En 1987 surgía una agrupación que luego de treinta años se mantiene fiel a un estilo, a una dramaturgia y a una manera de enfrentar el hecho artístico, por supuesto enriqueciéndose a la largo del tiempo. Para su creadora, Isabel Bustos Romoleroux, siempre fue uno de sus principales intereses compartir y crear a partir de lo que cultural, filosófica y socialmente el ser humano aporta.

Tomar la danza como único lenguaje expresivo era poco ambicioso para la gestora de Retazos, nombre que le dio a la compañía. Bustos pretendía algo más: expresar las emociones humanas, lo interno, lo intrínseco del hombre. El teatro, esa podía ser la vía. O mejor, la danza teatro porque en esta simbiosis lo importante es el reflejo de lo humano, a partir de la visión social, histórica y filosófica del propio artista, de la dramaturgia del coreógrafo.

Para muchos, esta intención representaba un reto. Para otros, un riesgo. Pero sobre todo significaba una osadía. Tres décadas han pasado y Danza Teatro Retazos –nombre oficial con el que se le conoce– sigue siendo una gran aventura, pero sobre todo eso: una osadía.

En más de una entrevista, Isabel Bustos ha precisado la poética de Retazos: “Trato de ahorrar al máximo los movimientos y me valgo mucho de lo gestual. Trato de no ir a la palabra, pero sí al gesto. Creo que un gesto en un momento puede ser más importante que cinco piruetas, que veinte a la second. La demostración técnica no es siempre necesaria y sí es fundamental el acercamiento al público desde el punto de vista gestual. Retazos tiene mucho que ver con este principio”.

“En nuestras obras –ha afirmado la también Premio Nacional de Danza– son inseparables las formas teatrales del movimiento. Eso nos diferencia de otras compañías. Hay quienes trabajan para divertir. Nosotros lo hacemos para hacer pensar, para entrar en el espíritu, en la emoción a partir del gesto y del movimiento. Tocamos las fibras más íntimas al indagar en la filosofía del hombre cotidiano. Quiere llegar a la universalidad del ser humano a partir de nuestras propuestas”.

Esta línea de trabajo es precisamente lo que ha impactado al público cubano y foráneo. En cada propuesta, Retazos deja una huella que la gente nunca olvida. Y ese ha sido uno de los grandes propósitos y premios de la directora: que el espectador se conmueva con cada creación coreográfica.

En este 2017 no se podía pasar por alto la fecha. Los festejos por los 30 años de Danza Teatro Retazos comenzaron en el Teatro Martí, en el mes de febrero, con un variado espectáculo que hizo un recorrido por las piezas más emblemáticas de su repertorio.

Ahora llega esta nueva edición del Encuentro Internacional de Danza en Paisajes Urbanos “Habana Vieja Ciudad en Movimiento”, el cual celebra también el onomástico. Un paseo por la historia de la agrupación danzaria se realiza en estas jornadas, do nde los trabajos de Isabel Bustos pueblan también las calles del Centro Histórico habanero. Se trata de una gran coreografía que es “Retazos en el tiempo”, conformada por pequeñas obras que han marcado el hacer de la directora, su historia coreográfica y que dejó inaugurado oficialmente la cita. Asimismo, el Museo Nacional de Bellas Artes también acogerá presentaciones especiales dedicadas al aniversario.

Momento especial del Festival: se invitó a ex integrantes de la compañía, que viven y trabajan en distintas partes del mundo, a bailar –cada uno en su país, en su ciudad– “Proximidad”, una de las piezas que Isabel coreografió en sus inicios. Durante el encuentro se podrá disfrutar del resultado: ya hay videos con bailarines que residen en Nueva York, en Sidney, en Buenos Aires, en Colombia, y coexistirá, en imágenes, todo ese trabajo con las bailarinas actuales, interpretando también la obra.

Trabajar es la mejor manera de celebrar. Ese es el sentir de Isabel Bustos, y lo que ha caracterizado siempre a Retazos. A lo largo del año tendrán presentaciones en su sede habitual, Las Carolinas, y en otras provincias del país –como por ejemplo, bailarán en el Teatro Tomás Terry, de Cienfuegos, un espacio al que siempre vuelven.

La fiesta grande es hacer mucho. Bailar más, compartir más con el público seguidor y con aquel nuevo que es conquistado con el hacer diario de una agrupación, que sigue erigiéndose revolucionaria y renovadora dentro del panorama danzario cubano y mundial, luego de tres décadas de existencia. Retazos, entonces, ¡a escena!