“(…) De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace, ganémosla a pensamiento”. José Martí.


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Si existió un factor fundamental en el poder movilizativo de nuestro Héroe Nacional José Martí antes y durante de los preparativos de la Guerra Necesaria -- continuación de las gestas del 68 y de la Guerra Chiquita--, fue el de haber sido visionario de la necesidad urgente de unidad nacional patriótica, tanto en Cuba como en las emigraciones. Factor esencial sin el cual hubiese sido imposible la organización táctica y estratégica de los revolucionarios mambises.

“A ello había que agregar las diferencias y pugnas de las oligarquías económicas de las regiones occidental y oriental, las diferencias entre los llamados blancos y negros, al igual que la manifestación de corrientes ideológicas diversas en las filas patrióticas que no comprendían la unidad”.

Así comentó el doctor Ibrahim Hidalgo Paz, miembro de la Academia de la Historia de Cuba y jefe del Equipo de Investigaciones Históricas del Centro de Estudios Martianos (CEM), durante una intervención que tuvo lugar con motivo del Aniversario 125 del inicio de la Guerra de Independencia o Guerra Necesaria martiana que, por su profunda vigencia en los momentos actuales, traemos al Periódico Cubarte.

Una de las diferencias opuestas a las gestiones encabezadas por Martí en su propósito de organizar una nueva guerra, era la que argumentaba que el Líder principal del movimiento revolucionario carecía de experiencia militar, y que había dado muestras de ello en los jefes de la pasada guerra, “para lo cual alegaban su separación del proyecto insurreccional encabezado por Gómez y Maceo en 1884, además de plantear que Martí era un desconocido dentro de Cuba. Como sabemos, todo esto eran falacias”.

Destacó que resultaba indignante la división promovida por elementos de la colonia y del gobierno español contra las personas negras, “política racista y divisionista, promotora de prejuicios y arbitrariedades discriminatorias contra las calificadas gentes de color”, y que según el conferencista “era el efecto multiplicador de 400 años de propaganda divisionista en un pueblo que solo vio morir a la esclavitud (legalmente), en 1886”.

Igualmente, el doctor Hidalgo Paz resaltó la figura del periodista Juan Gualberto Gómez, quien conspiraba (1879-1880), en la preparación de la nueva contienda bélica, la llamada Guerra Chiquita, cuya preparación encabezaba el General Calixto García Íñiguez.

“Como director de La Fraternidad, el periodista Juan Gualberto Gómez había conocido muy directamente las maquinaciones del capitán general para convertir a los órganos divulgativos a cargo de negros y mulatos, en servidores de sus campañas. Revelar las maquinaciones del régimen le valió a Martí la deportación a España, y a Gómez ser sometido a mayor vigilancia hasta ser víctima de una delación y condenado a prisión”.

Sin embargo, en 1890 y tras la abolición legal de la esclavitud en 1886, la situación en Cuba había variado considerablemente y la experiencia acumulada por los patriotas les permitía enfrentar las maniobras enemigas con mayores probabilidades de éxitos. Ese año regresó a Cuba Juan Gualberto Gómez, conocido por sus actividades patrióticas a favor de la independencia y en defensa de los derechos de negros y mulatos.

En agosto de 1891, Juan Gualberto es elegido presidente titular de la Junta Directiva Central de Sociedades de la Raza de Color de Cuba, fundada el dos de junio de 1887, pocos meses después de la abolición legal de la esclavitud, de esa forma pudo sostener contacto directo con más de 35 sociedades de negros y mulatos de todo el país, cuyo número crecería en poco tiempo, y le permitiría además llevar a cabo una efectiva labor de lucha por los derechos civiles, por la igualdad social, política y cultural.

Todos estos objetivos eran coincidentes con los del Apóstol, quien desde Nueva York abogaba por la unidad entre blancos y negros. En el acto por el Diez de Octubre en Nueva York, criticó con fuerza a quienes se hacían eco de la propaganda ibérica y despreciaban a los seres de otro color: “No nos levantaremos de la mesa del banquete, porque se va a sentar un negro en ella”.

Vencer esta situación era una necesidad para el proyecto martiano, pues sin la unidad de todas las fuerzas sociales era imposible organizar suficientemente la revolución, por lo que el antirracismo formó parte de la estrategia organizativa de la Guerra Necesaria.

“Meses después y tras la constitución del Partido Revolucionario Cubano (PRC),  Juan Gualberto Gómez asumió de modo paulatino funciones que lo convirtieron en el enlace entre la delegación de Nueva York y los grupos de conspiradores dentro de la Isla. Como se explica en las bases del PRC, entre otras cuestiones, “(…) era el objetivo de todos los hombres de buena voluntad que se unieran a la visión martiana en cuyas bases se hacía explícito que uno de sus propósitos era ser por el orden del trabajo y el equilibrio de las fuerzas sociales”.

Este Aniversario 126 del Inicio de la Guerra Necesaria, es un momento de conmemoración y reflexión en torno a nuestra Historia, Cultura y al legado de nuestro José Martí. Resulta significativo observar las circunstancias en que Martí señaló lo siguiente en carta a Benjamín Guerra y Gonzalo de Quesada, el diez de abril de 1895, el mismo día en que iniciaba junto a Máximo Gómez y otros revolucionarios, la travesía hacia Cuba insurrecta: “(…) De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace, ganémosla a pensamiento”.


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