Un 13 de agosto de l926, nació Fidel. Hoy lo recordamos más que nunca. Cuba, ha estado siendo víctima de una Campaña Mediática desde los Estados Unidos, solo para subvertir el orden de nuestra nación. Algunos se han unido a ese llamamiento digital en un momento de pandemia, de brotes de covid acelerado, y de situaciones muy difíciles que hace más de sesenta años nos golpea.
Una Revolución en marcha como la nuestra, defensora de la soberanía y la libertad de la Patria, es imposible que se realice a toda perfección en este mundo desequilibrado. Todo puede ser mejorado, ahora, eso sí, solo nosotros los revolucionarios de esta Isla, que decidimos compartir lo que tenemos con todo su pueblo, solo nosotros, podríamos intentar solucionar nuestros problemas internos, solo nosotros.
Fidel, decía que, en Cuba, era mucho más numeroso el pueblo revolucionario que el que no lo era y, aun así, nuestra Constitución, incluye sin ninguna distinción a todos los ciudadanos, cuando señala que todo lo que hacemos es “Con todos y para el bien de todos”.
Hablar, oír, pensar juntos, asumir críticas, escuchar propuestas, aclarar dificultades, y demás, son formas comunicativas posibles y necesarias que siempre tendremos que realizar y agradecer. La crítica, para llegar a un bien soberano, es lícita y aplaudible. La crítica infundada, el odio, la miseria, y la falta de sensibilidad humana, encuentra un rechazo sustancial en nuestra tierra y en muchos pueblos del mundo. Siempre tendremos que trabajar por la armonía y la unidad.
Ahora bien, nuestra Revolución se ha basado y se basa en primera instancia en la doctrina martiana que nuestro máximo Líder, asumió siempre con entera responsabilidad. Queremos un país libre, soberano, que se preocupe por todos sus hijos, basado en la justicia plena, inclusiva, un país poderoso, que avance y venza. Para ello hemos decidido los cubanos, y mucha sangre nos ha costado, que nuestra Sociedad sea una sociedad socialista y que la educación, la salud, la tranquilidad ciudadana, sean poderosos tesoros de nuestro pueblo.
Lo hemos logrado, el mundo se asombra y hoy frente a la pandemia ha sido demostrado.
Ciento ochenta y siete países del mundo, en la ONU, siempre han pedido el cese del bloqueo de Estados Unidos a Cuba. El Estado imperial no ha respondido al reclamo del mundo y ahora quiere de todas maneras y bajo el pretexto de apoyar a nuestro pueblo, desestabilizar una nación libre y soberana que no se pliega a sus designios.
Para nosotros, es cubano el que vive en Cuba y ama a su Patria, el que vive en otras latitudes y desde lejos la defiende, inclusive sentimos como hermanos a ciudadanos del mundo que respetan y quieren nuestra tierra, porque en nosotros, de vocación humana, de amor y amistad, se ratifica la idea de que Patria es Humanidad y así lo sentimos y en ese sentir, está la razón de nuestra solidaridad y de pleno agradecimiento por el apoyo y colaboración recibidas.
Para nuestro pueblo revolucionario, una cosa es la construcción de una sociedad, más justa para todos sus hijos, viva, que avanza y otra cosa, completamente intocable, el amor a la Patria, que es ara y no pedestal. Para la Patria nos levantamos todos y no sobre ella.
Desearle a su Patria lo peor, eso es verdaderamente un crimen, que no se puede permitir.
Desde muy niños aprendimos a amar la Patria. Martí nos lo enseñó a través de nuestros padres y maestros. Mucha sangre le ha costado a nuestra Historia, defenderla y amarla.
El triunfo del Primero de enero de l959, logró rescatar a la Patria de tantas y tantas agresiones a lo largo de los años. La Revolución Cubana, comandada por Fidel y un grupo de valientes, demostró ante el Mundo, que un país pobre como el nuestro, con miles de dificultades, estaba lleno de dignidad y coraje.
Léase La Historia de Absolverá, la gran defensa de Fidel, que es sin duda. La defensa de la Patria, para comprender bien estas cuestiones.
Siempre podremos hacer más y mejor, perfeccionar nuestro sistema cada día, a cada minuto, pero nunca decir que Cuba, no es ejemplo para el Mundo.
Esta pequeña Islita ha demostrado con sus conquistas de lo que ha sido capaz.
Necesitamos tener paz para seguir trabajando con mejores resultados.
¡La Patria es de todos, decía Martí, está hecha del mérito de sus hijos, es sagrada!
A qué quejas, recriminaciones, desconfianzas, iras, motes, recuerdos de encono en una Patria, como la nuestra, hecha de amor y de paz.
No podemos olvidar que la unidad es nuestra salvación y que amar es un modo de crecer.
Es importante no olvidar las palabas de Martí cuando nos advirtió:
“Pensar es prever. Es necesario ir acercando lo que ha de acabar por estar junto. Si no crecerán odios, se estará sin defensa apropiada para los colosales peligros y se vivirá en perpetua e infame batalla entre hermanos por apetito de tierras”
Hay que recordar siempre que, en la Patria, el honor es de todos y de todos el deshonor.
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