En varias de sus intervenciones, durante su actual visita a México al frente de la delegación cubana al 49 Festival Internacional Cervantino, el Ministro cubano de Cultura Alpidio Alonso ha hecho enérgicas declaraciones en torno al evidente interés de la contrarrevolución de obstaculizar la venidera edición 14 de la prestigiosa Bienal de La Habana, encuentro de arte contemporáneo que se lleva a cabo desde 1984.
En declaraciones a varios medios de prensa de México, así como en sus palabras de anuncio de ese país centroamericano como país Invitado de Honor a la 30 Feria del Libro de La Habana, Alonso Grau ha dicho que son algunos artistas reconvertidos en operadores políticos mercenarios los que abiertamente están enfrentando a las instituciones cubanas pidiendo cancelar la bienal a través de mensajes en redes sociales y cartas difundidas en la prensa, molestos por la decisión de realizarla.
El tal sentido, el prestigioso pintor uruguayo Ricardo Lanzarini (Montevideo, 1963), en su cuenta de Facebook expresa: “He visto que muchos se han manifestado escribiendo en un cuadernito: “No a la Bienal de La Habana”, algo que realmente me sorprendió. ¿Por qué “No a la Bienal de La Habana” especialmente? y digo especialmente porque no veo que haya cuadernito convocando a “No a…” otros países en el resto del mundo y lamentablemente habría muchos porque la lucha por la libertad y la lucha por los derechos es posiblemente interminable”.
Foto: Juan C Borjas
En sus palabras, reproducidas en la edición digital del periódico cultural La Jiribilla, el Licenciado en Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes, Universidad de la República del Uruguay, seguidamente enfatiza que “por supuesto que hay distintas urgencias y me pregunto: ¿Cómo es la situación de Cuba actual y por qué estar en contra de la Bienal, precisamente en un momento donde habría tensiones y muchos derechos posiblemente por conquistar? ¿Por qué hacer una campaña para señalar y de alguna forma obligar a no participar? Yo creo que es un error y además es injusto con los que son invitados y tienen una propuesta para realizar, que a mi modo de ver, sería sin duda alguna, mucho más interesante que su ausencia.
“Siempre hubo una agenda diversa —apunta— en las Bienales de La Habana, agenda internacional, agenda regional, agenda del tercer mundo, así como una agenda local. A veces se avanzaba en unas y en otras no tanto, así como ocurre en todos los foros “democráticos” del mundo. Escribo democrático entre comillas por obvias razones, la democracia no es un sistema ideal, es una construcción sobre intereses en pugna y tiene dificultades, idas y vueltas.”.
Al respecto, en una entrevista publicada en el prestigioso diario azteca La Jornada —uno de los más influyentes de ese país— titulado La Bienal de La Habana es "un lugar para la cultura tercermundista y queremos mantener ese espíritu", el titular cubano de Cultura expresó que el tema general de encuentro, dirigido por el curador Nelson Ramírez de Arellano, es Futuro y Contemporaneidad, previsto con el fin de explorar "los imaginarios que prefiguren el porvenir desde la experiencia del presente y examinar los caminos por los cuales hemos arribado a la actualidad. El evento prestará especial atención a los discursos de los países situados al margen de los centros de poder, cuya sabiduría ancestral pudiera contribuir a una mejor comprensión de los problemas de la contemporaneidad y a la preservación de la vida en el planeta”.
Foto: Juan C Borjas
“La bienal es un encuentro —afirmó Alonso Grau— de mucho prestigio que ofrece espacio a ese arte de la resistencia que muchas veces no encuentra mercado en los grandes circuitos. Sobre todo, da espacio a la expresión de la cultura auténtica de nuestros pueblos, es un lugar para la cultura tercermundista y queremos mantener ese espíritu.
Sobre este particular el reconocido artífice uruguayo, quien tuvo una destaca participación en las VI y VII Bienales de la Habana (1997-2000, respectivamente), apuntó: “Fue siempre muy enriquecedor ese debate y encontrarnos los artistas con otros artistas de todas partes, incluso de los lugares más lejanos que uno se pueda imaginar. Pienso que eso dejaba información, nos daba información, generaba intercambio y todo eso fluía y refrescaba las mentes y las ideas.
“¿Por qué negarnos hoy —dice— a que eso siga sucediendo y sumarnos a una negación y señalamiento de un país que sufre desde hace decenas de años el hostigamiento de un bloqueo siniestro que no le permite comerciar e intercambiar libremente como buena parte del resto del mundo puede hacerlo? ¿Por qué sumarnos a la alternativa de bloqueo que proponen los grupos más reaccionarios y de derecha de los Estados Unidos de Norteamérica, por qué?”.
Foto:Nelia Moreno
Las respuestas a esas interrogantes quedan claramente explicitas en las declaraciones a La Jornada del ministro cubano cuando apuntó: “Han comenzado a calumniar a los organizadores del encuentro porque están desesperados, sienten que se les acaba el tiempo, pues estamos venciendo la batalla contra el Covid-19 y cuando terminemos de vacunar a toda nuestra población, que será a finales de noviembre, nuestras circunstancias serán otras, podremos desplegarnos de manera más amplia y abierta, y ellos (los opositores) tendrán menos oportunidades de boicotear la bienal y la labor de las instituciones
"Están rabiosos de ver —enfatizó— la respuesta de los auténticos artistas cubanos, porque no existe ningún enfrentamiento con las instituciones. Al contrario, hay un ambiente de colaboración, que es lo que va a garantizar el éxito de la 14 Bienal de la Habana. El boicot está llamado al fracaso porque no está enfrentando a un sistema institucional, sino al deseo y voluntad expresa de la mayoría de los artistas cubanos".
"Lo más significativo es que cuando nosotros estábamos pensando si hacer o no la bienal, los propios artistas, en varias reuniones, nos exigieron realizarla, porque estábamos dudando si posponerla como ha ocurrido en otras ocasiones por otras razones. Pero los propios artistas pidieron hacerla a como diera lugar; respondemos a ese reclamo”, dijo el ministro al importante rotativo considerado modelo de comunicación alternativa en la era de la globalización
Foto:Nelia Moreno
Ricardo Lanzarini, cuya obra se atesora en la Colección del Centro Wifredo Lam en La Habana, resaltó que “Cuba hace más de 60 años que está en un sistema político que buscó un camino propio y atravesó como pudo estos 60 años. Los cubanos sabrán mejor que nosotros sobre eso y seguirán entre ellos buscando y construyendo el camino que sueñen y puedan construir. La historia pasó por ellos como por todos y dejó huellas, y dejó frustraciones y anhelos, y dejó alegría y de todo, como a todos. Pero se debe contar toda la historia. Particularmente la historia de la Bienal de la Habana se debió también a esas alternativas que buscaba Cuba”.
El Ministro cubano, también poeta y editor, ha resaltado la trascendencia cultural, histórica y social de la Bienal. Cuba ha experimentado, durante muchos años, difíciles condiciones de sobrevivencia, fundamentalmente ocasionadas por el criminal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos; sin embargo, nunca se ha oscurecido la creatividad de los artistas, como tampoco el pueblo ha carecido del enriquecimiento espiritual a través del arte y la cultura.
Varias de las convocatorias a la Bienal de La Habana se han realizado en momentos espinosos para la nación cubana. Y se ha asumido como un estímulo, como una extraordinaria oportunidad de acometer un evento renovador que cuenta con el apoyo y el entusiasmo de todo el pueblo.
Al respecto, Alonso Grau resaltó que “la lucha del pueblo cubano por su soberanía aún continúa, particularmente ante el enfrentamiento a la campaña contrarrevolucionaria contra el sector de la cultura, que junto al bloqueo pretenden desestabilizar al gobierno revolucionario que hoy preside el compañero Miguel Díaz Canel”.
Apuntó que para tales empeños subversivos, orquestados en Washington y Miami, con la malsana intención de presionar a los intelectuales y periodistas, se dedica mucho dinero, el cual es igualmente utilizado para desacreditar y calumniar a la
Revolución, y para decirle al mundo infinidad de mentiras sobre Cuba, a la que quieren presentar como un país inestable donde acontecen cosas tremendas o existe un enfrentamiento con las instituciones”.
Foto:Nelia Moreno
Por su parte, el pintor uruguayo señaló que “la Bienal de La Habana fue un foro de discusión que dio dignidad a la historia y al arte de Latinoamérica y del tercer mundo. Creo que los artistas latinoamericanos y del tercer mundo le debemos mucho a la Bienal de La Habana, y muy especialmente le dio visibilidad a los artistas cubanos”.
“Por eso —subrayó Alonso Grau a la Jornada— es importantísima la presencia de artistas latinoamericanos, africanos, asiáticos. La bienal es un evento de mucho prestigio que ofrece espacio a ese arte de la resistencia que muchas veces no encuentra mercado en los grandes circuitos. Sobre todo, da espacio a la expresión de la cultura auténtica de nuestros pueblos, es un lugar para la cultura tercermundista y queremos mantener ese espíritu”.
Según Lanzarini, “las personas del arte que escriben contra la Bienal de la Habana tendrán sus razones y las respeto pero: ¿por qué no creer en esa sutileza y profundidad que tienen los artistas cuando hacen un arte profundo para comunicar con su obra sus sentimientos, sus opiniones, sus anhelos, etc.? ¿Por qué cerrarnos en la imposición de que participar significa adherir? Me resulta inexplicable la mirada radical que se expresa en esa negación.
“Yo pienso —expresa— todo lo contrario a los argumentos de esa negación, es absurdo, estaríamos inmóviles en el mundo si actuáramos de esa manera. Cuéntenme: ¿a qué lugar del mundo se podría ir? ¿Qué lugar tiene resuelto de forma plena los derechos humanos, problemas con las libertades, problemas económicos, problemas sociales, problemas de censura (los propios y los que las potencias imponen hacia otros países), etc.?”.
En relación con estas expresiones del artista uruguayo, Alonso Grau ha referido con anterioridad que quienes actúan de esta manera "están tratando de presentar acciones políticas con ropaje artístico", suerte de "guerra simbólica" que en los recientes meses ha acompañado el recrudecimiento del bloqueo "criminal y abusivo" contra la isla.” La mayoría de los que están boicoteando la Bienal de La Habana y le están haciendo el juego al imperialismo y sus lacayos, “no son artistas. Por ello, sería un despropósito condescender y darles una respuesta, no lo auspiciamos. La cultura cubana es demasiado poderosa como para fabricar respuestas a bodrios”.
Foto:Nelia Moreno
Lanzarini enfatiza que “la Bienal de La Habana fue un foro de discusión que dio dignidad a la historia y al arte de Latinoamérica y del tercer mundo. Creo que los artistas latinoamericanos y del tercer mundo le debemos mucho a la Bienal de La Habana, y muy especialmente le dio visibilidad a los artistas cubanos.
“El poder particularísimo del arte —agrega— precisamente radica en encontrar en cualquier lenguaje o materia la posibilidad de reedificar el pensamiento nuevo, político, poético. Para eso hacemos arte”.
Finalente apunta: “Mi reflexión se suscribe exclusivamente a dar mi punto de vista sobre La Bienal de La Habana y mi posición contraria a los que proponen no participar”.
A tales planteamientos vale añadir la contundente respuesta del Ministro Alonso Grau: “realizaremos la Bienal de La Habana, pese al llamado al boicot de los opositores al gobierno cubano; este encuentro —dijo— se celebrará del 12 de noviembre de 2021 al 30 de abril de 2022 y tendrá cambios significativos en su estructura y duración.
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