Leonardo Acosta se mueve con naturalidad entre las corrientes ..."/> Leonardo Acosta se mueve con naturalidad entre las corrientes ..."/> Portal Cubarte  -  El ensayista Leonardo Acosta

El ensayista Leonardo Acosta


el-ensayista-leonardo-acosta
El ensayista Leonardo Acosta

Escasas han sido las valoraciones del proceso literario cubano en el último medio siglo. Estudios parciales se detienen en fragmentos seleccionados con frecuencia a partir de criterios extra artísticos. La coyuntura política contribuyó a despertar el interés por el panorama cultural en los sesenta y los noventa del pasado siglo, se trata, con frecuencia, de lecturas carentes de contextos, a la manera de cortes abruptos extrapolados de una realidad más compleja. Rescatar la imagen del conjunto no es obra de un día. Requiere el cruce de múltiples puntos de vista y el esbozo de semblanzas individuales. De un juicio apresurado puede inferirse el silencio del ensayo en un entorno de debates ideológicos. La tarea reflexiva parece sumergirse bajo la avalancha editorial centrada en la poesía y en la narrativa.

El indispensable rescate podría comenzar por el deslinde del campo de estudios. El ensayo siempre ha sido un género de naturaleza escurridiza. Sujeto al dominio del yo, es fruto de una mirada andariega, íntima a veces, ocasionalmente fija en el horizonte, tentada por los accidentes del camino que suscitan divagaciones, pérdidas del rumbo previsible hasta el regreso al centro de la ruta. Puede sugerir respuestas conclusivas para interrogantes que nunca se cierran de manera definitiva.

En el terreno de las ciencias sociales y la cultura, la institucionalización de la academia ha propiciado la elaboración de monografías apegadas a temáticas útiles, pero muy delimitadas, trabajos de base por la acumulación de datos objetivos. En reacción contra el impresionismo de otrora, acentuado por una perspectiva enciclopédica, se ha manifestado, en unas ramas más que en otras, un excesivo afán de tecnicismo. Un proyecto cientificista desplaza el acercamiento cultural.

El efecto de estas tendencias me parece evidente en la musicología, especialidad de alto crecimiento desde la creación del Instituto Superior de Arte. En esta área del conocimiento, se advierte de manera muy aguda lo que también se manifiesta en otros territorios: la carencia de un recorrido histórico a través de la propia disciplina incluyendo sus avatares y sus nudos polémicos.

Para las nuevas generaciones de musicólogos, Alejo Carpentier es apenas un nombre ilustre. Al historiar la música en Cuba, el novelista estableció las directrices de una narrativa que colocaba la música en el centro de la cultura del país sin descuidar el puente necesario entre el teatro, lo culto y lo popular. La obra de Leonardo Acosta, Premio Nacional de Literatura pertenece a la misma tradición.

Hijo de José Manuel, ese adelantado de la vanguardia cubana y sobrino de Agustín, el poeta de La zafra, Leonardo creció en una atmósfera cultural privilegiada. Referencias familiares, la pintura y la poesía enriquecieron su vocación musical. Lector omnívoro, intérprete de saxo, entró en lo profundo de la noche habanera, aunque no dejó de observar desde cierta distancia los avatares del grupo Renovación musical. Alternó luego con el ejercicio del periodismo. Integró el grupo de Experimentación Sonora del ICAIC. Sus inquietudes intelectuales lo llevaron a abordar, imbuido de una perspectiva descolonizadora, algunos importantes temas de la cultura latinoamericana. Estudioso de la obra de Carpentier, es autor de un libro iluminador sobre Los pasos perdidos. El jazz en Cuba es un clásico de referencia obligada.

Móviles y otras músicas ?Ediciones Unión? es una recopilación de reseñas, homenajes y prólogos. Textos de inspiración coyunturalmente efímeros y subordinados a propósitos divulgativos, tienen el valor de ensayos, aun aquellos de extrema brevedad. Para Montaigne, no hay que olvidarlo, los pretextos podían ser baladíes, pero la naturaleza de la mirada les concedió la vigencia que todavía hoy perdura. En Leonardo Acosta una de las claves, cercana a quien nombró el género, reside en el trasfondo vivencial, en el hálito de subjetividad que permea la solidez del análisis y la abundancia de la información. La escritura ha surgido de la simpatía. La entrañable evocación de Julián Orbón es una pieza definitoria de este modo de hacer. Restituye, desde lo más íntimo de la memoria adolescente, la atmósfera hogareña del compositor. Las conversaciones prolongadas con Carpentier y con los origenistas, el amplio espectro de una cultura que incluía, en un mismo tejido, la patrística, los restos de la música medieval española y la inspirada improvisación de los versos de Martí con ritmo de Guantanamera. Lejos de adoptar un tono doctrinario, el texto deja traslucir la cubana de quien hubiera nacido en España y abandonara la Isla después del triunfo de la Revolución.

La silueta de Julián Orbón emerge de la memoria afectiva. Pero la conciencia alberga otros registros vivenciales. La valoración del filin recupera una atmósfera epocal en la barriada de Cayo Hueso, popular entonces y ahora, donde los músicos se van haciendo y se agrupan dotados de una sabiduría del oficio guitarrero que les permite acoplar la tradición a las resonancias del jazz. Para recrear este universo, traerlo al presente, puntualizar los procederes de los fundadores, el escritor incorpora los recursos analíticos a una narratividad que seduce al lector y a través del rescate de la subjetividad, ilumina las variadas aristas del fenómeno estudiado.

Superadas las fronteras entre lo culto y lo popular, Leonardo Acosta se mueve con naturalidad entre las corrientes más avanzadas de la música en el siglo XX. El ensayo-prólogo para Edgar Varese ilustra la proyección ensayística del autor. Sabe que está presentando a un desconocido relevante. No tiene a menos, por ello, introducir elementos informativos, didácticos en alguna medida. Pero el cuerpo central del estudio se orienta a subrayar la doble singularidad del compositor. En el orden creativo, el diálogo juvenil con Debussy resalta el respeto por un magisterio y los inicios de una ruptura crítica que enlaza con la vanguardia musical francesa de inicios del siglo XX. Prosigue con la incorporación de los recursos de la tecnología moderna con lo cual se convierte en pionero de las corrientes electroacústicas más contemporáneas. En su caso, ética y estética se interconectan. Siempre modesto, en el París de entreguerras, se acerca a quienes alejados de las luces de la publicidad, empezaban a explorar caminos propios. Así sucede con Alejo Carpentier, a quien compromete en un proyecto, no fraguado del todo, aunque subsisten testimonios del trabajo realizado en el museo de Varese en Nueva York. Se opuso a la mercantilización del arte, mantuvo una conducta ciudadana responsable, afrontó la soledad y la pobreza hasta que tardíamente le llegó el reconocimiento.

Con sus códigos específicos, la música se entrelaza a la cultura y a la sociedad. Esa visión dialogante e integradora caracteriza la ensayística de Leonardo Acosta. Su obra ofrece un modelo que merece atención por parte de las nuevas generaciones de musicólogos.
 

Imágenes: Internet


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte