El otorgamiento del Premio Anual del Arte del Libro Raúl Martínez 2015, tuvo lugar en el Centro Cultural Dulce María Loynaz, en esta capital, durante un acto presidido por Edel Morales, vicepresidente del Instituto Cubano del Libro.
Un jurado integrado por Enrique Martínez Blanco como presidente, la editora Thelma Jiménez y el artista de la Plástica y escritor José Luis Fariñas, tuvo la misión de evaluar las propuestas de 17 editoriales. Tras dicha evaluación decidió otorgar, por unanimidad, premios en las categorías de:
Diseño Integral
Primer Premio a: El edificio de la memoria. Colección Sur. Editores diseñador: Ernesto Azcuy. Por la excelente relación integral entre el diseño de cubierta y el diseño interior, lo cual contribuye a la sobriedad del acabado, en perfecta armonía con el tema del libro.
Segundo Premio a: Había una vez. Editorial Gente Nueva. Ileana Fernández Alonso. Por reunir en cubierta y diseño interior innovación y calidad estética, que demuestra una alta profesionalidad e ilumina esta obra infantil tan significativa para la cultura cubana.
Ambos son libros que se destacan por su relación integral entre el diseño interior y la cubierta, con un buen uso de los recursos de diseño.
Reciben Menciones:
Poetas en Matanzas. Ediciones Matanzas. Diseño: Johan E. Trujillo.
Microalgas marinas de Cuba. Editorial UH. Diseño: Norberto Molina Martínez.
Por lo atractivo de sus imágenes, la originalidad y el coherente discurso visual.
Diseño Interior
Primer Premio a: En clave de niños. Ediciones Matanzas. Diseñador: Johan E. Trujillo.
Por la creatividad y diversidad, composición y distribución de los elementos del diseño.
Segundo Premio compartido para:
100 preguntas sobre la India. Editorial Gente Nueva. Diseño: Nydia Fernández Pérez.
Microalgas marinas de Cuba. Editorial UH. Diseño: Norberto Molina Martínez. Por la excelente factura del libro y el diseño interior creativo.
Diseño de Cubierta :
Primer Premio a: Una vuelta de tuerca. Cine de autor y películas de culto. Ediciones ICAIC. Diseño de Cubierta: Pepe Menéndez.
Por la sencillez, el color y el mínimo de recursos tipográficos con que se logra una cubierta impactante, altamente simbólica. Sintetiza en su portada, con sobriedad, elegancia y marcada atracción visual, la información reunida en sus páginas interiores. Como ejemplo del empleo del concepto espacial contemporáneo es muy bueno, ya que rompe con el espacio clásico de la composición. Es más osado. Con poco dice mucho.
Segundo Premio a: Ferdydurke. Editorial Arte y Literatura. Diseñadora de cubierta: Lisvette Morinar Bolaños. Por el lirismo y la imagen poética que resalta su cubierta.
Reciben Menciones:
El sueño de Endimión. Ediciones Matanzas. Diseñador: Johan E. Trujillo. Por la relación biunívoca entre el diseño de la cubierta y el contenido.
Tebas Land: Ediciones Alarcos. Diseño de cubierta: Idania del Río. Por la coherencia del diseño de cubierta.
El humanismo etnográfico. Ocho lecciones sobre la historia de la antropología y el debate sobre la cultura popular. Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello. Diseño: Jorge Méndez Calás. Porque con economía de recursos tiene una solución puramente tipográfica muy interesante y austera.
Mejor colección:
Primer Premio a: Colección Literatura Latinoamericana y Caribeña. Fondo Editorial Casa de las Américas. Diseñador: Pepe Menéndez.
Por la sencillez de los elementos tipográficos que se repiten, lo que los hace distintos y similares al mismo tiempo. Por el uso del color, la austeridad, igualdad y grandilocuencia de la colección.
Segundo Premio a: Colección Premio. Fondo Editorial Casa de las Américas. Diseñador: Ricardo Rafael Villares.
Porque destaca el logotipo de la colección y el género premiado, lo que hace fácil su identificación. La imagen de cubierta siempre está relacionada con el tema del libro. Por el diseño innovador de sus cubiertas, la tipografía legible y un diseño interior que incita a la lectura de los textos de alta calidad que reúne.
Por la unidad conceptual en la identificación de ambas colecciones y la excelencia tanto de los recursos ilustrativos como tipográficos. El cuidado de todos los elementos de la colección. El uso equilibrado y sobrio de los elementos fijos de la colección; porque destacan el logotipo de las colecciones lo que hace fácil su identificación.
Recibe Mención: Colección Sur Editores. Diseñadoras: Elisa Vera Grillo y Onelia Silva Martínez.
Por la seriedad y cuidado con su trabajo de cubierta.
Ilustración:
Primer Premio a: Había una vez. Editorial Gente Nueva. Ilustrador: Yunier Serrano Rojas Valerio
Por la calidad de las ilustraciones frescas, figuras bien trabajadas y la solidez estilística que lo convierte en una verdadera obra de arte. Sus ilustraciones no sólo iluminan con creces al texto, sino que también aportan, por su calidad, un mundo cargado de ingenuidad y fantasía. La unidad, coherencia y rigor estético de las imágenes que confluyen para crear un libro infantil muy bien concebido, logrando un diálogo fluido entre texto e ilustración. Por la originalidad e inventiva en las soluciones de confecciones teniendo en cuenta la noción del libro como objeto artístico.
Segundo Premio a: El niño congelado. Fondo Editorial Casa de las Américas. Ilustrador: Jorge Luis Menéndez Machín.
Por el uso creativo del espacio, con una progresión dramática plásticamente lograda.
Reciben Mención: Bajo un sol rosado. Editorial Oriente. Ilustrador: Alberto Díaz de León, y Voy a perder la cabeza por tu amor. Ediciones Loynaz. Ilustrador: Yunier Srrano Rojas Valerio.
En nombre de los Premiados el diseñador Pepe Menéndez, rememoró la figura de Raúl Martínez quien, siendo un gran pintor, fue también un grandísimo artista del libro, además de haber sido el primer ganador del Premio Nacional de Artes Plásticas.
El laureado diseñador enfatizó en los libros de cubierta blanca, al reconocer que “no existe un arte del libro, sino un arte de imprenta. Desafortunadamente en su confección, esos libros son altamente desaconsejables en las imprentas cubanas de hoy e incluso manejan el criterio de que si valdría la pena la realización de libros con fondo blanco –porque se ensucian demasiado--. Esto es algo que no debiera ocurrir y que debiera retomarse del pasado como un reto que debiéramos asumir con nuestras imprentas. Valdría la pena establecer un consenso diseñadores e impresores, reunirnos, tratar de entendernos mutuamente para, de esta forma, contribuir y afianzar aún más la imagen del diseño del libro cubano. En mi caso, me sentí muy feliz de que, entre los diseños hoy premiados, estuviesen libros de cubierta blanca”.
Por su parte el artista de la Plástica y escritor José Luis Fariñas, explicó que en los tiempos actuales de era digital y, por ende, de múltiples cambios en la industria editorial “estos cambios han hecho emerger con el tiempo un nuevo estilo de diseñador, alguien que difumina las fronteras y que ha convertido al arte del diseño en un medio de comunicación, en un medio de entusiasmo de las nuevas tecnologías. El diseñador ha logrado convertirse más en parte integrante, en figura cimera de un conjunto de corta vida a la cultura editorial.
“Los diseñadores están aprendiendo a diseñar para un público que tiene la capacidad de selección o lo que observa y que reacciona a los cambios en el diseño y programación a través de una respuesta muy rápida”.
Más adelante resaltó que “nunca deberá perderse la perspectiva de que el libro es, ante todo, expresión y resultado de la labor cultural conjunta de un equipo y que el papel del diseñador si bien no debe limitarse a cumplir ciertas reglas elementales, tampoco deberá sobrepasar las intenciones del texto, del autor y de la necesidad de los lectores. El diseñador jugará un papel más activo en la medida en que logre libros cada vez más atractivos, funcionales y acordes a la cultura que representan”.
Sin lugar a dudas que la iniciativa de otorgamiento del Premio Anual del Arte del Libro Raúl Martínez representa no sólo un reconocimiento al trabajo de los creadores cubanos del diseño gráfico, sino también a la necesidad de continuar apostando porque el arte del libro no se pierda en estos tiempos en que algunos especulan sobre la desaparición del libro de papel; de continuar apostando por la autonomía del diseño en sus búsquedas conceptuales, formales y, ante todo, por su representatividad identitaria cultural.
Es de agradecer, entonces, que apostemos por el libro impreso y que este certamen se dedique año tras año al inolvidable artista cubano de la Plástica, Raúl Martínez.
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