Danza, por las aristas de la imaginación


danza-por-las-aristas-de-la-imaginacion
Académica de Jorge Luis Rodríguez. Fotos cortesía del autor.

Grabados, pinturas, dibujos, esculturas, environments, objetos, fotografías… cuajados de ideas, pasean por una muestra que es un terreno mágico donde los artistas dejan constancia de su inspiración. Son obras donde proponen conceptos novedosos, amplían la visión creativa, desbordan fronteras imaginativas, y demuestran que el arte sigue un camino muy vasto por el que se puede transitar con originalidad, a pesar de todo lo realizado en el tiempo por el hombre.

Se trata de la exposición Jirones de Danza abierta en dos salas de la Academia de San Alejandro (Avenida 31 número 10006, entre 100 y 102, Marianao, frente al Obelisco), que resulta la primera actividad colateral del 24. Festival Internacional de Ballet de La Habana. Allí se muestran casi 50 obras pertenecientes a profesores y alumnos de la escuela, quienes pusieron a volar la imaginación para ofrecer sus disímiles formas de estremecerse ante el prodigio del movimiento transformado en arte.

Como ninguna otra arte, la danza se hermana con las demás en su propio devenir. El teatro, la música, literatura, artes plásticas… respiran en su seno como un todo reunido a través del tiempo. Sin embargo, el arte danzario y la plástica mantienen una relación especial. Más allá del propio baile, se expresa una relación nutricia entre ambas y aflora un fenómeno abarcador de dos expresiones de la cultura. Por un lado la plasticidad del baile y la forma de su espacio sustentable, algo que se desarrolla en nuestras tablas hace muchos años. Es una historia con lazos comunes: la plástica es indisoluble de la danza y el ballet, es su “vestido”. Pero al mismo tiempo están aquellos creadores: pintores, escultores, dibujantes que la han hecho parte de sus trabajos. De ahí que Jirones… lleve esa carga de amistad y diálogo  en sus propias venas artísticas…

Una exposición original

Sandra Fuentes, directora del centro docente al dejar inaugurada la exposición expresó que con ella se abre allí “un espacio cotidiano a la antigua manifestación, como temática creacional, ya que no resulta muy desarrollada en la obra de los artistas plásticos, a pesar de que Cuba tiene una tradición danzaría, no solo en lo popular, si no en lo clásico, a partir de la fundación de nuestra compañía por Alicia, Fernando y Alberto Alonso en 1948. Ello marcó una historia que no cesa, como estos trabajos que hoy mostramos como una manera de acercarnos más a la danza”.

Cual musa escurridiza, la inspiración devenida obra de arte, se escapa por muchas aristas de la imaginación, atrapa las salas, y sorprende las retinas con ese talento nato que yace escondido en lo más recóndito de los seres humanos y que una pequeña chispa de danza hace brotar febrilmente. Entre tanta imaginación que cobra vida, quien visite la exposición podrá reconocer muchos instantes supremos del ballet, que de manera personal se transforman en las juveniles manos, o aquellos tonos líricos que alientan otras, donde el talento y la precisión acercan las fronteras de realidad/irrealidad. Unos se motivan en las bailarinas (Alicia está presente como ícono y Maestra en muchas piezas), y se le rinde homenaje en una obra del joven estudiante Mario Tato, por su titánica faena de bailar Con los ojos del alma; las zapatillas de puntas alcanzan disímiles formas en la imaginación de los artistas porque son el instrumento que las hace “volar”, de ahí toman presupuestos para trabajarlas: la profesora Ketty Díaz, une dos por los calcañales para conformar un arco que deviene un puente de… amor;  otras zapatillas viste  Daian Estiva (Coco) con piel de plumas, y las transforma en pájaros que quieren escaparse de su jaula (cuerpo) para volar, y Agustín H. Carlo convoca en su pieza: Marilyn baila a Alicia... Los más conocedores rescatan elementos de obras clásicas y lo plasman en el lienzo o en sus objetos de manera muy singular. Como el caso de los estudiantes Fabiola Fieno y Orlando Quiñones, quienes en su environment 23/9/2014: descubrimiento del Rey Ratón rescatan, con un desborde de talento/imaginación, y a partir de diversos objetos y elementos, una historia de... Cascanueces; la línea suelta, caprichosa y enérgica del trazo del profesor Ernesto Gutiérrez busca por la realidad circundante y compara las piernas de la bailarina con un tornado que gira hasta el infinito. Algunos traducen a la cartulina o el lienzo sus propias experiencias, como la alumna de primer año Daniela Águila que, en Sueño, dibujó una niña descalza y debajo colgó unas zapatillas… Es Alicia de pequeña, o ella misma que también incursionó en el ballet y trae aquí su recuerdo, aunque ahora como estudiante de artes plásticas lo realice para no olvidar. Yurién Díaz (profesor), transforma un vestido batiendo el aire en una flor; el joven Albertico Valladares, de primer año, arropa su gestual dibujo de ágiles líneas titulado Carmen con metales, para demostrar la fuerza y la pasión; y en un rapto de perspicacia a granel, la estudiante Evelyn Rosales en la pieza 360, ve el ballet en un ¡compás que adquiere la fisonomía de los danzantes en puntas!

 


Mucho más

El paisaje de un Lago se convierte en el Prólogo del ballet homónimo, en el quehacer del profesor Erick Márquez; unos trazos mágicos en un jabón dibujan el movimiento a partir de la agudeza del profesor Jormay González en El baño de los cisnes; Marlen Piloto (profesora) seleccionó metales preciosos y otros, de formas caprichosas para esculpir una bailarina ideal. Punto y aparte merece una obra que por su limpieza, lirismo y destreza técnica en esos trazos que semejan libélulas/bailarinas dejan boquiabierto a los visitantes: Comunión, un acrílico sobre tela del profesor Carlos Camero que atrapa todas las miradas; por estos caminos de la técnica (buena) desanda el trabajo del alumno Raúl A. Benítez La esencia de la luz (dibujo en cartulina) que enfoca una zapatilla… La sátira no podía faltar mezclada con lo cubano, como por ejemplo en la singular pieza del joven profesor Lázaro Lugones Castellanos titulada Prom Queen, o en otra de Serlián Barreto. Están también aquellos que miran hacia el pasado, y recuerdan en sus creaciones a maestros como el caso de Jorge Juvenal Baró. Rosniel Abril/Alicia Piedra del Valle trajeron fotos de su proyecto escultórico de bailarina, en papier maché, pero que la lluvia y la humedad del tiempo, en estos días, les jugó una mala pasada. Pero, por suerte, están las imágenes del trabajo previo colgadas en las paredes para ver lo que pudo ser o será, porque piensan volver a hacerla y exponerla antes del final de la muestra. En fotografía hay alguna que otra joya, como esa del sub director Jorge Luis Rodríguez (Académica) quien cámara en ristre, busca con el lente en las clases de ballet y encuentra una multiplicidad de imágenes en los reflejos de los cristales que semejan un caleidoscopio danzante.

 

Hay mucho más que regalan para el disfrute visual/conceptual los profesores David Abad Rodríguez y Marian Valdés, y los estudiantes  Alejandro Peñas, Alejandro Hernández, Brenda Cabrera, Grettel Delgado, Alejandro Cedeño, Indiana Cruz, Diana Dalila, David Castro, el grupo Manos Libres (Cristian Noda, Alejandro Rodríguez y Harold Ramírez), Armando Hernández, Lisa Gómez, Wendy Coll, Javier Alejandro, Yamil Orlando Jiménez, Lucero Rodríguez, Antoni Martínez y Jorge Cue. Todos y cada uno, reverencian un arte mayor que en Cuba es parte intrínseca de la vida de un pueblo. Ahora, en días de un Festival de Ballet ya tradicional en nuestro entorno cada dos años, cruza por la Academia de San Alejandro, exhibiendo esos aires renovadores que siempre ha mostrado en sus casi 200 años de existencia mirando al futuro, hacia adelante.


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte