Por supuesto que todo género tiene una matriz, tiene una fuente de donde brota el entorno sonoro de un universo musical que no cesa de evolucionar.
Por lo tanto, no se puede hablar del rock británico y de los Rolling Stones si no hablamos antes del rock and roll surgido en los Estados Unidos.
Ya desde los lejanos tiempos de cuando proliferan en los campos norteamericanos las plantaciones de algodón sostenidas por el trabajo de los esclavos negros simultáneamente con la llegada de los colonos procedentes de Europa, se van dando las condiciones previas para que cada grupo social agregue los condimentos pertinentes a su propia estructura cultural sin tener en cuenta que algún día llegarían a fundirse en una corriente musical que transformará en el futuro a la juventud de la nación norteña.
Emblemáticas resultan para alcanzar semejante evolución las llamadas canciones de trabajo, interpretadas por los negros esclavos en el proceso de recolección del algodón o en los coros de gospel en las iglesias para negros. Muchas figuras como Sonny Boy Williamson, Clarence Gatemouth Brown y el llamado Padre del Blues W.C. Handy, provienen de esta cultura oprimida que desde la música, defiende su derecho a una vida plena como ciudadanos libres. Ahí encontramos los llamados pioneros del jazz quienes desde el lamento existencial que reviste al blues, consiguen en una sociedad francamente racista, no solo llamar la atención de un público blanco sino también de los músicos que sienten simpatía por estas atractivas sonoridades.
A músicos blancos como Jimmie Rodgers, Hank Williams y Red Foley se debe el desarrollo de la llamada música country, lo que es en nuestro contexto la música campesina, sonoridades independientes una de otra por sus orígenes, pero que combinadas con el rhythm and blues de los negros constituirían los ingredientes fundamentales del genero en cuestión. Si para el año 1955, Bill Halley and his Comets logran alcanzar la mayor popularidad en los Estados Unidos con la pieza Rock Around The Clock, otros como el guitarrista y cantante negro Chuck Berry con la canción Maybelene junto a la impronta de un apasionado Elvis Presley en Mystery Train, este conjunto de hechos llama particularmente la atención por ser el momento preciso del nacimiento del rock and roll como pujante manifestación de la música popular norteamericana. Sin embargo, esta euforia por el nuevo ritmo, apenas duraría unos años más, pues el racismo imperante en dicha sociedad, no le otorgaba a los músicos negros el lugar de popularidad que a estos les correspondía de acuerdo a su prestigio como artistas relevantes mientras que con el agresivo estilo de Elvis Presley, el de clásicos como Hound Dog y Jailhouse Rock, la apoteosis provocada por el rock and roll entre los jóvenes es neutralizada, al ser llamado su principal exponente a las filas del ejercito para cumplir con el Servicio Militar. Por tal motivo, el panorama de la música popular norteamericana de finales de los años 50 y del comienzo de los 60, ya había extraviado buena parte del rango de esa intensidad sonora y el acento contestario típico del rock and roll.
No obstante, al otro lado del Atlántico, jóvenes ingleses se disputaban la propiedad de discos de los músicos negros norteamericanos como si fueran verdaderos tesoros. Entre muchos de ellos se encontraban John Lennon y Paul McCartney del mismo modo que también lo hicieron Mick Jagger y Keith Richards, entre tantos otros.
No pocas de las piezas del repertorio de Los Beatles en sus comienzos, fueron versiones a clásicos de la cancionistica norteamericana popularizada por intérpretes negros. Ahí están titulos como Long Tall Sally de Little Richard o Money de Barret Strong mientras que los Rolling Stones no tenían reparos en declarar su admiración por músicos como Chuck Berry o Muddy Waters, verdaderos ídolos entre los músicos negros. Otro ejemplo de esta filiación declarada es el caso de Led Zeppelín, agrupación que desde su primer disco en 1969, quieren hacer patente cuanto ha influido en ellos el blues norteamericano con piezas como I can quit you y You Shook me, huella que alcanza su máxima expresión en Since I´ve been loving you , obra perteneciente al disco Led Zeppelín III de 1971.
Precisamente, al afirmar que el rock como género tiene su nacimiento en la Inglaterra del comienzo de los años 60 del pasado siglo, es debido al surgimiento de esta corriente musical que aunque diferente al rock and roll, tiene como fuente nutricia primaria a aquellos intérpretes negros que eran discriminados en la sociedad norteamericana, pero semejante evolución del genero en Gran Bretaña, llegó mucho más allá de esta referencia ineludible.. En tal sentido, la singular dinámica creativa de Los Beatles, le permite al resto de la comunidad inglesa de jóvenes músicos de por aquellos prodigiosos años 60, entrar por una puerta que inicialmente abierta por los Cuatro de Liverpool, provoca la mayor diversidad estilística ocurrida desde entonces en el universo de la música popular anglosajona. Si Los Beatles magnifican esta transformación en su trayectoria con discos tan diferentes entre si como el Rubber Soul, el Revolver y el Sgt, Pepper´s, sus coterráneos en cambio, se aventuran en territorios expresivos hasta entonces inexplorados. Pink Foyd se convierte en el exponente clave del llamado rock progresivo con sugerentes atmósferas sonoras jamás escuchadas anteriormente mientras que grupos como Jethro Tull cultiva un rock basado en las esencias del folclor británico o Emerson, Lake and Palmer y Yes asombran por el rango profesional imprescindible para ejecutar el rock sinfónico y Led Zeppelín se enarbola como lo más representativo del heavy metal en los años 70.
En este breve recuento de la crema y nata del rock británico, no pueden faltar la banda más longeva de la música rock: los mismísimos Rolling Stones.
Contemporáneos de Los Beatles, los Stones se las han sabido agenciar durante el paso de los años para no tener que disolver un mito viviente del mismo nivel de importancia que Los Beatles. Tal estrategia, les ha permitido adquirir una sólida madurez que los avala en su desarrollo como músicos. Pocos grupos como los Rolling Stones han tenido el privilegio de no solo participar del nacimiento de un género sino que han sido capaces de conservar una personal identidad para la cual ha tomado de otros aquello que les conviene, pero sin alterar en nada, el sello que los identifica. Desde sus comienzos, se crearon un estilo, una tendencia musical que no lleva nombre, a menos que simplemente se reconozca como el sonido rolling stones. Cual experimentados quaterback del futboll, los Stones han atravesado de un lado a otro el inmenso campo del rock, sin el temor de ver pasar por delante de ellos todo tipo de géneros y todo tipo de músicos como para preocuparse en lo relativo a su permanencia como estelar agrupación de rock. Desde el inflamable guitarreo de Jimmy Page hasta el sinfonismo de Yes o el desastre artístico del punk, los Rolling siguen ahí, sin cambiar para nada la impronta que los define desde hace más de 50 años. Han visto surgir incontables agrupaciones llamadas a convertirse en ídolos de corto tiempo de duración porque estas carecen de los fundamentos que hacen de los Rolling un grupo sumamente profesional. En primer lugar, porque conocen del valor de ser fieles a un concepto estético que no sienten deban de transformarlo para simplemente estar a la moda.
Saben como apropiarse del sabor de un ritmo que les viene desde la herencia de la música afro norteamericana al mismo tiempo que no olvidan el lirismo de sus ancestros sajones. Escuchar a los Rolling es establecer contacto con la firme estructura de una obra mayor, aderezada por la patina del tiempo desde los respectivos puntos de vista de cada integrante.Tanto Mick Jagger como Keith Richards, Charlie Watts y Ron Wood han permanecidos unidos por tantos años como para renegar de cualquier pronostico que limita la edad para ser intérprete de rock. Han permanecido unidos durante tantos años para convertirse en mucho más que un memorable grupo musical. A estas alturas de la vida, los Rolling Stones clasifican como un símbolo cultural cargado de particular significación en la sociedad contemporánea como pudiera ser La Torre del Big Ben de Londres. No por gusto, se les considera un verdadero mito de estos tiempos.
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