Con profundo dolor Cuba despide a la destacada escritora y periodista Marta Rojas, quien falleció a consecuencia de un infarto este domingo 3 de octubre en su hogar en la capital cubana.
Merecedora de numerosos premios y reconocimientos como el Premio Nacional de Periodismo José Martí, el Premio Casa de las Américas y el Premio Alejo Carpentier de novela, Marta desandó por los caminos de la historia y la literatura, logrando el reconocimiento y el respeto de muchos.
Reportera de los sucesos del 26 de julio de 1953, siendo aún una recién graduada de la Universidad de La Habana, supo plasmar en el papel los acontecimientos que marcaron un hito en la historia del país.
La astucia y la sensibilidad de la joven santiaguera permitieron cubrir periodísticamente para la Revista Bohemia no solo las fiestas populares de la ciudad de Santiago de Cuba, sino que enfocó su atención en los hechos que marcaron aquella noche: el asalto del cuartel Moncada y poco después, el juicio del joven abogado Fidel Castro, cuyo alegato pasó a ser conocido como La Historia me Absolverá.
Marta Rojas supo ganarse el respeto y la admiración de su pueblo por el compromiso y pasión con que asumió desde temprana edad la labor periodística y literaria. Apegada siempre a los principios de la verdad, fue testigo de numerosos acontecimientos, y ello se refleja en sus entrevistas, los artículos y los libros de su autoría que han sido publicados en el país y otras regiones.
En su aval periodístico resalta esa encomiable labor testimonial que recoge el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes y el juicio del Moncada, además de su desempeño como corresponsal de guerra en Vietnam del Sur y Cambodia entre 1965 y 1975.
También el diario Granma marcó gran parte de su vida y su labor profesional y en él creó una escuela, su labor fue admirada por muchos, y se convirtió en un referente de generaciones de nuevos profesionales de la prensa cubana.
Su creación literaria
La literatura fue otra de sus pasiones y a través de ella develó historias, narró acontecimientos, dio vida a personajes de su imaginario. Textos como las novelas Santa lujuria, Papeles de blanco, Las Campanas de Juana la Loca, El columpio de Rey Spencer, El harén de Oviedo, o Inglesa por un año, son algunos de los títulos de su obra literaria que merecieron el reconocimiento de público y crítica especializada, como el Premio Casa de las Américas, que la distinguió como una escritora de alta valía y reconocimiento internacional.
A sus más de 90 años, Marta conservaba la claridad de su mente y pleno ejercicio de su profesión. La recuerdo por última vez en el encuentro con escritores, sostenido a través del espacio “Diálogos 60”, llevado a cabo por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en el contexto de las celebraciones por sus 60 años.
Terminado el encuentro, con la dulzura que siempre la caracterizó, me concedió una entrevista en la que recordó cómo siendo tan joven asumió la responsabilidad de testimoniar aquellos sucesos de 1953 que marcaron un punto en la Historia de Cuba; me comentó también la importancia de las alianzas entre periodistas, escritores y artistas y el rol tan importante de los jóvenes en los procesos de construcción social de un país. Enfatizó en aquel intercambio que los jóvenes deben ser escuchados y sus criterios deben formar parte de cada proyecto, de cada acción.
Sin previa despedida, Marta Rojas se fue de nuestras vidas. Quedará en la eterna memoria de su pueblo el recuerdo de una mujer sencilla, inteligente, emprendedora; una mujer que supo contar anécdotas de la historia de su país a través de una profesión a la que amó hasta sus últimos días.
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