La XIX edición de la Feria de la Cultura Cubana Arte en la Rampa llega a su fin, luego de inaugurarse el pasado 6 de julio en su fundacional sede del Pabellón Cuba de la Rampa capitalina.

Como cada año el evento constituye una demandada opción de esparcimiento por sus múltiples alternativas de consumo cultural: tanto por los productos artísticos y utilitarios que en ella se comercializan como por la programación artística literaria que se coordina cada semana.

Si de números se trata, han asistido a la feria más de 180 mil personas, y los ingresos en ambas monedas han sobrepasado los 2 millones, cumpliéndose así todo los planes previstos.

El Periódico Cubarte conversó con Raúl Marqués Yanes, director de la Filial Habana del Fondo Cubano del Bienes Culturales (FCBC), entidad que tuvo a su cargo en esta edición la coordinación del evento.

¿Podría mencionar las novedades más importantes que tuvo la Feria Arte en la Rampa este año?

En primer lugar la presencia del mueble; por primera vez se decidió incorporarlos al evento y han tenido gran aceptación por parte de la población, y de hecho se han comercializado bastante.

También el diseño de los espacios, que permite una más cómoda circulación de los visitantes y una mejor apreciación de los productos. Básicamente son esos dos nuevos elementos, aunque también ha sido mucho más variada la programación artística; se le ha dado espacio a grupos de jóvenes de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), en mayor número que años anteriores.

¿Quisiera señalar las principales demandas insatisfechas de los artesanos que representa el FCBC en La Habana?

Primero la existencia de un mercado mayorista donde puedan adquirir la materia prima y los equipos, porque no todos pueden importar, y en segundo lugar los espacios para la comercialización, aspectos muy importantes no solo para ellos sino para nosotros, teniendo en cuenta la credibilidad que debemos como institución, trasmitirles.

¿Cuáles son las principales insatisfacciones de los organizadores de la feria en esta edición?

Hay una insatisfacción que permanece y que no depende de la voluntad, esfuerzo o decisión de nuestros artesanos y ni siquiera del FCBC que es el precio de los productos, pero que está directamente relacionada con el desabastecimiento de la materia prima en nuestro país y por tanto el mayor por ciento de la materia prima que utilizan nuestros creadores es importada, lo cual encarece los costos de producción y determina que los precios, uno de los elementos más criticados por la población, se mantengan algo elevados; no obstante, tienen una correspondencia con su calidad, con el diseño, con la durabilidad, esencialmente en el caso del calzado lo cual ha sido reconocido ampliamente por el público.

De todas maneras, si contáramos con las materias primas necesarias para estas producciones en el país podríamos abaratar los precios, pero no ha sido así por tanto esta es una insatisfacción que a mediano y largo plazo pensamos que se va a mantener tanto para el público como para los artesanos y la institución.

Otro elemento de descontento es sin dudas el espacio; cada año crecen las solicitudes de artesanos para participar en la feria y el espacio no crece, es el mismo, incluso como te comenté adecuamos el diseño interior para mayor comodidad en la circulación pero eso disminuyó la cantidad de stands.

Por esto y como sabes, hemos tenido que dividir la plantilla de artesanos a participar en los dos meses, pero todos, tanto los que están en julio como los que están en agosto, en muchos casos se retiran con una buena cantidad de productos sin comercializar  que elaboraron con vistas al evento y que además son demandados por la población, y no todos pueden vender sus productos fuera de las ferias porque desgraciadamente en estos momentos no contamos con todas las plazas necesarias para la comercialización en la ciudad.

¿Existe algún proyecto para solucionar esta limitación?

Por suerte, en los próximos meses comenzaremos a solucionar en alguna medida esta situación con un espacio que el gobierno de la ciudad nos ha cedido en 23 y J para sustituir el sitio comercial que teníamos en Primera y B, llamado Islamada, del que tuvimos que desistir porque cada vez que había un ciclón o penetración del mar teníamos que reconstruirlo y repetir la inversión. Este espacio va a estar caracterizado esencialmente por la presencia del calzado, tanto para adultos como para niños.

Otra limitación que tenemos y que para resolver estamos accionando con los creadores, es el tema diseño que se ha quedado detenido en el tiempo en el caso de algunos productos, para poder hacerlo coincidir más con la moda contemporánea y responder a la demanda, sobre todo de los jóvenes.

En este sentido consideramos que La Semana de la Moda, que desarrollaremos en el próximo mes de noviembre, va a constituir una vez más, un incentivo para la creación en materia de diseño.

Por cierto, te comento que este año el evento estará dedicado a Trinidad por su reciente declaratoria por el Consejo Mundial de Artesanías como Ciudad Artesanal del mundo, la única en Cuba.

Va a ser un merecido homenaje, porque la llamada Ciudad Museo efectivamente ha mantenido la sabia popular en materia de manualidades y labores con aguja y ha sabido enriquecer estas artes.

Te he mencionado nuestras insatisfacciones más significativas, y considero que tenemos que evaluar con mayor cuidado para ediciones posteriores la programación de las agrupaciones artísticas, sobre todo en el escenario central, donde deben presentarse grupos de alta calidad y aceptación popular.

¿Continúan siendo las manifestaciones artesanales de vanguardia el calzado y el  mueble?

Yo diría que en primer lugar el mueble, y el calzado igualmente va muy bien con nuevas suelas, nuevos modelos, y en mi modesta opinión pienso que tenemos que darle «un empujón» a la cerámica y a las confecciones textiles.

¿Qué opiniones de la población han llegado hasta el Comité Organizador de Arte en la Rampa?

Muy positivas, sin ningún aire de triunfalismo, pero te puedo decir que solamente hemos recibido en lo que va de feria dos quejas de los vecinos, relacionadas con el sonido, aunque respetamos el horario en que están previstas las presentaciones; no nos ha llegado ninguna queja directamente acerca de la comercialización, ni el trato.

No dudo que haya personas que tengan criterios, pero no han llegado a nuestras manos, ni se han realizado críticas, que sepamos, por parte de los medios de comunicación.

Esto no quiere decir que no estemos consientes de todo lo que tenemos que mejorar; como cada año, hacemos una evaluación sistemática del desarrollo del evento y vamos resolviendo los problemas que se presentan.

¿Cómo la feria ayuda a orientar al público en cuanto a encontrar, después que se clausura, estos productos que aquí se comercializan o sus similares?

Realmente no ayuda, entre otras cosas por muchas indefiniciones que ha habido. Te puedo decir que, recientemente, la dirección del gobierno y la dirección del partido nos han planteado el interés de valorar un grupo de locales en la ciudad que están en desuso para entregárselos a nuestros creadores, y que ellos con sus medios puedan acondicionarlos para la comercialización de sus producciones.

Creo que antes de que termine el año ya tendremos la plaza de 23 y J; ya tenemos en Centro Habana la Tienda del mueble, en San Rafael y Belascoaín, y debemos abrir en el Boulevard de San Rafael tres locales de muebles del grupo Ensamble; los cines Rex y Dúplex, que se les entregaron al FCBC y que gracias a la labor de uno de nuestros creadores Kadil López Nieves, se restaurará toda la fachada como era originalmente y en el interior se va a desarrollar un proyecto sociocultural para la producción de las luces de neón con vistas a recuperar los carteles lumínicos que caracterizaban a La Habana de antaño.

En este proyecto se puede insertar a los jóvenes de la comunidad, en el aprendizaje del arte de la confección de carteles y lumínicos de neón y led, para de esta forma crear un colectivo que posibilite desarrollar estas técnicas en la ciudad.

También nos han concedido otro local que, según me han dicho, fue vivienda de la familia Loynaz en Obispo, luego fue un local donde se vendían cigarros y tabacos, y allí va a funcionar precisamente el proyecto Humidores Habana y se van a comercializar productos asociados a la artesanía del tabaco; y en la calle Galiano, en Centro Habana, se nos confirió el local que ocupó en épocas pasadas la famosa joyería Riviera, que será asumido por un gran ceramista, Lázaro Valdés Matacochinos.

Allí igualmente funcionará un proyecto sociocultural, pues se producirán objetos de cerámica, se realizarán talleres y clases sobre esta manifestación y se comercializarán también las piezas.

Como verás, estas son algunas de las acciones que estamos acometiendo con el propósito de propiciar la comercialización de la obra de nuestros artesanos más allá de las épocas de ferias, y que el público tenga a su alcance durante todo el año nuestros productos artísticos y utilitarios realizados por la vanguardia de la creación artística cubana en materia de artesanía.

En estos momentos tenemos, además de los que te mencioné, otros locales para la venta de la producción de nuestros creadores en la Plaza de Marianao, el Cotorro, En Guayabera, el Centro Cultural la Plaza de 31 y 2, Miramar Trade Center, Palacio de la Artesanía, Almacenes de San José, Palacio de las Convenciones, Acuarium y el Zoológico, la Feria de Obispo y las Tiendas Víctor Manuel, Freixas en Galiano y Neptuno, Forma y Artehabana, pero realmente esa información no siempre llega a los interesados, y por otra parte el público generalmente asocia los productos del FCBC con los del resto de los artesanos que comercializan en la ciudad; incluso a veces las personas no conocen que el Fondo es una empresa estatal que lo que hace es representar a sus artesanos artistas.

Efectivamente nos ha faltado garantizar la información de dónde están nuestros productos pero, más que eso, no hemos logrado aun ampliar todo lo necesario la red de comercialización de los mismos.

¿A cuántos artesanos representa hoy el FCBC en la capital?

Tenemos en nuestro registro hoy a más de 3700 artesanos y de esos solo comercializan alrededor de 1622 con nuestra Filial.

¿Cuál es la manifestación que reúne a más creadores?

El calzado, y tenemos también muchos artesanos que participan en las restauraciones, de diferentes objetos de obra en la ciudad.

El 79 por ciento de los ingresos de la Filial Habana del FCBC proceden de las obras por encargo; estamos hablando de las solicitudes de calzado, de uniformes, de muebles y de restauraciones en sentido general.

A partir de lo que hemos hablado y teniendo en cuenta los niveles de producción de los artistas artesanos del FCBC y la demanda siempre creciente de la población, ¿no considera que debería existir una feria como esta de manera permanente en la capital?

Sí, sin lugar a dudas. Vamos a trabajar en la instalación ubicada en Línea y 18, donde estaba la fábrica de ómnibus y se pretende que esta sea una feria permanente de la cultura cubana en general.

Pero, por ejemplo, este mismo lugar, el Pabellón Cuba, que para hacer una feria o dos al año tiene un espacio limitado, pero para mantener la opción todo el año, es perfecto, podría ser un buen sitio, pues aunque funciona la AHS con sus múltiples e importantes actividades, hay áreas que permanecen subutilizadas y que se podrían aprovechar y así responder a necesidades de la población, de los artesanos y de la economía del país.