Un llamado a trabajar con optimismo realizó este jueves Victor Gaute, miembro del secretariado del Comité Central del Partido, al pronunciar las palabras de clausura de la VIII reunión del Consejo Nacional de la Uneac, la cual tuvo lugar en la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes.
El miembro del secretariado del Comité Central del Partido exhortó a fomentar la unidad y fortalecer la disciplina. También a ocuparse de manera directa, personal y colectiva de los asuntos planteados en la reunión y a que todos los miembros de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) se sientan protagonistas del venidero 9no Congreso de esa organización.
Destacó Gaute la franqueza y naturalidad de las intervenciones y afirmó que en la membresía de la Uneac hay una fuerza extraordinaria de conocimiento, sabiduría, deseos de hacer y compromiso. Resaltó el pronunciamiento realizado por el Consejo Nacional en apoyo a los médicos cubanos que terminan su misión en Brasil, ante las irrespetuosas declaraciones del presidente electo de ese país; así como la solidaridad expresada a favor de los artistas brasileños que están siendo acosados y criminalizados por sus posiciones progresistas.
A la urgencia de nutrir a nuestras instituciones de pensamiento cultural para darle respuesta a las expectativas de nuestro pueblo, se refirió, por su parte, Alpidio Alonso, ministro de Cultura.
Es vital la integración y participación, manifestó el titular de la Cultura cubana. «Necesitamos que el congreso de la Uneac fertilice el trabajo y proyección de las instituciones», dijo, y más adelante apuntó: «tenemos que hacer el esfuerzo por poner en nuestros medios lo mejor del arte y la cultura, y establecer mecanismos que sean efectivos».
El ministro se refirió a la importancia de dar respuesta al reclamo que nos hace el Partido de que las voces críticas lleguen a los espacios nuestros; y a la necesidad de que el Ministerio de Cultura se replantee su trabajo con los públicos.
«Hay potencialidades y voluntad. Nuestro llamado es a la participación, integración y sistematización. Necesitamos que nuestras instituciones proyecten un trabajo con un sentido descolonizador. Sin la participación de nuestros creadores no será posible la eficiencia institucional».
Durante la jornada cada uno de los grupos para el análisis de las líneas de trabajo entre congresos dio cuenta de su labor. La Comisión Permanente de Trabajo Cultura y Medios, encargada de elaborar el documento que se discutirá en el 9no. Congreso de la Uneac, presentó un informe en el que se ofrecieron detalles de los avances en el trabajo de la Comisión, de conjunto con el Ministerio de Cultura y el Instituto Cubano de Radio y Televisión, a favor de una relación armónica y de confluencia de intereses entre todos estos actores del escenario cultural, en aras de conformar un público capaz de distinguir con juicio crítico lo culturalmente valioso y auténtico.
El documento señala, igualmente, las limitaciones y problemáticas que todavía persisten, entre ellas las escasas opciones que desde el universo mediático se ofrecen a la práctica de la crítica. Igualmente informa de la conformación de varias normas jurídicas como el Decreto Ley del Creador audiovisual y Cinematográfico Independiente, el Registro del Creador Audiovisual y Cinematográfico y los Colectivos de Creación.
En esta sesión plenaria del Consejo Nacional, Luis Morlote, vicepresidente primero de la Uneac informó sobre la labor de la Comisión Organizadora del IX Congreso, que tendrá lugar entre el 28 y el 30 de junio del próximo año.
Miguel Barnet, presidente de la Uneac, insistió, por su parte, en un punto que considera cardinal para tener un congreso a la altura de esta organización: participar en las reuniones y sesiones provinciales que es donde se eligen a los delegados. «Asistir a ellas permitirá tener delegados a la altura de un congreso digno y representativo».
En la reunión se apostó por fortalecer el diálogo, directo y permanente, entre la Uneac y el Icrt. Entre los puntos del informe y de las intervenciones posteriores sobresalieron la necesidad de generar contenidos y consolidar formatos de mayor vuelo estético y más efectivo alcance conceptual; la tendencia a la desprofesionalización, en varios ámbitos de la creación y que influye negativamente en la calidad de la propuesta; y los reductos de banalidad, mal gusto y equívoca jerarquización cultural en la programación.
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