El Dr. Eusebio Leal Spengler develó en el Museo de la Ciudad, otrora Palacio de los Capitanes Generales, una tarja dedicada a los noventa años del líder cubano Fidel Castro y al continuador de la Revolución, Raúl Castro.
Ante colaboradores de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), lugareños y caminantes, Leal evocó el camino transitado y los compromisos futuros.
“Tenemos el poder de la autoridad moral de haberle dado valor en nombre del Estado a este territorio (…) Esto sería un oscuro arrabal, dijo el Historiador de la Ciudad, de no estar restauradas las plazas principales. Miles de personas viven bajo techo seguro. Construimos Hogar Materno, Centro de Salud Mental, Centro de niños discapacitados; construimos los primeros y más eficaces consultorios de familia.
Levantamos escuelas, las hicimos modélicas (…) Nos ocupamos en cada museo, en los momentos más críticos, de los mayores, de los que sufrían orfandad, de los más pobres, que siempre los tendremos con nosotros. Pobres de salud, pobres de esperanza, pobres de trabajo (...)”.
Más adelante, el artífice de la obra de restauración que hoy se acomete en el entorno colonial habanero señaló: “Volvamos a la esencia de por qué esta lápida. Porque no puedo escribir en bronce lo que ahí está escrito. Yo conozco el espíritu del legislador y de su continuador; que en idénticas circunstancias, hace unos pocos días, veintitantos años después, me llamó en el mismo lugar, y en el mismo sitio para preguntarme lo mismo, y para decirme “dejemos por escrito, para cuando no estemos ni tú, ni yo, el destino de lo histórico, de lo que ustedes han trabajado y han hecho”.
Asimismo, el Dr. Leal instó a sus colaboradores de la OHCH y a las nuevas generaciones, a luchar por lo logrado durante tantos años. “Esa es nuestra labor, lo que se caiga lo plantamos, lo que se apague lo encendemos, lo que está sucio, lo arreglamos, y vergüenza nuestra sería perder el espacio que hemos conquistado, subrayó”.
En una parte de la tarja develada puede leerse: “En el año 1938, el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring fundó la Oficina del Historiador de la Ciudad con carácter autónomo y la responsabilidad de fomentar la cultura habanera, nacional y sus vínculos internacionales, legándonos el ejemplo de una infatigable lucha por la conservación de los monumentos históricos de La Habana y los bienes ubicados en la capital de la república que corresponden al patrimonio nacional (...)”.
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