La pandemia se agudiza en el planeta mientras las cifras crecen con más de 1,8 millones de fallecidos y de 86,3 millones de personas contagiadas. Estados Unidos, India y Brasil encabezan la lista que muestra la expansión de este coronavirus que, además, ha profundizado una crisis económica a nivel mundial.
Luego de escuchar las noticias que a diario y durante un año han surcado como un relámpago las fronteras y océanos, dos autores, el periodista y escritor Félix López y el artista visual, historietista y humorista gráfico, Arístides Hernández (Ares) se han unido en una obra única, uno para dejarnos las crónicas y reflexiones sobre aquellos problemas que con creces hemos visto penosamente revelarse con la pandemia en otros países, y por tanto su análisis de cuál es el mundo que queremos para el futuro, y el otro develando a través de su gráfica humorística, obras visuales que pueden verse a la par que uno lee los textos.
Este libro El mundo después del coronavirus, es una segunda edición del sello Arte Cubano Ediciones, pues la primera fue por la Editorial Samarcanda en Andalucía y fue presentado en el Centro Cultural Pablo de Torriente Brau, recién restaurado y con una nueva sala llamada Abre la muralla, donde Víctor Casaus, el director de la institución dio la bienvenida al público presente que disfrutó tanto del lanzamiento como de la exposición que en planta baja se realizó de Ares titulada Cuarentena, con textos y caricaturas del libro en cuestión, más otras obras.
El mundo después del coronavirus pudo haber sido un libro tradicional únicamente con texto del escritor cubano Félix López, reconocido con el Premio Internacional Rómulo Gallegos. O también pudo únicamente ser un catálogo de obras de Ares sobre el tema, artista considerado entre los mejores caricaturistas del mundo —por la prestigiosa revista Witty World, Internacional Cartoon Magazine y seleccionado como el número 4 entre los diez mejores dibujantes del mundo en 2020, según Cartoon Home Network International de Noruega—. Mas luego de leerlo como un único libro con palabras e imágenes, una siente que solo con el texto le faltaría la fibra expresionista y vigorosa característica del imaginario de Ares. Y a la inversa: si se viera el libro únicamente con obras de Ares, sobre la pandemia, se extrañaría esa literatura periodística vivaz y afilada que pone al descubierto las zonas más azotadas por la pandemia mundial a inicios de la tercera década del siglo XXI por Félix López, quien además transversaliza las realidades contemporáneas que se han visto agudizadas con la COVID-19 , a través de una investigación que desde Andalucía, España, realizó este autor cubano que subraya cómo la pandemia ha mostrado de forma dramática los problemas que afectan a la humanidad. Tanto la palabra como la imagen en este libro nos hace pensar que tanto el escritor con su texto y el artista con su gráfica —cada uno de forma independiente, aunque con un diálogo común sobre el tema—, enriquecen, de modo peculiar, un mensaje común dada la alta calidad profesional de ambos partícipes, quienes se conocían hace mucho del ámbito periodístico.
La idea del libro nació inicialmente de una confluencia circunstancial del dúo, tanto Félix como Ares se percataron de cómo coincidían en sus publicaciones en las redes sociales sobre la misma temática de la pandemia del siglo XXI, y por tanto decidieron unirse en un proyecto común. En este se logran dos mensajes muy potentes, desde una visión humanista que, desde un enfoque esperanzador, apunta a la necesidad de un mundo mejor que este, donde un coronavirus ha mostrado de forma dramática las problemáticas punzantes que vive la humanidad, desde los Estados, los gobiernos, la política y la ética que tenemos y de ahí aquella mejor que desearíamos desde el inicio de la tercera década del siglo XXI para el futuro.
El libro despliega un viaje global y también donde aparece la experiencia cubano, en el lógicamente están presentes las temáticas de la tecnología digital, los niños, la sensibilidad de las personas ante la crisis, así como pasajes emotivos donde el autor y el artista, cada uno en su discurso, reflejan a los superhéroes descubiertos en los trabajadores de la salud en el orbe, entre ellos los cubanos.
En ese sentido, los textos de Félix López, escritos desde una perspectiva aguda dejan entrever con diafanidad qué mensajes éticos, políticos, sociológicos, culturales y económicos han aflorado debido a la pandemia, dejando al descubierto la cruel fragilidad de sistemas socioeconómicos de potencias desarrolladas. “En salud, el problema es estructural, ético y sistémico (…) En el mundo después del coronavirus, los políticos tendrán que dedicarse con altura a la política. Y los científicos y toda la comunidad médica a diseñar los modelos de atención que de verdad requieren los países. Los efectos del liberalismo económico sobre la salud pública deben ser analizados microscópicamente, como los virus” —asegura Félix López quien, de paso, también descubre esa otra parte de la humanidad que se ha engrandecido, más allá de la privatización de la salud a escala mundial, y ha sacado lo mejor de sí ante el drama vivido.
Asimismo en el libro El mundo después del coronavirus, las imágenes de Ares no son para nada descriptivas, ni literales, sino un discurso visual desde la imaginación que puede ser disfrutado a modo de una excelente galería de humorismo gráfico —manifestación que, además, ha resaltado entre otras artes durante la pandemia, dada la presencia de tantos caricaturistas y humoristas durante los meses de aislamiento físico y cuarentenas del 2020 en las pantallas digitales—. Es decir, durante esta pandemia, se ha visto destacado el papel del humor como antídoto humanista al drama que aún se padece, algo que, de paso, debería llamar la atención de aquellos que continúan considerando como un arte menor a la caricatura.
Hay pasajes del libro en los que el escritor Félix López cita la obra del artista visual Ares, porque coincidió con su reflexión o le ha inspiró, y asimismo es el segundo quien, de forma creativa, en sus estampas dibuja el inventario de los azotes socioeconómicos y políticos cual crueles golpes no del destino, sino del neoliberalismo, planteado por el entrenado periodista. Ambos tiran de una misma cuerda temática desde una invitación inicial, sobre la que aclara López coincidieron inicialmente él y Ares, de que el lector no “encontraría visiones parciales de ninguna índole” en la edición.
Paralelamente en el catálogo a la muestra personal de Ares en el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, su amigo Félix López aborda en resumidas líneas lo común de las inquietudes de ambos que comenzaron inicialmente publicando, cada uno por su parte, sus trabajos en las redes sociales: “Las caricaturas y los textos de El mundo después del coronavirus quieren ayudar a entender la sociedad que vamos a vivir mañana. Todos, sin excepción, estamos contagiados por las mismas interrogantes”. Y poco después el periodista expresa algo que muy bien pudiéramos aplicar al libro del dúo: “Cuarentena les muestra una opinión, pero no pretende imponer las respuestas. El mundo después del coronavirus tiene que ser una creación colectiva (…).”
Muchos esperamos que ese sea nuestro planeta vislumbrándolo en un futuro mejor. Con Félix López y Ares imaginamos ese otro mundo. Y aunque sabemos que somos soñadores, parafraseando a Lennon, de la misma manera estamos seguros que no somos los únicos: mucho menos ahora, cuando libramos el trayecto final de esta guerra contra el coronavirus del siglo XXI.
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