Desde la época en que el presbítero Félix Varela proclamó la independencia de Cuba de la colonia española y propuso la abolición de la esclavitud en las cortes de Cádiz en 1810, hasta que estalló nuestra primera contienda independentista encabezada por Carlos Manuel de Céspedes, luego por José Martí y finalmente por Fidel Castro, el pueblo cubano no ha cejado de luchar por su proyecto de soberanía, libertad y justicia social.
Así, cuando un 20 de octubre de 1868 el patriota cubano Perucho Figueredo compuso la letra de lo que llegó a ser nuestro magnífico Himno Nacional, de seguro no supuso que éste nos acompañaría cada momento de nuestras vidas como nutriente imperecedera de la Cubanidad. Y de este amor a ella se desprende la lealtad y culto a sus principios de un gran grupo de hombres y mujeres quienes a lo largo de nuestra Historia —y en especial, de nuestras tres contiendas independentistas—, sacrificaron sus vidas por entero y en absoluto secreto al difícil trabajo de la inteligencia desde las filas enemigas, tema fundamental de la obra En el mayor silencio. La inteligencia mambisa (1).
De seguro y con el devenir en la lectura de cada una de sus páginas, pocos libros son capaces de levantar las expectativas e interés de cualquier lector avezado o no en estos temas, si se toma en cuenta no sólo la particularidad e trascendencia de su asunto, sino también la riqueza en contenido bibliográfico que su Autor ha sabido manejar con profuso cuidado y dedicación.
“(…) La diferencia fundamental entre conspiración e inteligencia estriba en que la primera se realiza con un fin que debe hacerse público para alcanzar el respaldo de la población o de un sector específico. Sus líderes, en un momento determinado, llegan también a conocerse y asumen la dirección de las fuerzas que pretenden mover. En el caso de la inteligencia, sus protagonistas siempre deben permanecer en el más absoluto anonimato, incluso, después que triunfe o desaparezca la causa por la que trabajan”, explica el historiador René González Barrios (2).
Juntas masónicas, clubes, sociedades secretas, agrupaciones políticas, conforman el germen de lo que más tarde adoptó como nombre laborantes, o “pioneros de la inteligencia y de lo que después fueran los servicios secretos revolucionarios de todas nuestras guerras”, calificativo cuya paternidad se le atribuye a un artículo polémico titulado “Laboremos”, publicado a principios de la Guerra de los Diez Años por dos reconocidas plumas: el poeta Juan Clemente Zenea y el periodista Rafael María Merchán, que exhortaba “de manera velada y secreta contra el colonialismo español, fundamentalmente por medio de la propaganda”.
La incorporación del pueblo cubano durante las tres contiendas independentistas contra el colonialismo español: Guerra Grande o de los Diez Años, Guerra Chiquita y Guerra necesaria o del 95, y su concientización identitaria como Nación, compulsan el desarrollo de En el mayor silencio… en un tema siempre recurrente. Así se expone dividido en fases que le significan como son: “(…) El empleo de la propaganda por parte de la población para manifestar su oposición al régimen colonial, caracterizó la primera fase del laborantismo: la cívica. La proliferación de las ideas independentistas y el comienzo de la guerra marcan el inicio de una segunda etapa, superior en madurez e importancia: la de su adaptación y absorción por las organizaciones secretas como sistema de inteligencia, en función del movimiento separatista”.
Epígrafes dedicados al Comportamiento del espionaje español durante las guerras de independencia de Cuba; Los agentes secretos en las ciudades; José Martí, el Partido Revolucionario Cubano y la preparación de la guerra, al igual que las actividades de inteligencia tanto en la Guerra de los Diez Años como en la contienda del 95, son expositivos de la heroicidad de infinidad de rostros ocultos que llegan a validar el triunfo de muchas acciones.
Asimismo nombres de reconocidos agentes como Rafael María Lubian, presidente del Club Juan Bruno Zayas; Vencedor y Torcaza, de la Junta Patriótica de Caibarién; del sacerdote Guillermo González Arocha, o Virgilius; del Mayor General Vicente García (Ciriaco o Antosdeo para los agentes del Ejército Libertador); el poeta Juan Clemente Zenea; el mayor general Federico Fernández-Cavada Howard, o General Candela (primer jefe cubano que crea un servicio de inteligencia militar); Félix Germán Barrio Howard, pionero de la Inteligencia militar en Cuba; el músico holandés, Hubert de Blank, agente 209 de los servicios secretos del Ejército Libertador; María Machado, agente secreta del lugarteniente general Calixto García y la patriota Magdalena Peñarredonda, o Máximo Juárez y Benito Gómez para la Inteligencia mambisa, entre muchos otros, el Autor de este título logra ubicarlos en su justo proceder patriótico, a la vez que incluye fragmentos de informes, intercambio de correspondencia, entre ellas algunas remitidas por el Generalísimo Máximo Gómez Báez a diversos agentes, por Tomás Estrada Palma, agente en el extranjero, y hasta por traidores (Miguel Beato), Desde la época en que el presbítero Félix Varela proclamó la independencia de Cuba de la colonia española y propuso la abolición de la esclavitud en las cortes de Cádiz en 1810, hasta que estalló nuestra primera contienda independentista encabezada por Carlos Manuel de Céspedes, luego por José Martí y finalmente por Fidel Castro, el pueblo cubano no ha cejado de luchar por su soberanía, autodeterminación e independencia. Y a ella han sabido también otorgar sus fuerzas y sacrificios los hombres y mujeres del silencio, aquellos que han acompañado cada momento de nuestras vidas como salvaguarda de nuestra seguridad soberana, como nutriente de nuestra Cubanidad. En el mayor silencio. La inteligencia mambisa, la Cubanidad se lleva muy dentro, al igual que muy en silencio y con hondo sentimiento patriótico. Es herencia y tradición. Es pasado, presente y futuro por su riqueza espiritual y humana; por su magnífica Historia y, por ende, por su Cultura llena de energías, potencialidades e incuestionable heroísmo.
Notas
- René González Barrios: En el mayor silencio. La inteligencia mambisa. Editorial Capitán San Luis, La Habana, 2009.
- Lic. René González Barrios: (Pinar del Río, 1961). Coronel de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Licenciado en Derecho. Miembro de la Unión de Escritores y de Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC). Autor de obras como: Almas sin fronteras. Generales extranjeros en el Ejército Libertador. Editorial Verde Olivo, 1996; Los Capitanes Generales en Cuba (1868-1878), Editorial Verde Olivo, 1999; El Ejército español en Cuba (1868-1878), Editorial Verde Olivo, 2000; Cruzada de libertad. Venezuela por Cuba, Editorial Verde Olivo, 2005; Chile en la independencia de Cuba, Editorial Verde Olivo, 2007. Ha publicado artículos históricos en diversas publicaciones nacionales e internacionales, e impartido conferencias sobre espionaje, internacionalismo y ejército español en las guerras de independencia de Cuba.
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