Conversación con Luciano Castillo desde la nueva sede de la Cinemateca de Cuba


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Luciano Castillo, el director de la Cinemateca de Cuba, está muy ocupado por estos días, más de lo habitual en él, que es una persona bien acuciosa y abarcadora; lo que pasa es que aún no ha concluido la mudada del antiguo espacio que ocupaba la institución en el edificio del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, hacia su nueva sede.

La misma, es la antigua morada de Alfredo Guevara, presidente fundador del ICAIC y del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano; es esta una hermosa casa, ubicada en la calle 11 número 806, entre 2 y 4 en El Vedado capitalino.

Además, Luciano está organizando el venidero Coloquio homenaje a los cineastas Juan Padrón y Paco Prats, y a las seis décadas de animación en Cuba, que tendrá lugar en el contexto de la inminente edición 42 del prestigioso evento que fundara Guevara, y que rendirá tributo a Padrón y Paco Prats, ambos acreedores del Premio Nacional de Cine por haber consagrado sus vidas a este género cinematográfico que centrará las jornadas del 7 y el 8 de diciembre en la Casa del Festival.

Precisamente en el festival será exhibida en la sección Presentaciones especiales, la copia recientemente restaurada del antológico filme La última cena, (1976), de Tomás Gutiérrez Alea, Titón, proceso que se llevó a cabo en el archivo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood.

De todos estos temas tuvo Luciano la amabilidad de conversar con el periódico Cubarte, a pesar de que, por estos días, el tiempo le falta.

 

¿Soñaron algún día que esta fuera la sede de la Cinemateca?

Tener una nueva sede de la Cinemateca de Cuba, era un viejo sueño, porque si bien algunos creen que la institución era solo las oficinas que estaban en los bajos del ICAIC, realmente estábamos dispersos en tres pisos de ese edificio, pues en el segundo piso estaba la hemeroteca y en el octavo la videoteca, y el propósito era unificar todas estas áreas, y finalmente el gobierno, a través del Ministerio de Cultura, nos dio esta casa, que nunca habíamos soñado tener, con tal valor histórico por ser la última residencia de Alfredo Guevara.

Luciano, los lectores conocen que la flamante sede de la Cinemateca de Cuba, fundada en 1960 por el recordado Héctor García Mesa, fue inaugurada oficialmente por el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, el pasado 20 de octubre, Día de la Cultura Nacional, pero a ojos vista la mudada no ha concluido…

No, aún estamos trasladando archivos, documentos y, por otra parte, fue necesaria una remodelación de la casa sin que esta pierda sus características; no se ha tumbado ninguna pared, no se ha añadido ninguna, y se han conservado los muebles en la medida de lo posible.

Lo único que haremos nuevo será una salita, que se levantará en el patio exterior, para conferencias, proyecciones y otras actividades multidisciplinarias; posiblemente comenzaremos las actividades en el patio, que tiene muy buenas condiciones, durante el Festival con la presentación del cuarto tomo de la Bitácora del Cine cubano que ya arribó a Cuba y está dedicado al cine documental producido por el ICAIC de 1959 al 2017.

 

¿Cuándo considera que estará en condiciones de comenzar a dar servicios la Cinemateca?

Esperamos que en el mes de enero ya podamos recibir a tantos investigadores y estudiosos del cine de Cuba, de Latinoamérica y de otros temas diversos, que constantemente solicitan nuestros servicios, de manera que estamos tratando de culminar la mudada de todos los fondos que tenemos para poder empezar a dar respuesta a estas demandas.

Por otra parte, ahora contamos con las condiciones idóneas para la labor de nuestros especialistas, que allá estaban hacinados y este espacio es ideal, también en cuanto a mobiliario.

Queremos ser, como lo fuimos hasta ahora, un punto de referencia para cuanta investigación surja entorno al cine, con particular énfasis en el cine cubano y latinoamericano; hay mucho por investigar, hay muchas zonas oscuras, inexploradas, que merecen la atención incluso de tesis de grados de los estudiantes de la Facultad de los Medios de Comunicación Audiovisual, del Instituto Superior de Arte, de Artes y Letras, de la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, que pueden desarrollar investigaciones que  arrojarían luz sobre determinados períodos, personalidades, directores de la historia del cine cubano desde que llegó a Cuba el 24 de enero de 1897, traído por Gabriel Veyre.

 

¿Heredaron ustedes la biblioteca de Alfredo Guevara?

Sí, entonces dejamos aquí todo lo relativo al cine y los medios audiovisuales y donamos íntegramente a la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí todos los textos de literatura, filosofía, humanidades en general, para que exista allí el Fondo Bibliográfico Alfredo Guevara, que fue el noventa por ciento de su biblioteca.

 

¿Qué otras acciones, más allá de la investigación, tienen pensado organizar?

Queremos también concebir pequeños cursos; actividades con los niños, tenemos muchos proyectos y tenemos que concretarlos.

 

¿Hablamos ahora del Coloquio de Animación?

Sí; desde hace varios años, esta será la quinta ocasión, la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica convoca a un Encuentro de Crítica Cinematográfica en La Habana en el mes de noviembre.

Este año recibí la encomienda de la presidencia del ICAIC, en la persona de Ramón Samada, de que la Cinemateca coauspiciara este encuentro, y se me ocurrió justamente, que se dedicara a la memoria de Juan Padrón y Paco Prats; cuando nos reunimos con el ejecutivo de la asociación concordamos en que se dedicara también al cine de animación en general que este año cumple los 60 de su fundación.

Acordamos entonces este tributo a ambas figuras, trágicamente desaparecidas este mismo año, en el caso de Paco, incluso, antes de recibir en sus manos el Premio Nacional de Cine.

Luego la presidencia del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano decidió incluirlo como parte del programa del Festival, los días 7 y 8, en sesiones matutinas y vespertinas, en la sala Saúl Yelin, de la Casa del Festival.

 

¿Cómo han concebido el Coloquio?

Bueno, la concepción es bastante ambiciosa, por cuanto hemos convocado a investigadores, críticos, especialistas en animación, muchos expertos en la obra de Juan Padrón, para que converjan en dos jornadas: una dedicada por entero a Padrón, y la otra a Paco Prats y al Cine de Animación en general.

 

¿Puede mencionar a algunos de los profesionales que intervendrán?

Vamos a empezar por los moderadores que son de lujo; uno es Roberto Cobas, investigador del cine cubano de animación, y el otro Mario Masvidal, e intervendrán el experimentado productor Aramis Acosta, que se encuentra preparando un libro sobre Juan Padrón; el estudioso Hugo Luis; el joven Antonio Enrique González Rojas; la crítica de arte Caridad Blanco, e Ivette Ávila, que es animadora, entre otros.

También participarán algunos miembros de la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica, como Ángel Pérez, y en general la idea es que el Coloquio sea un espacio de confluencia de todas estas investigaciones en torno al cine cubano de animación y en particular hacia la obra de Juan Padrón.

 

¿Cómo es la estructura del Coloquio?

Estamos intentando que sea lo más tractivo posible; proyectaremos cortos, entrevistas a Padrón y a Prats, y como es habitual en el Festival, todas las ponencias generarán luego un libro para conservar la memoria histórica del encuentro, lo cual es muy necesario en cuanto a este tema.

 

Para seguir por el camino del Festival. Se ha anunciado que en la sección Presentaciones Especiales se proyectará la copia restaurada de La última cena, de Titón…

Exacto; este también es un viejo sueño, un viejo sueño colectivo porque enseguida se sumó con entusiasmo el Archivo de la Academia de Artesy Ciencias Cinematográficas de Hollywood, a través de un convenio suscrito con la misma por el ICAIC, en el que la Cinemateca ha sido un impulso decisivo y que ha fructificado en la restauración definitiva, con todas las exigencias contemporáneas, de cuatro largometrajes de la filmografía de Titón, Una pela cubana contra los demonios,(1971)Los sobrevivientes(1978), La muerte de un burócrata y  ahora La última cena, más el documental El arte del tabaco (1974).

El material de partida de muchos de estos filmes estaba en mal estado, a consecuencia de los problemas de climatización en el archivo, que felizmente se han solucionado, pero fue un proceso muy complejo el de estas restauraciones.

Yo recuerdo que el año pasado visité el laboratorio donde estaban restaurando La muerte de..., y me confesaron los técnicos que, en toda la historia de esa entidad en Los Ángeles, con los filmes que más trabajo han pasado es con los nuestros por el estado en que se encontraban al recibirlos.

Cuando uno ve el resultado, se sorprende. Así le pasó a Mario García Joya cuando vio la copia restaurada de Los sobrevivientes con el color que originalmente se quería lograr y no se pudo, y a Nelson Rodríguez cuando vio las ediciones que él había hecho, y a todos los demás.

La última cena es una de mis películas preferidas, además de, en el Festival, vamos a exhibirla en febrero en la Cinemateca por el aniversario de la institución; estamos muy ansiosos por ver esta copia que ha requerido un proceso de restauración muy complejo y que es un orgullo que haya sido la segunda cinta escogida para la sección de clásicos por el Festival de Venecia, que a causa de la pandemia de la COVID-19 tuvo su exhibición en el Festival II Cinema Ritrovato de Bologna; este honor correspondió en 2019 a La muerte de un burócrata, (1966) también dirigida por Titón, y exhibida en agosto junto a su documental El arte del tabaco.

La última cena ha vuelto a deslumbrar a la crítica internacional; recordemos que es una película que tuvo una circulación deficiente en su momento; fue el último filme sobre la esclavitud que se produjo aquí y quizás se había saturado un poco el mercado con este tema y, aunque obtuvo varios premios, no fue acogida como merecía por sus valores artísticos por lo que amerita ser redescubierta.

 

Sobre todo, porque mantiene una total vigencia…

Claro, otra cosa que te quería decir es que se va a exhibir en el venidero 42 Festival en el contexto de las actividades conmemorativas por el centenario del natalicio del historiador cubano Manuel Moreno Fraginals, porque el punto de partida de la película es genial: un solo párrafo que narra la anécdota del Conde que invitó a sus doce esclavos a una cena, dentro de un ensayo tan voluminoso como El Ingenio, complejo socioeconómico cubano, publicado en 1964.

Este párrafo da pie al guion del filme que presenta una secuencia que casi es insólita en la historia del cine, una secuencia que dura cincuenta minutos, la de la cena, con una gran riqueza en la ambientación, en la fotografía de García Joya, con la música de Leo Brouwer…, verdaderamente para mí es una película de una perfección realmente irrepetible.

 

¿Qué planes tienen sobre la restauración de otras obras?

Tenemos planes con varias instituciones; por ejemplo,en una universidad de Toronto, se está digitalizando toda la filmografía documental de Sara Gómez (La Habana, 1942-1974) y De cierta manera, se está haciendo en Alemania; aquí en Cuba, con recursos propios se ha emprendido la restauración de las obras de Nicolás Guillén Landrián, (Camagüey, 1928- Miami, 2003) y tenemos otras muchas ideas.

Pero dependemos aún de la iniciativa y alianza con entidades foráneas, porque aquí ni tenemos los equipos suficientes para ese proceso tan complejo ni el personal capacitado para llevarlo a cabo.

Tenemos demasiado por preservar; no me canso de decir que cada día que transcurra sin que se emprenda una acción para proteger lo que atesoramos, es un día en contra de nuestro patrimonio audiovisual.

 


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