“Rectificar es de sabios”. Hace algún tiempo escribí una crítica sobre el programa Mediodía en TV, impulsada por ciertos detalles que me parecían incongruentes entre los que resaltaba la escenografía, sin embargo, nuevos cambios en su “look”, lo convierten en un espacio que estimula al televidente a obtener, no solo la programación diaria que podrá disfrutar a través de sus telerreceptores, sino también a nutrirse del quehacer cultural que trascurre en la capital, y porque no, en el resto del país, mediante el cintillo que en la parte baja de la pantalla anuncia diversas propuestas de toda índole, a las que puede asistir si lo desea.

Con una escenografía más fresca y agradable; un ritmo rápido que no cansa ni desluce; y nuevas formas de diálogo entre los dos locutores que quedaron —Marino Luzardo y Bárbara Sánchez Novoa—; y los invitados, Mediodía en TV se viste de una particularidad que lleva al espectador a sentirse uno más dentro del elenco, algo que muy pocos programas logran últimamente.

La música, otra protagonista que ameniza el programa, llega de la mano de diversos géneros y cantantes sin mediocridades ni chabacanerías, y lo más importante de todo: se defienden nuestras raíces, que, lamentablemente, ni siquiera asoma en programas hechos para el disfrute musical.  Ejemplos de artistas que nos han deleitado son Polito Ibáñez, Omara Portuondo, Marta Valdés, Edesio Alejandro; Niurka Reyes e Ivette Cepeda, entre otros.

Marino Luzardo es hábil a la hora de realizar las minientrevistas; sabe tomar las riendas del interrogatorio y concretar en pocos minutos lo que al telepúblico le interesa conocer de determinada figura, obra, o acontecimiento, ya sea cultural, deportivo, recreativo, u otra índole. Es ingenioso, locuaz, y sobre todo armónico en su discurso. Hace su trabajo con mucho respeto; a pesar que a veces los entrevistados —artistas humorísticos generalmente— reten su buen tino con bromas y jocosidades, de las que logra salir airoso. Otro tanto sucede con Bárbara Sánchez Novoa, a quien corresponde decir lo que sucederá por los cinco canales de televisión de alcance nacional. El buen gusto en el diseño de sus vestuarios se hace presente.

Los cambios fructíferos quedaron más que demostrados en el período vacacional, en el que Mediodía en TV alarga su horario. No sentimos el peso ni el paso del tiempo, algo que debemos agradecer a un nuevo estilo del espacio, que lleva la tutela de un excelente guión compartido entre Ivón Peñalver y Ricardo Pérez, y la dirección de Odalys Torres González; además de otros trabajadores del ICRT no menos importantes a la hora de suministrar cada pincelada o detalle indispensable para conformar el producto final: inspectores de estudio, escenógrafos, asesores, luminotécnicos, maquillistas, vestuaristas; etc.), que detrás de las cámaras también hacen posible que hoy, esta emisión televisiva ande con buenos pasos, y por mejores rumbos.