“Ni ¿en qué patria puede tener un hombre más orgullo que en nuestras repúblicas dolorosas de América, levantadas entre las mudas de indios (…) Con una frase de Sieyés no se desestanca la sangre cuajada de la raza india (…) el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país, y cómo puede ir guiándolos en junto, para llegar (…) a aquel estado apetecible donde cada hombre se conoce y ejerce, y disfrutan todos de la abundancia que la Naturaleza puso para todos en el pueblo que fecundan con su trabajo y defienden con sus vidas”. (1)
Así, evocando a nuestro José Martí en este mensaje preconizador de la realidad actual de nuestra América —y en especial la del indio—, es que nuestra Casa continental, la Casa de las Américas en sus acostumbrados ciclos de conferencias sobre la importancia del estudio y conocimiento de nuestras culturas originarias, presentó el tema El pensamiento indianista de Fausto Reynaga.
De profundo interés y conocimiento latinoamericanista y, en especial indigenista, fue sin lugar a dudas dicha conferencia dictada por el intelectual aymara boliviano doctor Esteban Ticona Alejo.
Al hacer la presentación Jaime Gómez Triana, director del Programa de Estudios sobre Culturas Originarias de América, destacó que en fecha reciente la Casa de las Américas premió un libro titulado Los intelectuales indígenas de Bolivia, Ecuador y Chile, “en el que el profesor doctor Esteban Ticona Alejo es uno de sus protagonistas como sujeto de estudio, al tener un desempeño extraordinariamente notable en él”.
A continuación y en breve reseña biográfica resaltó que el doctor Ticona Alejo “es doctor en Estudios Culturales Latinoamericanos por la Universidad Andina Simón Bolívar, máster en Antropología, y Licenciado en Sociología por la Universidad Mayor de San Andrés. Entre el 2007 y 2011, estuvo al frente de la Academia diplomática de la Cancillería de Bolivia donde tuvo un importante desempeño en la preparación de un repertorio de protocolos de estudios indígenas, que hoy forman parte de los protocolos oficiales de la Cancillería del Estado Plurinacional de Bolivia. Es autor también de numerosos títulos referidos a dichos estudios e investigaciones”.
Valoró además que “su labor intelectual sostenida e inteligente forma parte de uno de los fenómenos más interesantes del contexto andino y latinoamericano, como espacio colectivo de trabajo: el Taller de Historia Oral Andina”, y agregó que “hablar de Bolivia, de ese taller, del presente boliviano, es algo que no se podría hacer sin tener en cuenta el trabajo profundo, sostenido durante 32 años de dicha institución indígena, colectiva, comunal, que se piensa como un espacio de producción de saberes horizontales, y que ha tenido la audacia de revertir los fenómenos de la academia produciendo espacios alternativos. Hay mucha metodología producida por el taller, pero también hay muchas salidas distintas de comunicación de esas investigaciones (…) Y esta es una historia muy importante que forma parte también del quehacer de Ticona Alejo”.
Significó Gómez Triana que este año fueron presentados en Bolivia diez volúmenes de la obra de uno de los más notables intelectuales indígenas latinoamericanos: Fausto Reynaga, “y Ticona fue uno de los presentadores de esas obras completas, —editadas por la Vicepresidencia del Estado Multinacional de Bolivia—, pero también el autor del título El Indianismo de Fausto Reynaga. Orígenes, desarrollo y experiencias en Bolivia.”.
Por su parte el también periodista Ticona Alejo explicó que “Fausto Reynaga, fue un escritor indigenista poseedor de una obra sumamente extensa: 32 libros. Nació en 1906, en Potosí, Bolivia y murió en 1994. Se autocalificaba quechua-aymara por descender de ambas raíces; aprendió a leer y escribir el castellano a los 16 años de edad y se graduó en Derecho en 1936. Fue filósofo, ensayista, activista por las luchas sociales de los pueblos indígenas y, en los últimos años, ha cobrado gran interés la publicación y difusión de sus obras”.
Acotó que, en el pensamiento de Fausto Reynaga, se visualizan tres etapas en la producción de sus obras al tomar en cuenta el desarrollo, situaciones y contradicciones internas existentes en su país. La primera, anti-oligárquica; una segunda, marxista revolucionaria (1940-1960) y una última de madurez indianista (1961-1991). En él el indianismo o indigenismo, constituía un movimiento anticolonial, bajo la dirección y pensamiento de los propios indígenas, lo que convocaría a una corriente o primera manifestación de una nueva conciencia (pensamiento y acción) en Bolivia, surgida a finales de la década de los sesenta del pasado siglo (…) A partir de 1952 se produce un redescubrimiento de la figura histórica de la lucha anticolonial de Tupac Katari y un gran número de jóvenes aymaras —que se sentían extranjeros en sus propio país—, se nuclea en un movimiento indianista (katarista) con el objetivo de reelaborar el conocimiento del pasado indígena.
En relación con el contexto en que vive y formula Reynaga su pensamiento, el conferencista profundizó en el importante papel histórico desempeñado durante aquellos años por la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), al igual que por el Movimiento Indio Tupaj Katari y el Movimiento Indio Tupaj Katari de Liberación, en la lucha por el logro de reivindicaciones sociales, económicas y políticas para la población indígena, mayoría poblacional en ese país sudamericano. En el plano cultural, estuvo el uso de la wiphala, o celebración del Nuevo Año Andino (21 de Junio); la revalorización de los idiomas nativos (aymara y quechua, entre otros), y la masificación y reconocimiento de las expresiones artísticas indígenas. En 1983, como tesis política, la CSUTCB plantea por vez primera la creación de un Estado plurinacional.
El conferencista citó como aporte fundamental de Reynaga al indianismo, el afirmarlo no como teoría, sino como instrumento político-ideológico de suma relevancia, capaz de conllevar al conocimiento y análisis del proceso colonial en que ha vivido el indio durante tantos años.
Finalmente enfatizó en la inclusión de la filosofía amántica en su obra, “surgida a partir de un pensamiento ancestral conectado con la ciencia salvadora o la línea científica pro-humanidad: el ser indio no tiene que ver con el color de la piel, sino con el pensamiento (…) El indio puede ser blanco, negro o un mestizo capaz de pensar amánticamente en la madre naturaleza (…) Indiscutiblemente que Fausto Reynaga fue el gran mentor de la nueva tradición intelectual y autónoma india, y el gran constructor de ideas descolonizadoras”.
Finalmente y a una interrogante sobre la utilización actual del término Buen vivir a nivel académico y político en Bolivia o fuera de ese país, el doctor Ticona Alejo afirmó, que “hace 35 años Reynaga estaba accionando un tema que hoy es ya de carácter internacional referido al cambio climático, al calentamiento global, el término Vivir bien, en Ecuador, o el Buen vivir, en Bolivia… Destacaba que, nosotros seres humanos somos parte de la naturaleza y de su realidad; el ser humano no puede dominarla y tiene que entender que no puede accionar contra ella, sino preservarla, protegerla, cuidarla. Todo ello él lo calificaba como Pensamiento amántico, o pensamiento ancestral, proveniente de una sabiduría ancestral depositada en gentes de experiencia, con conocimientos del saber”.
Nota
(1) José Martí, Nuestra América. Obras Completas. Tomo 6, pp.15-23.
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