Los escritores y artistas cubanos, reaccionamos con sorpresa, estupor e indignación ante las imágenes de la recepción a los viajeros del crucero Adonia, a inicios de este mes de mayo, a su llegada a la terminal portuaria de La Habana. Muchachas en traje de baño que reproducen la enseña nacional y remedan con sus movimientos uno de nuestros ritmos tradicionales ofrecieron una visión deplorable a quienes por primera vez arriban a Cuba.
No debe tomarse en cuenta únicamente el contexto en que tuvo lugar el hecho: la apertura de un itinerario que se inscribe en el complejo proceso de normalización de los vínculos entre Cuba y Estados Unidos.
Se trata de que ni la primera ni la última, ni cualquier impresión que transmitamos a los visitantes, vengan de donde vengan, puede distorsionar ni abaratar nuestra auténtica imagen.
La concertación de voluntades entre las autoridades del sector del turismo, las instituciones culturales y los escritores y artistas cubanos para la promoción de
nuestro país como destino turístico, ha registrado en los últimos tiempos apreciables avances y un diálogo constructivo.
Debemos continuar trabajando por destacar los perfiles patrimoniales, históricos y artísticos de nuestra cultura, y sobre todo, los valores esenciales de un pueblo digno, solidario, orgulloso de su identidad y portador de una vocación universal.
La cultura no es mera atracción, sino fundamento de una relación posible, necesaria y mutuamente enriquecedora entre los seres humanos.
La Habana, 9 de mayo de 2016
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