“Hay algo muy importante del Che, aparte de su concepción revolucionaria, económica, su integralidad como comunista y ser humano, y es que Cuba le aportó a él la posibilidad y motivación de perfeccionar su concepción ideológica, de llevarla a la práctica, de observarla a partir de un pensamiento latinoamericano —e incluso hasta religioso, podríamos decirlo así—, y es su pensamiento martiano. Desde un punto de vista humano la obra del Che tiene una base martiana, quien siempre abogó por una República con todos y para el bien de todos”.
Así destacó el general de brigada Harry Villegas, Héroe de la República de Cuba e integrante de la guerrilla en tierras bolivianas del Comandante Ernesto Che Guevara, durante su intervención en la capitalina sede de la Casa del Alba Cultural, donde fueron presentadas —en números especiales—, las reconocidas revistas Verde Olivo y Bohemia. Ambas, inclusivas en esta oportunidad, de trabajos periodísticos sobre la vida y la obra del Guerrillero Heroico, con motivo del Aniversario 50 de su caída en combate.
Seguidamente dijo que “a esto se le agrega su concepción latinoamericanista, de hacer la revolución como pensamiento mundial, al igual que Martí. Pienso que el Che, en sentido general, es un hombre de pensamiento muy profundo, pero que este viene siempre acompañado de un ansia incesante de conocimientos y de profundizar cada vez más en las investigaciones.
“Recuerdo que durante la Caravana de la Victoria en que Fidel pasa por Villa Clara, el Comandante en Jefe afirmó que el Che no era militar de carrera —al igual que Camilo Cienfuegos—, pero que ambos habían demostrado ser verdaderos estrategas durante la lucha en la Sierra Maestra, y en las batallas de Yaguajay y de Santa Clara”.
Señaló Villegas además que “cuando leemos el libro de la autoría del Che Pasajes de la guerra revolucionaria, recoge anécdotas del desempeño de un combatiente de alto y profundo contenido humano”, dijo para rememorar que cuando el Comandante estuvo en Bolivia, en 1952, se estaba yendo a bolina aquella revolución, al no estar armado aquel pueblo de obreros, campesinos y mineros, e imperar la fuerza de los militares opresores (…) De aquella experiencia aprendió el Che que para llegar al poder, un pueblo necesita estar armado, además de necesitar a la vez preparación cultural para formar parte del gobierno que se instaure. Igualmente sucedió durante su permanencia en Guatemala con el derrocamiento del gobierno de Jacobo Arbenz. Todo lo contrario a lo acontecido en Cuba, donde de inmediato y tras el triunfo de la Revolución, fueron creadas las Milicias Nacionales Revolucionarias, principal baluarte del pueblo armado. Había que trabajar, preparar entonces, a aquellos combatientes de la Sierra Maestra. El guerrillero pasa a ser un transformador social, un administrador (…) Estaba convencido que mientras más conocimientos tuviese sería más útil a la Revolución. De esa forma fueron creadas las Escuelas Básicas de Instrucción Revolucionaria (EBIR), como fundamento primario de aprendizaje con vista al conocimiento de la obra martiana y del marxismo (…) La lucha del Che fructifica ahora más que nunca”.
Por su parte Orlando Borrego, vicetitular del Ministerio de Industrias durante la etapa en que Guevara de la Serna ocupó el cargo de ministro, rememoró algunas anécdotas representativas de su carácter responsable, disciplinado y humano, junto a los trabajadores de tal organismo; al mismo tiempo que puntualizó en que en él “fueron eliminadas situaciones que convocaran al chisme, a la guataquería, al exceso de mando, a la mentira, a la deshonestidad en general (…) Con el Che había que estar siempre con la verdad a la hora de actuar y de hablar.
En otra parte de su intervención enfatizó en el valor de los estudios sobre economía y planificación dictados por el Che, conocimientos que trasladaba a sus trabajadores y dirigentes a partir de la promoción y lectura de materiales bibliográficos referidos a ese contexto, y otorgándole especial importancia al conocimiento de las Matemáticas y de la Economía Política.
Igualmente y, al citar un grupo de anécdotas referidas al Che Ministro, y su desempeño cotidiano en tal cargo, Borrego exaltó en él las sinceras y abiertas relaciones de respeto y solidaridad con sus subordinados, a la vez que su interés por la salud de cada uno de ellos, y su infinito concepto de igualdad racial entre todos. Anécdotas, algunas conmovedoras, como la referida al cuidado, defensa e infinito cariño hacia su perro Muralla, y a todos los animales en general.
Entre los disertantes el Comandante Oscar Fernández Mell relató, de forma muy clara y concisa, muchos de los acontecimientos relacionados con el paso del Guerrillero en tierras africanas, su problemática y realidades.
A medio siglo de su paso a la inmortalidad, su impronta continúa más presente que nunca pues, mientras existan hombres dispuestos a luchar por sus verdaderas y definitivas reivindicaciones, profundizarán en su pensamiento y obra generaciones surgidas desde cada rincón del mundo y para todos los tiempos las encargadas de seguir cabalgando en las sillas de multitudes de Rocinantes, y enfrentando no a molinos petrificados por la marcha del tiempo, junto a columnas de guardianes adoradores de odios y destrucciones, sino a pueblos enteros que del Che parten en la concientización de su actuar y saber infinitos.
Como bien plantease Orlando Borrego: “El pensamiento del Comandante Ernesto Che Guevara, merece ser estudiado e investigado siempre partiendo de sus valores y principios revolucionarios. Debemos agradecer a Fidel su encuentro con el Che en México y su indescriptible claridad e inteligencia, de aceptarlo como futuro expedicionario del yate Granma; agradecerle a Fidel el otorgamiento a aquel Médico argentino, devenido valiente combatiente poco tiempo después, los grados de Comandante —¡al primero en la Sierra Maestra!—. Estaba Fidel ante un hombre que, al igual que él, ha pasado a la inmortalidad”.
Publicado: 25 de octubre de 2017.
Deje un comentario