Tal vez por la espiritualidad que por él perseguida logró plasmar en su obra y por la postura un tanto alternativa que mantuvo en relación con la llamada “generación de los 70”, en la que se le enmarca, es que Cosme Proenza se consideraba a sí mismo un artista new age.
Así lo confesó en entrevista que a finales del pasado siglo publicó la revista Opus Habana, quien este 5 de marzo habría cumplido 77 años de edad si la pandemia de COVID-19 no lo hubiera sumado a la larga lista de tempranas despedidas.
Excelso pintor, pero también dibujante, ilustrador, grabador, muralista y docente, se ubica entre los pioneros del posmodernismo en nuestro país, al incorporar orgánicamente y con una visión contemporánea lo aprehendido en lo mejor del arte europeo del siglo XIV en adelante, con un estilo personalísimo perfectamente distinguible.
Cosme Proenza se consideraba a sí mismo un artista new age. Obra: “El viaje”, de la serie Boscomanía
A su natal Holguín regresó siempre, tanto cuando egresó de la Escuela Nacional de Arte como cuando culminó estudios en el ucraniano Instituto de Bellas Artes de Kiev, en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS.
Trabajar desde el contexto para su espectador más cercano, estuvo entre los principios que sostuvieron su obra, exhibida en una treintena de exposiciones personales realizadas no solo en Cuba, sino también en Canadá, Costa Rica, España, Estados Unidos, Grecia, Luxemburgo, México, Puerto Rico, Venezuela y Ucrania.
“Excelso pintor, pero también dibujante, ilustrador, grabador, muralista y docente, se ubica entre los pioneros del posmodernismo en nuestro país”.
Numerosos reconocimientos mereció a lo largo de su carrera, a los que se hubiera sumado sin dudas el Premio Nacional de Artes Plásticas, si una pandemia no nos hubiera privado de este artista de talla universal, empeñado en regalarnos una visión de lo hermoso que también enriqueciera nuestra espiritualidad.
Deje un comentario