Jacinto Benavente, dramaturgo español, advirtió algo de demencial en el amor, cuando expresó: “El amor es como Don Quijote, cuando recobra el juicio es que está para morir”.
Su coterráneo, el agresivo humorista Enrique Jardiel Poncela, opinaba que “el amor es una comedia en un acto: el sexual”, y lo comparaba con la salsa mayonesa: “cuando se corta, hay que tirarlo y empezar otro nuevo”.
También español y despiadado en sus juicios, el escritor Antonio Gala cree que “el amor es una amistad con momentos eróticos”.
Sin salirnos de España, hallamos muy diferente opinión en Ortega y Gasset, para quien “el deseo muere automáticamente cuando se logra, fenece al satisfacerse. El amor en cambio, es un eterno insatisfecho”.
Amor y dolor, parientes cercanos
Según el dramaturgo belga Maurice Maeterlinck, “el dolor es el alimento esencial del amor; cualquier amor que no se haya nutrido de un poco de dolor puro, muere”.
Por su parte, el escritor y político francés Benjamín Constant sabiamente confesó: “Es duro, es doloroso, no ser amado cuando se ama todavía, pero es bastante más duro ser todavía amado cuando ya no se ama”.
Dostoievski, el atormentado novelista ruso, expresó lo evidente, cuando dijo: “Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama”. Quizás por eso Sonia, en Crimen y castigo, no abandona a su novio asesino.
Capítulo aparte merece Madre Teresa de Calcuta. La inolvidable misionera expresó: “Ama hasta que te duela. Si te duele, es buena señal”.
El amor: Una visión optimista
El poeta Amado Nervo dejó dicho: “El amor verdadero hace milagros, porque él mismo es ya el mayor milagro”.
“La capacidad de reírnos juntos es el amor”, declaró la novelista francesa Francoise Sagan.
“El que ha conocido sólo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeres que el que ha conocido mil”, dijo Tolstoi.
El creador de El principito, Saint-Exupéry, opinaba que “amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección”.
Balzac expresó: “Puede uno amar sin ser feliz; puede uno ser feliz sin amar; pero amar y ser feliz es algo prodigioso”.
Y de El Homagno, de José Martí, es este dictamen: “La única fuerza y la única verdad que hay en esta vida es el amor. El patriotismo no es más que amor, la amistad no es más que amor”.
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