Cuando surgió la República de Cuba, en los albores del siglo XX, una alta cifra de sus habitantes era analfabeta, lo que puso al descubierto que la falta de conocimientos frenaba el desarrollo intelectual de los hombres y las mujeres de esta nación.
El 5 de noviembre de 1961, hace 56 años, la localidad de Melena del Sur, en la actual provincia de Mayabeque, entró por la puerta ancha en la historia, cuando se izó la bandera que lo proclamaba como Primer Territorio Libre de Analfabetismo en el país, ocasión en la que el líder de la Revolución, Fidel Castro, reafirmaba esa importante noticia.
Ese poblado se fundó el primer día de enero de 1779, en tierras del corral de Melena o San Juan, en la fértil llanura de Güines y, a pesar de su larga existencia, ese municipio atravesó un largo camino de abandono escolar, antes de que ocurriera el triunfo de la Revolución Cubana, en enero de 1959.
En los albores del siglo XX (1906), una de las familias más acaudaladas de la Isla, los Gómez-Mena, compraron un central azucarero en la zona, al que pusieron por nombre “Merceditas”, y en el que hubo diversas huelgas durante la segunda década de esa centuria, en busca de mejoras financieras y sociales.
Años después, la economía de la localidad estaba centrada en una agricultura poco desarrollada y en su único central, que solo molía tres meses al año y luego se declaraba en “tiempo muerto”, por lo que la miseria siempre tenía un ritmo ascendente, junto a la incultura.
En esa época solo había en Melena del Sur una escuela privada para niños blancos y dos públicas, una de ellas para niñas y otra para varones. Según el Censo de Población realizado en 1952, el mismo año en que Fulgencio Batista perpetró el golpe de estado, en ese poblado de la costa sur de la antigua provincia de La Habana vivían poco más de 14 mil 500 personas, de las que unas dos mil 800 eran totalmente analfabetas.
Poco después de comenzar la lucha armada contra la tiranía de Batista, en diciembre de 1956, en zonas del oriente del país liberadas por el Ejército Rebelde, se inició un programa de alfabetización para niños y adultos. Hasta el triunfo de la Revolución no se creó en Cuba un plan masivo para erradicar oficialmente el analfabetismo, aunque algunas instituciones sociales y maestros altruistas, prepararon desde tiempo atrás programas para enseñar a leer y escribir de forma gratuita a todos los interesados en aprender.
En enero de 1959, el pueblo logró su liberación del régimen dictatorial y se iniciaba otra batalla: alcanzar las conquistas planteadas por Fidel durante el juicio por el asalto al Cuartel Moncada, en su alegato conocido como “La Historia me Absolverá”. Uno de esos logros fue erradicar el analfabetismo, para entonces iniciar una profunda revolución en el campo de la cultura.
Cifras oficiales indican que al triunfo de la Revolución nueve mil maestros estaban desempleados, y unos 800 mil niños y niñas no asistían a clases por falta de recursos y escuelas, de modo que cada año crecía más y más la cifra de analfabetos.
A solo unos días del triunfo de la Revolución, en el mes de marzo de 1959, se creó en Cuba la Comisión Nacional de Alfabetización y Educación Fundamental, que fue el preludio de las acciones que luego se desarrollarían para llevar adelante la educación hasta cada confín del país.
En un discurso ante el plenario de Naciones Unidas, celebrado en septiembre de 1960, el entonces Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, Fidel Castro, anunció al mundo que al año siguiente se erradicaría el analfabetismo en Cuba.
En enero del 61, al comenzar la Campaña de Alfabetización, se organizó un verdadero ejército de maestros, jóvenes en su mayoría, quienes trabajaron en condiciones muy difíciles, pues la mayoría de los iletrados del país vivían en zonas rurales, que no eran de fácil acceso.
El 5 de septiembre de ese año, Fidel clausuró en La Habana el Congreso de Alfabetización, ocasión en la que informó que 1961 sería denominado como el Año de la Educación, pues existía el objetivo de que “en solo un año la Revolución liquidará el analfabetismo, para así darle un ejemplo más a nuestros hermanos de América Latina”.
Destacó que luego tuvieron que “tomar muchas medidas, pues en los campos había por lo menos medio millón de niños que no tenían maestros (…) y estaban condenados a engrosar las filas de los analfabetos”. Finalmente significó que “la Revolución logró que todos los niños tuvieran maestros y se propuso algo que parecía imposible: ¡Liquidar el analfabetismo en un año!”.
Al terminar la Campaña Nacional de Alfabetización, en diciembre de 1961, se cumplió el compromiso hecho el año anterior por el líder cubano ante los asistentes al Plenario de la 15º Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas celebrada en la ciudad de Nueva York, en la que participaron 819 delegados procedentes de 96 países, y la presencia de 15 jefes de estado y 27 ministros de Relaciones Exteriores con sus acompañantes.
También se cumplió uno de los cinco problemas fundamentales dados a conocer en 1953, durante el juicio por el asalto al cuartel Moncada: la educación para todos.
Publicado: 5 de noviembre de 2017.
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