fernández, Premio Nacional de Artes Plásticas 2011.
De la invasión mercenaria a Playa Girón en 1961, en la que fue el primer fotógrafo en llegar al campo de batalla; la Crisis de Octubre, en 1962; la Lucha Contra Bandidos, en 1963; el enfrentamiento a las lanchas piratas, en 1965 y las zafras del pueblo, entre ellas la de los Diez Millones, en 1970, nos legó antológicas imágenes.
Fuera de nuestras fronteras, se sumaron a sus fotos sobre el derrocamiento del general venezolano Marcos Pérez Jiménez, hechas en 1958, las que realizó como corresponsal de guerra en Angola, entre 1981 y 1983; y en Nicaragua, también en el año 1981.
Como sucede con la obra de otros representantes de la llamada Fotografía de la épica revolucionaria, la de Ernesto Fernández no solo sobresale como testimonio de una época, sino que resultan igualmente encomiables en ella sus valores estéticos y la maestría técnica que revela.
El haber roto las fronteras entre el fotoreportaje y el ensayo fotográfico, es una de las características del quehacer de quien ha obtenido también entre sus más recientes reconocimientos el Premio Fotografía Iberoamericana que le otorgara en el año 2000 la estadounidense Universidad de Harvard y, en 2005, el Premio OLORUM Iberoamericano del Fondo Iberoamericano de Fotografía.
Nacido en La Habana un 11 de noviembre, hace hoy 81 años, Ernesto Fernández realizó estudios de fotografía entre 1952 y 1958 con José Agraz, Raúl Vales, Generoso Funcasta y Carlos Fernández. En 1979 se graduó de la Licenciatura en Periodismo en la Universidad de La Habana.
Más de seis décadas tras el visor de la cámara lleva este artista del lente deteniendo el tiempo, viviendo una historia que quedará por siempre en sus imágenes.
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